Por Miguel Hernández.
"A la Libreta hay que hacerle una estatua" se le ha escuchado a muchos cubanos que han crecido en estas décadas bajo la cartilla de racionamiento alimenticio, un talonario a la medida de un bolsillo del pantalón y que de paso provocó una nueva jerga a lo largo de los años.
"Yo soy el último", por ejemplo, es una de las frases más recurrentes en esta "media rueda". Su mayor uso habría que buscarla en las "colas" (hileras) frente a los comercios y carnicerías de los barrios, de varias generaciones de cubanos, para "coger lo que toca" por la cartilla.
La "libreta de abastecimiento", popularmente así mencionada dentro de Cuba, nació mediante la Ley 1.015 del 12 marzo de 1962 como un sistema de distribución para sortear la escasez generada, entre otros factores, por la política de Estados Unidos, de bloqueo/embargo.
Nadie imaginó entonces que "la libreta" llegaría a cumplir 50 años. Quien sabe si alguien, con manía de coleccionista, tenga en su escaparate guardadas las 50 "libretas" desde 1962 y se entusiasme a una "exposición" personal en momentos que pululan las galerías con lo inimaginable.
La de 2012 sí está obligada a cuidarla muy bien, para asegurarse esta temporada de las raciones de cada mes de arroz, frijoles, azúcar, sal, alguna proteína por medio de una discreta cuota de pollo o, pescado (sobre todo jurel),o picadillo de carne con soja, una cantidad mínima de aceite, café (mezclado con chícharos), 10 huevos, pasta dental y jabón.
Todo mundo, autoridades incluidas, reconocen que las ofertas de la "canasta básica" no alcanzan para el mes ni cumplen con las exigencias de una "dieta balanceada".
"De no ser por la libreta no sé que hubiera sido de nosotros con los 'americanos' ahí enfrente", dice un partidario del gobierno.
Fuentes oficiales calculan en casi dos mil millones de dólares el gasto para el 2012 en productos para esa canasta básica -que se vende a precios subsidiados- debido al alza internacional de precios de los alimentos.
Un documento marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Cuba considera que el acceso a esa cuota alimenticia es un derecho garantizado a todo ciudadano y resalta que existen, además, dietas especiales para grupos vulnerables, como niños, niñas, mujeres embarazadas y madres lactantes.
Bajo el influjo de sus reformas económicas, el presidente Raúl Castro ha alertado la carga que significan "los millonarios subsidios" que acarrean los productos de la "libreta de abastecimiento" y su sistema de distribución al mismo tiempo que aclaraba que en la llamada "actualización del modelo económico" como se nombra su política de desmonte de políticas arcaicas, la tendencia será a subvencionar personas y no productos.
"Ahora, es verdad que también tenemos que crear condiciones para que lo que se quite de la 'libreta' y se le ponga un precio no subsidiado, la población tenga la alternativa de comprarlo en algún lugar" ha señalado Marino Murillo, el vicepresidente del gobierno que el general Castro ha encomendado para supervisión de los 'lineamientos' como se conocen las reformas del presidente cubano".
Asegura el gobierno que le cuesta la canasta familiar normada unos mil 16 millones de dólares equivalentes a 25 mil 692 millones de pesos cubanos, pero que los ciudadanos pagan tres mil 171 millones de pesos cubanos por lo que el estado subsidia el resto multimillonario. Y también han reconocido los recurrentes desvíos al "mercado negro" en estas décadas de los productos racionados.
Las autoridades han enviado no obstante un mensaje ante la intranquilidad de buena parte de la sociedad de 11.2 millones de cubanos: "la supresión (de la libreta) será paulatina porque hoy el ingreso medio del cubano no alcanza" para los nuevos precios.
"La Libreta" ha llegado a ser en la actualidad hasta inspiración del principal programa humorístico de la televisión cubana, donde una fotocopia gigante de "la cartilla" aparece enmarcada en un cuadro en la sala del viejo Pánfilo, el protagonista del espacio "Vivir del cuento", que hace reír con sus bromas e ironías sobre realidades... bien serias.
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