Por Iván García.
La Habana: Golpeados por la policía el domingo 11 de julio de 2021
El ilusionismo político y la puesta en escena son de las armas más eficaces que utiliza el Departamento de Orientación Revolucionaria, conocido por sus siglas DOR, una institución ideológica que diseña la propaganda del partido comunista en los medios informativos que administran, que son todos los legalmente autorizados en el país.
Llamémosle Heberto, ex funcionario jubilado del DOR, cuenta que con ligeros matices, se sigue utilizando el mismo modelo de hace treinta años.
“Aunque han cambiado los tiempos, con la llegada de las nuevas tecnologías de la información, donde los medios del Estado han perdido el monopolio de las noticias, se siguen las misma directrices. Ha variado muy poco. Sigue habiendo un grupo de países amigos, neutrales y enemigos. Al presidente de un país que apoye al gobierno cubano, sea Putin o López Obrador, aunque su gestión económica o sobre la pandemia haya sido desastrosa, la prensa nacional invisibiliza esas críticas. Los ataques se centran en la violencia policial, las desigualdades sociales y el racismo imperante en Estados Unidos. Si una nación de la UE respalda una condena a Cuba o critica la situación de los derechos humanos en la Isla, entonces esa semana en la prensa aparecen diversos artículos condenando las violaciones de derechos humanos en esas naciones”, explica Heriberto y añade:
“De países aliados como Venezuela, Irán, China o Corea del Norte jamás se publicará una crítica a su modelo político, económico y social. El tema de la emigración también es muy manipulado. El gobierno lo usa a conveniencia. Cuando la Casa Blanca dicta medidas que afectan el flujo de remesas y viajes a Cuba, saca a colación la reunificación familiar. Pero cuando se trata de la aberrante política de prohibir la entrada al país por ocho años de los profesionales cubanos que desertaron en misiones oficiales, los medios cubanos no publican ni una coma”.
Según el ex funcionario, el auge del periodismo independiente, de las redes sociales y la aparición de nuevos medios digitales opuestos al gobierno, ha permitido una lectura diferente entre muchos cubanos. El acceso a medios extranjeros como BBC, El País, El Mundo, New York Times, Washington Post y Diario Las Américas, entre otros, se ha complementado con la irrupción de una decena de sitios noticiosos independientes como Diario de Cuba, CubaNet, CiberCuba, 14ymedio y ADN.
A partir de la primavera de 2014, cuando ETECSA, la única empresa de telecomunicaciones existente en Cuba, inaugurara salas de navegación y hasta la apertura en 2018 del servicio de internet de datos en los teléfonos móviles, más de cinco millones de cubanos acceden con frecuencia a la red de redes.
Si en un principio el uso de internet era una herramienta meramente comunicacional para hablar con sus parientes al otro lado del Estrecho de la Florida, después Twitter, Facebook, Instagram, Telegram y WhatsApp se convertirían en lugares de debates políticos, económicos, sociales, culturales y deportivos.
Periodistas alternativos han potenciado el uso de las redes sociales para difundir sus artículos, punos de vista y propuestas. Luz Escobar, María Matienzo, Mónica Baró, Claudia Padrón, Carlos Manuel Álvarez, Jorge Enrique Rodríguez y Darcy Borrero, entre otros, comentan sobre variados asuntos en sus muros de Facebook, generando un amplio debate. Artistas disidentes y activistas demócratas, como Luis Manuel Otero, Yanelys Núñez, Tania Brugueras así como integrantes del Movimiento San Isidro y el 27N son muy activos en las redes sociales. Cada directa de Luis Manuel era seguida por cientos de personas en el exterior y por muchos jóvenes residentes en la Isla, que se sentían conectado con su narrativa. Desde Estados Unidos y Europa, cubanos de diferentes tendencias políticas, intercambian con sus compatriotas a través de las redes sociales.
