Por Rafaela Cruz.
En pocos días, la Asamblea General de la ONU concederá su anual espaldarazo al castrismo, la aplastante mayoría del cónclave aprobará nuevamente el documento que cíclicamente presenta el Gobierno de la Isla para condenar el "bloqueo yankee".Esta condena diplomática no tendría importancia alguna si no fuese porque le sirve al régimen cubano para justificar tanto las miserias provocadas por su modelo económico, como la coaptación de los derechos políticos y económicos del pueblo en base a la política de "plaza sitiada".
Aun con todo lo ventajoso que al castrismo le es este victimismo, los argumentos que sustentan su propaganda son tan básicos como básicas las mentes a las que van dirigidos, las tesis fundamentales son: es un bloqueo, es ilegal, es inmoral.
Bloqueo: etimológicamente bloquear es impedir el funcionamiento normal de algo poniendo trabas en su realización. Con lo cual, todo obstáculo al comercio y a la emigración puede considerarse bloqueo y, como todos los países del mundo tienen controles sobre el comercio y la emigración, se deduce que todos son a la vez bloqueados y bloqueadores.
Siendo así, nadie pone en dudas el derecho de un país a regular su relación con cualquier otro. Son normales los controles de fronteras selectivos según la nacionalidad del que llega, o los aranceles dirigidos contra una nación específica o un producto dado. Es competencia soberana de cada país definir hasta qué punto quiere relacionarse con otro.
Pero el Gobierno cubano alega padecer una situación cualitativamente diferente, dice que EEUU la tiene cercada.
Cuba sí sufrió un cerco, pero en 1962. Sucedió cuando Fidel Castro convirtió la Isla en un portaaviones nuclear soviético. Entonces, una flota con navíos estadounidense y latinoamericanos, la bloquearon aislándola del mundo por aire y mar hasta conseguir la retirada de los misiles comunistas.
De los más de 22.000 días que ha durado el castrismo, solo esos 13 días de octubre transcurrieron bajo un bloqueo-cerco, apenas el 0,057% de su tiempo de existencia. No parece que ese infinitesimal instante pueda justificar la miseria actual del país.
No importan las razones que motiven cómo Washington regula su relación con La Habana, la cuestión es que tiene derecho a mantener una buena relación o a no tener relación alguna. El propio castrismo ha cesado toda relación con varios países en más de una ocasión.
En realidad, Cuba comercia con todo el mundo, incluidos EEUU, sin que ningún cerco se lo impida. Eso sí, siguiendo en cada caso las normas que su contraparte imponga, lo que es muy natural. ¿De qué bloqueo habla entonces?
Ilegal: lo primero a entender es que el conjunto de leyes que componen "el bloqueo" no prohíben nada a Cuba. Es a las empresas y a los nacionales estadounidenses a quienes se les limita su relación con un tercer país. Así que, en todo caso, serían los estadounidenses quienes deben dirimir la legalidad de esas leyes.
Que los norteamericanos no puedan viajar a Cuba sin un permiso especial no es bloqueo; cuando los cubanos no podían viajar a ninguna parte del mundo sin un permiso del Gobierno castrista —que aun deniega a muchos ciudadanos— a nadie se le ocurrió decir que el universo estaba bloqueado por Cuba.
La realidad es que enormes corporaciones que han sido afectadas con multimillonarias multas por transgredir estas leyes, aun teniendo a su disposición los mejores despachos legales, jamás han alegado en su defensa que estas sean ilegales o inconstitucionales. Lo cual es un reconocimiento factico de su legalidad.
En todo caso, si Cuba estima que estas leyes le afectan, ¿por qué no se querella directamente contra el Gobierno norteamericano? Podría ir a una corte local utilizando uno de los muchos agentes que tiene viviendo en el monstruo. También podría ir a la Corte Penal Internacional como recientemente hicieran Venezuela o Irán. ¿Por qué Cuba solo acude a la Asamblea General de la ONU donde no se discute para nada la legalidad de estas leyes? ¿Temerá Cuba que un veredicto legal real le quite fuelle a su show mediático y a sus justificaciones?
Inmoral: no hay que descartar a priori el argumento. Efectivamente, algo inmoral puede tener esta legislación norteamericana que intenta afectar a un Gobierno enemigo haciendo mella directa en la población. Más cuando el Gobierno enemigo es una dictadura, por lo tanto, la población —al menos la inmensa mayoría— es víctima y no cómplice del Gobierno.
Washington enfrenta una disyuntiva: negarse a colaborar con una dictadura para acelerar su caída, aunque el pueblo sufra por ello, buscando así el bien a largo plazo; o pensar a corto plazo y, para aliviar solo un poco la situación actual del pueblo, colaborar con esa dictadura y así, probablemente, perpetuarla en el poder.
Ambas opciones pueden ser moralmente condenadas, pero también ambas opciones pueden ser moralmente justificadas. Pero, ¿qué justificación tiene el castrismo para ser una dictadura?
Lo que es inadmisible es que quien tiene la responsabilidad directa de la situación espantosa del pueblo cubano acuse de inmoral a quien, en todo caso, tendría una relación bastante lejana.
Pero a efectos didácticos pongámonos en el lugar del castrismo y aceptemos que "el bloqueo" es un chantaje político que busca doblegar la voluntad de Cuba.
Es obvio que "Cuba" no tiene voluntad, solo las personas tienen voluntad. Los que gobiernan cada país son los que tienen voluntad; en el caso cubano, siendo el castrismo quien gobierna, el chantaje no es contra Cuba, es contra el castrismo.
Y no es un chantaje tipo "haz lo que te digo o te torturo" (pues los que rigen Cuba no sufren, ni mínimamente, los estragos del "bloqueo"), es más bien un chantaje del tipo "haz lo que te digo o torturo a tus hijos".
¿Hasta qué punto la responsabilidad es del chantajista y hasta qué punto la responsabilidad es de la intransigencia del padre? ¿En qué momento la voluntad del castrismo se volvió más importante que el bienestar de los cubanos?
Según su propia lógica, el castrismo, con tal de hacer su voluntad, llevaría 62 años permitiendo que los norteamericanos torturen al pueblo cubano.
La conclusión final es simple: no existe tal bloqueo, Cuba comercia con quien quiera comerciar con Cuba, exactamente lo mismo que cualquier otro país del mundo.
Efectivamente existe un conjunto de leyes en EEUU, un país soberano, tendentes a regular su relación con otro país, pero estas leyes no dañan a Cuba, solo le impiden beneficiarse de la propiedad norteamericana, que es algo completamente diferente. Además, la legalidad de estas leyes, hasta este momento, ha sido incuestionada, incluso por el castrismo.
Sea cual sea, la moralidad de la relación entre una democracia y una dictadura es siempre cuestionable, esta se basa exclusivamente en el interés mutuo. EEUU decidió que puede vivir sin Cuba, y no es su culpa que tras 62 años de nacionalismo castrista, la Isla necesite hoy más que nunca de EEUU.
0 comments:
Publicar un comentario