Por Zoé Valdés.
¿Cómo es la cosa? ¿Tendrán Internet gratis proporcionada por Estados Unidos y, veamos, por curiosidad, quiénes pagarán los teléfonos de alta gama para poder recibir la señal necesitada? Pues quiénes van a ser, ¡los comebolas de toda la vida del exilio! Ahí sí que es negocio, porque no nos hagamos ninguna linda idea del tema, con Cuba todo es negocio.
La libertad de Cuba es el mayor negocio que ha caído en manos de los infames castristas y de los no menos infames politiqueros norteamericanos. Ya desde Gerardo Machado la brecha se fue abriendo hacia la avaricia del negocete… No fue Batista el culpable, dejen de creer cuentos de caminos. Fue el gobierno de Estados Unidos representado por su embajador Sumner Welles quienes iniciaron este embarque hacia la nada baldía; y así todo…
Pero sigamos, ¿qué resolverá Internet: seguir viendo, como observadores pasivos y maniatados, sin poder hacer nada, desde la sala de nuestras casas cómo reprimen, cómo asesinan, cómo se pudren los hospitales para los cubanos y cómo mueren abandonados y olvidados en esos mismos despojos de hospitales nuestros compatriotas, cómo lloran las madres de hijos desaparecidos y apresados, cómo encarcelan, apalean, torturan…? ¿Ese sería el objetivo…? ¿Para eso es para lo que quieren instalar Internet supuestamente gratis…? ¿Para imponernos el horror y para colmo paguemos por el invasivo e insoportable espectáculo diario…?
¿Quién en su sano juicio puede creer a estas alturas que Internet liberará al pueblo cubano?
Internet no liberó a Irán ni a Venezuela ni al Líbano. Internet permitió, eso sí, que la imagen de Neda, esa joven iraní, baleada por orden de los ayatolas, agonizante en los brazos de su padre, no abandone jamás mi mente. Internet permitió, sí, que aquellas numerosas manifestaciones de venezolanos en contra del régimen probaran que todo un pueblo reclamaba libertad, aunque luego los líderes opositores los abandonaron al rechazar la ayuda internacional en forma de intervención militar. Internet no ha solucionado la gravísima crisis dictatorial y migratoria en la que se halla sumido El Líbano. Internet no es la solución, es la pomadita, el remedio, el alivio, la curita o tirita, para que aquellos inocentes de adentro crean que los de afuera los estamos viendo, nos estamos enterando de sus desgracias cotidianas, y que eventualmente podríamos hacer algo por ellos, ayudarlos, o sea, salvarlos… Es criminal crear semejantes perspectivas e ilusiones en las mentes de personas que no poseen más que eso: falsas ilusiones.
Lo único que salvará a Cuba, pese a que nadie podría quererlo menos que yo, sería una intervención quirúrgica militar rápida contra los puntos claves donde se encuentra la cúpula dirigente de ese país. Se puede hacer sin daños colaterales, con drones. Nos lo deben. Nos lo debe Estados Unidos, por razones muy bien explicadas por Fernando Godo cuando hizo hincapié en la deuda de Estados Unidos con Cuba y las Trece Colonias. Nos lo debe Israel, cuando, recuerden, de los casinos cubanos salió buena parte del dinero, vía Meyer Lansky, hacia las arcas del gobierno de Golda Meir con la intención de defender la consolidación de Israel. Nos lo deben unos cuantos, la lista no sería breve…
Los mismos que hoy se lamentan en Twitter y en las redes sociales, suben vídeos y fotos de cubanos sobreviviendo y muriendo en condiciones infrahumanas debieran reflexionar sobre la necesaria intervención militar humanitaria. No es posible ni verdaderamente benévolo, misericordioso y coherente que el horror siga extendiéndose en el tiempo y aumentando en la cantidad de crímenes contra todo un pueblo; si por el contrario, en apenas dos horas se podría acabar con todo ese espanto de un tajo y por fin entregarle al pueblo cubano las riendas de su destino mediante un gobierno de transición hacia la democracia votado, eso sí, y lo subrayo, votado por un Conjunto de Sabios.
Lo otro, si nadie, ningún gobierno quisiera apoyarnos, sería invertir todo el dinero en lo que realmente solucionaría de manera eficaz. Invertir el dinero de los Grants y de las boberías que se organizan y efectúan con la intención de que supuestamente el mundo conozca lo que sucede en la isla a través de los personajes menos conocidos en este planeta, y los menos preparados políticamente, a los que incluso ni los mismos cubanos conocen, pero nombrados de a dedo por el gobierno norteamericano, que ha sido un cómplice y un traidor durante décadas de la libertad de Cuba, -invertirlo todo en liberar a Cuba por la vía de la intervención militar humanitaria.
Es el momento de acompañar al pueblo cubano mediante la reflexión y la oración, la fe y la efectividad real, para que no perdamos el espíritu de liberación del 11J.
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