viernes, 6 de abril de 2012

Problemas pendientes.

Encendí la tele temprano este 26 de marzo para "distraer" a mi paladar por el mal sabor de una humeante taza de café de bodega -cuando está frío no hay quien se lo tome- y me sorprendió la información en la revista matutina Buenos días, de un evento sobre la discriminación racial en Cuba. El mismo se celebró en la provincia de Ciego de Ávila y fue auspiciado por la UNEAC.

Este es uno de los tantos problemas que la Revolución prometió resolver y no lo hizo. Por el contrario, se ha caracterizado por discriminar a los cubanos y les ha violado sistemáticamente sus derechos elementales básicos.

A pesar del alto nivel de instrucción alcanzado en Cuba, aún subsisten en la sociedad actitudes marginatorias en diversos aspectos de la vida nacional. Evidentemente, el hecho -ya sea dirigido o no- viene a confirmar los espacios de debate que se están creando entre diferentes sectores sociales y que deben abrirse y diversificarse cada vez más, para coadyuvar a fomentar escenarios de convivencia más justos y equitativos entre los cubanos.

Ese suceso aislado quizás está encaminado a promover el incremento "ordenado" y gradual de un diálogo "democrático" sobre temas que no les resulten a las autoridades demasiado incómodos, ni pongan en peligro sus parcelas de permanencia en el poder. Mientras no se traten asuntos políticos medulares como la pluralidad de partidos y las libertades fundamentales en general, será un intercambio mediatizado. No obstante, me esperanzan esas muestras de preocupación por debatir -ojalá que sea con ánimos de resolver- esos asuntos preteridos y lacerantes de nuestra nación. Espero más, pero ‘no se le pueden pedir peras al olmo’. Y aunque no sea definitoria -por ahora- me entusiasmó la noticia, porque como dice otro refrán, más vale tarde que nunca.
Share:

0 comments:

Publicar un comentario