Por Ana León.
El retraso en la implementación del paquetazo económico anunciado por las autoridades cubanas a inicios de enero no ha detenido el aumento de la tasa cambiaria del dólar y otras divisas. Si bien el primer espaldarazo estuvo condicionado por el efecto de recelo o pánico que las medidas causaron en la población, una vez descartada su aplicación inmediata tras el ciberataque a la red de CIMEX, las divisas no han ralentizado su alza, sino todo lo contrario.
“Dice el refrán que cuando el río suena, es porque piedras trae. Si no es hoy, será mañana, o dentro de dos meses, pero esta gente va a dar el paquetazo porque de eso depende su supervivencia (…). Nadie va a quedarse esperando a ver si aflojan, si van a cambiar dos o tres cosas. Lo que va para arriba de los privados es candela, ellos lo saben y están comprando el dólar al precio que sea, porque el peso cubano no sirve”, explicó a CubaNet, muy convencido, un joven que se identificó como Alexei Valdés Guirado, mensajero de varios negocios particulares.
La constante depreciación del peso cubano ha provocado que personas que no solían fijarse en los vaivenes del mercado cambiario informal observen de forma crítica lo que está ocurriendo y, en consecuencia, tomen providencias con respecto a las remesas que reciben. Concepción Armenteros, una jubilada de 70 años, ha pedido a sus dos hijos, residentes en Estados Unidos, que le envíen los dólares en efectivo. Asegura que encontró el contacto perfecto para cambiarlos al mejor precio del mercado.
“No sé de dónde saca el dinero, pero no conozco a nadie que pague mejor. Cada dos días su tarifa mejora, así que yo no tengo apuro por cambiarlo todo de un golpe. Hoy mismo [6 de enero de 2024] está dando 293 pesos por cada dólar (…). ¿Qué necesidad hay de tener los dólares trancados en una tarjeta MLC para gastarlo en las boberías que este Gobierno vende, y carísimas, además?”.
El MLC (moneda libremente convertible) o dólar electrónico, aunque también ha subido, se ha quedado a la saga del dólar físico y el euro; por tanto, quien posee tarjeta no solo limita sus opciones debido a la escasa oferta en los comercios estatales, también pierde dinero cuando necesita cambiar a moneda nacional. Hoy el MLC cotiza a 260 pesos, 30 pesos menos ―por lo bajito― de lo que podría ganar una persona cambiando el dólar en el mercado informal.
“Cualquiera diría que está subiendo por si acaso, en una competencia tipo a ver quién da más (…). No todos los precios han ido a la par del dólar, porque si fuera así no hay quien lo aguante. En las mipymes de mi zona los precios se han mantenido estables, así que la cosa viene por otro lado”, comenta Yoel Rivero, que no cree que el alza de las divisas sea culpa de las mipymes, pero le consta que la mayoría de los que están comprando dólares y euros a cualquier precio, son dueños de mipymes.
Un breve recorrido por establecimientos de este tipo, relativamente bien surtidos, bastó para comprobar que los precios de los productos más demandados ―paquetes de pollo, arroz, huevos, leche en polvo, frijoles, papel sanitario, detergente―, aunque caros, no han escalado a la par de las divisas.
“No todos esos dólares son necesariamente para importar. Hay quien los acapara para salir de la moneda nacional acumulada que, en definitiva, mañana estará más devaluada. Cada dólar que compras es dinero asegurado, te sientes protegido detrás de una moneda que realmente sirve, lo mismo si te quedas aquí, que si decides emigrar la semana que viene. Lo único que no vale la pena acumular son pesos cubanos”, afirma categóricamente una joven que no quiso decir su nombre.
Ella y su hermano administran una mipyme. Teniendo en cuenta el estado de la economía cubana, opina que la mayor parte de esos dólares que ya rompieron la barrera de los 300 pesos, encontrarán su destino final allende los mares. Bajo la amenaza de mayores impuestos y controles para la iniciativa privada, los dueños de negocios tienen más prisa que nunca por sacar su dinero de Cuba. Si no pueden moverlo todo en un solo viaje, al menos aseguran su existencia en moneda fuerte dentro de la Isla, y bien lejos de los bancos.
“Ahí no hay pérdida. Está subiendo tanto que puedes comprar 1.000 [dólares] hoy para venderlos dentro de tres días y tendrás una ganancia de varios miles de pesos. Es una locura. Por donde lo mires funciona, y lo más importante es que, como van las cosas en este país, no sabes si mañana esta gente [el Gobierno] decida ponerlo todo en dólares”, razona la joven emprendedora que, como muchos de sus coetáneos, trabaja entre 12 y 14 horas diarias para reunir la mayor cantidad de dinero posible y emigrar.
“Mañana no sé qué pase. El futuro es incierto, pero tres cosas son seguras: los dirigentes estarán más gordos, los cubanos más pobres y el dólar más caro”, concluye mientras acomoda en un estante varias bolsas de leche en polvo que, por el momento, siguen costando 2.000 pesos por kilogramo.
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