domingo, 6 de noviembre de 2011

‘Discotembas’ habaneras.

Por Iván García.

Todos los miércoles, pasadas las cuatro de la tarde, Maikel, 48 años, estibador en un almacén de alimentos, se acicala y rocía con agua de colonia barata. Y junto a su esposa Irene, 46 años, madre de sus tres hijos, asisten a la discoteca Amanecer, muy cerca del malecón de La Habana.

Allí, luego de pagar 50 pesos (algo más de dólares) por concepto de 'cover', se beben algunos mojitos, un par de latas de cerveza negra Bucanero y durante cuatro horas escuchan y bailan viejas canciones.

Gastan el equivalente a 12 dólares. El salario mensual de Maikel como estibador. Pero vale la pena. "Mi esposa tiene un pequeño negocio privado de confección de dulces y cakes para cumpleaños y bodas. Además, en el almacén donde laboro siempre se me 'pega' algo. Nuestros hijos ya son jóvenes y trabajan. Siempre nos hemos privado de un montón de cosas para propiciárselos a ellos. Ahora nos toca recuperar el tiempo perdido", acota Maikel.

El envejecimiento acelerado de la población cubana ha provocado un estallido de locales y sitios donde personas mayores de 40 años pueden disfrutar un rato de esparcimiento, escuchando música de su generación entre tragos de ron y cerveza.

A esta opción se le conoce en la isla como 'discotemba'. Casi todas las discotecas nocturnas de pegada en La Habana, en sus carteleras anuncian matinées para los 'tembas' (personas de mediana edad). Sitios como Delirio Habanero, al oeste de la ciudad, desde hace dos décadas ofrece un programa a partir de las 5 y 30 de la tarde para personas de la tercera edad. En la parte antigua de La  Habana sucede otro tanto.

Otilia, 69 años, ha recuperado su sonrisa. Tiene un nuevo novio y los sábados por la tarde asiste a una peña cercana a la Plaza de la Catedral, a escuchar bolerones de toda la vida de Blanca Rosa Gil, Olga Guillot y Orlando Contreras, entre otros.

En esa 'discotemba' la entrada para los ancianos es gratis. Solo pagan la bebida o comestibles que consuman. Que es caro. La cerveza nacional de calidad cuesta entre 20 y 25 pesos. Y 10 pesos un trago doble de ron blanco.

Existen 'discotembas' de música mexicana, de tangos argentinos y hasta de rock al estilo Elvis Presley. En la playa de Guanabo, a 20 kilómetros de la capital, hay una discoteca con muchos seguidores.

Se llama El Sauce y suele asistir un público entre 40 y 50 años a escuchar arrobados la música de Bee Gees, Led Zeppelín, Michael Jackson o bailar casino al ritmo de Bacalao con pan de Irakere o El Buey cansao de los Van Van.

En la mayoría de los 15 municipios habaneros existen 'discotembas'. Las hay de caché, como el Café Cantante, en el teatro Nacional, climatizada y con buena música.

Otras, como la discotemba de El Asia, en La Víbora, son de menos nivel. A ratos, la fiesta termina entre trompadas, botellas y vasos que vuelan de una mesa a otra y agresiones con armas blancas.

Suelen asistir 'tembas' conflictivos y marginales de arrabal. Ex presidiarios y personas violentas acuden a la discotemba viboreña en plan de mambises. A pesar de tener entre 40 y 60 años, no se han reformado. Para ellos el jaleo y la gresca forman parte de la diversión.

Se ha vuelto normal ver entre los asistentes a jóvenes veinteañeros, que por aburrimiento y ser más baratas que las discotecas nocturnas, se dan una vuelta a una 'discotemba', para tomar sus tragos y ligar una 'tembana'.

"Se dan más fáciles. Muchos como yo estamos a la caza de una 'temba' con billete que nos paguen los tragos. Un muchacho amigo mío ligó una peluquera cuarentona que le parió un hijo. Lo tiene como un rey. Con cadenas de oro, ropa de marcas y  piensa comprarle un auto", señala Jorge, 19 años, que viste como un modelo internacional y con el pelo lleno de gel.

Por supuesto, las jineteras también son puntos fijos en las 'discotembas'. "Los hombres mayores de 40 años se desviven por las muchachitas de 20. Además, muchos de estos 'puros' (viejos) tienen un 'baro' largo (bastante dinero). Siempre 'hago el pan' (resuelvo). Tomo 'birra' (cerveza) de la buena y regreso a casa con 30 o 40 dólares", cuenta Taíma, prostituta, provocativamente vestida y con unas uñas postizas larguísimas pintadas de violeta.

Con el fin del verano, las discotecas famosas pierden fuelle. Son caras y con el inicio del curso escolar, se llenan sólo en determinados días. Las 'discotembas' no. Siempre están a tanque lleno.
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