"La papa no alcanza para todos", advirtió este lunes la prensa oficial. Las causas son las de siempre: externas (crisis mundial y especuladores) e internas (la responsabilidad de los campesinos y el clima).
Según el semanario Trabajadores, "el incremento de los costos de los insumos en el mercado mundial -asediado por la crisis económica y la especulación de los precios- conllevaron a la drástica reducción de las siembras en la actual campaña".
Solo se sembraron 3.201 hectáreas, el 57,3% de la campaña anterior, que fue muy inferior a las que se realizaban antes de 2010, y solo el 17,4% de la mayor (en 1990).
"Las altas temperaturas a las que estamos sometidos en los tradicionales meses de invierno limitan la tuberización del tubérculo y dan frutos de poco tamaño y menor cantidad por cada plantón", dijo el semanario oficial.
Según José Luis Román Quesada, jefe del Departamento de Viandas del Ministerio de la Agricultura, el mes de febrero, "decisivo para el crecimiento de la papa, fue el más cálido de los últimos 30 años".
Los campesinos también recibieron críticas: "persisten problemas inherentes al trabajo del hombre que afectan esta producción".
De acuerdo con las autoridades, se ha detectado "falta de agilidad de algunos productores para resolver los problemas".
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