martes, 9 de febrero de 2010

Reguetón en dos tiempos.

Es difícil haber visto musicales en la TV en los últimos meses donde no haya aparecido el nuevo video clip del popular reguetonero Baby Lores.

En Creo, Lores hace profesión de fe junto al gobierno con texto e imágenes. No me llamaría demasiado la atención el video si no proviniera de un músico cuya imagen siempre ha estado más cerca de la de un reguetonero de Nueva York: ropas de diseño, blin blin, limusina y guardaespaldas, y a manera de coda, en una presentación suya se llegó a cobrar a 100 CUC la entrada, en este país donde un cirujano de primer nivel puede ganar el equivalente de 50 CUC al mes.

En resumen, Baby Lores es, (o era, ya no sé, ya entenderán mi confusión), la negación del hombre nuevo. ¿Es ése mismo Lores, quien ahora austero, con bandera cubana de fondo, nos mira mientras se deja tatuar en el brazo la imagen de Fidel Castro?

Lores no convence, por eso no me extrañó la parodia que circula en las memorias portátiles y los equipos de audio y video. Los Pichy Boys, se divierten y se burlan. Después de reírme con el desparpajo de las imágenes me di cuenta de que Baby Lores tendrá ropa de marca, prendas, hasta esos tatuajes que si es serio de verdad serán indelebles, pero le falta algo muy valioso y oportuno: un reloj, un reloj, sí, porque el tiempo de Creo está en el pasado.
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