En esa estratagema comunicacional el régimen perdió credibilidad. Sus encartonados medios estatales no suelen ser creativos. Y tienen que esperar la orden de las autoridades para dar su versión sobre cualquier situación. Las protestas del 11J se extendieron por todo el país gracias al uso inmediato de las redes sociales. Es innegable que los debates sobre temas políticos y sociales que a diario exponen en internet periodistas, activistas y jóvenes artistas defensores de la libertad de expresión y la democracia, es un factor clave para empoderar a un porcentaje importante de ciudadanos, que pasaron de lectores pasivos a comentaristas críticos con el estado de cosas.
Esa batalla, opina Heriberto, ex funcionario del DOR, “el gobierno la tiene perdida. Si prohíbe el uso de internet, se gana la condena del mundo civilizado. La tarea dada a grupos afines al gobierno, de enfrentarse en las redes con los que consideran los enemigos de la revolución, la han perdido por carecer de argumentos y sistematicidad. Como es una estrategia que han ido cediendo, la salida ha sido intimidar a personas que utilizan las redes sociales como tribuna para amplificar el descontento imperante y tratar de que dejen de hacer críticas, denuncias y hasta memes. Pero el miedo suele ser volátil. Al principio borran sus contenidos y se callan cuando les ponen una multa elevada, pero con el tiempo regresan al ruedo con un seudónimo”.
El régimen impone su matriz de opinión en los medios que llevan 62 años controlando. Pero hace rato sus informaciones y sus discursos no cuelan entre la gente. El sábado 7 de junio, en el centro comercial del Reparto Capri, situado en la Calzada de Bejucal, colindante con el barrio pobre y mayoritariamente mestizo de La Güinera, numerosas personas hacían cola para comprar dos paquetes de salchichas y un pomo de malta a granel. El calor era sofocante. Gisela, ama de casa, no deja de quejarse: “Lo de esta gente (el gobierno) es un teatro. Después de 60 años, ahora en La Güinera se han puesto a construir aceras, pintar con lechada las bodegas y las paradas de ómnibus. Pero siguen los estantes de las bodegas siguen vacíoss y las guaguas demoran en pasar. Mientras gobiernen los mismos, este país no tiene arreglo”, dice y las personas asienten en silencio.
Leonel, panadero, comenta que jamás había visto tantos barrigones (dirigentes) en La Güinera. «Vienen, caminan cinco minutos por determinada zona, meten una muela (dicen algo) y se van en sus autos con aire acondicionado. Hace unos días estuvo Luis Torres Iribar, primer secretario del partido comunista en La Habana, hablando de las aceras nuevas y la reparación de acometidas de agua. Luego le pasó la mano por la cabeza a unos negritos y se fue echando pal’ Vedado. Antes de subirse en el carro, vi que le pidió el gel desinfectante a su ayudante. Pa’ ellos, nosotros somos bichos raros. Intentan tener empatía con la gente del barrio, pero en el fondo nos temen”.
Un mes después de las múltiples protestas populares en Cuba, el régimen ha iniciado tímidas aperturas en medio de una crisis económica casi estacionaria. Autorizó la entrada de medicinas, alimentos y artículos de y aseo libres de aranceles. Aprobó una ley para la creación de micros, pequeñas y medianas empresas privadas o estatales.
Miguel Díaz-Canel se ha reunido con estudiantes universitarios, campesinos de cooperativas y agrupaciones religiosas. Pero aún mantiene tras las rejas a más de 700 personas que salieron a reclamar libertad de manera pacífica. Desde antes del 11J, numerosos activistas, opositores y artistas, como Maykel Osorbo y Hamlet Lavastida, se encuentran encarcelados. A un grupo de periodistas independientes y disidentes se les impide salir de sus domicilios.
La maniobra de entregar un poco de comida, reparar aceras y pintar paradas de ómnibus es un intento del régimen para calmar el enorme descontento popular. Pero no va a funcionar. La única salida a la grave crisis que vive Cuba es sentarse a la mesa a debatir entre todos los cubanos, los de adentro y los de afuera, el futuro de la nación y aprobar reformas políticas, económicas y sociales de calado. Cualquier otra estrategia está llamada al fracaso.
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