Por Wilfredo Cancio Isla.
La crisis no puede ocultarse: casi la mitad del transporte urbano en La Habana está paralizado por falta de piezas de repuesto, deficiente mantenimiento, y maltratos de sus operadores y el público.
La Dirección Provincial de Transporte de La Habana convocó esta semana a una reunión de emergencia para analizar la situación existente y diseñar un plan de iniciativas urgentes que logre paliar la debacle de la transportación pública en la capital cubana.
La reunión estuvo presidida por el general de división Antonio Enrique Lussón Batlle, vicepresidente del Consejo de Ministros, y contó con la asistencia de la alta jerarquía del Ministerio del Transporte, representantes del Ministerio del Interior y los consejos de administración provincial. Entre ellos se encontraban César Ignacio Arocha Masid, ministro de Transporte, y Oscar del Toro Quesada, inspector general del Transporte y secretario de la Comisión Nacional de Seguridad Vial.
En el encuentro, celebrado la semana pasada, se conoció que actualmente sólo funciona el 54 por ciento del total de ómnibus del sistema urbano de pasajeros en La Habana. El diario Granma mencionó la reunión en un reporte dedicado a seguridad vial, pero sin dar mayores detalles.
"La situación es verdaderamente crítica y creo que la solución de los problemas no están a corto plazo", dijo a CaféFuerte un asistente a la reunión, que pidió anonimato. "Lo que pude percibir fue una gran preocupación en el gobierno ante una situación que pudiera agravarse en las próximas semanas... puede ser un verano caliente en La Habana".
Este lunes, un reportaje del Noticiero de Televisión señaló que el parque de ómnibus Liaz, de fabricación rusa, es el de menor disponibilidad técnica del sistema de transporte urbano en La Habana. De los 177 ómnibus rusos articulados, con destino a rutas de la capital, 136 están fuera de servicio, indicó el informe televisivo.
Las autoridades del sector pusieron en marcha un taller especial para reparaciones de ómnibus, con la participación de especialistas técnicos y trabajadores de varias entidades del Ministerio del Transporte para dar respuesta inmediata a las labores chapistería y reacondicionamiento técnico.
Al taller se le ha dado prioridad para la asignación de recursos a fin de cumplir las reparaciones. "Están los recursos contratados y según vayan entrando al país se les irán poniendo a los carros para que se incorporen paulatinamente a prestar servicios a la población", declaró Alexis Riverón, subdirector general de la empresa Metrobus. "Estos ómnibus llevan largo tiempo paralizados por diferentes causas".
Pero la llegada de los suministros y piezas de repuesto pudiera demorar hasta el segundo semestre del año y la situación es realmente de urgencia. Otros talleres de la capital también se han sumado a la ofensiva oficial para recuperar ómnibus paralizados. Otra vuelta de crisis La crisis no sólo toca a las puertas de la capital. En la ciudad de Camagüey, de los 300 ómnibus asignados al transporte público hay solo 18 funcionando.
"Esto es un fenómeno sin salida, que se repite a lo largo de los años", comentó el economista independiente Oscar Espinosa Chepe en conversación telefónica desde La Habana.
Espinosa Chepe consideró que en esta nueva crisis del transporte se suman múltiples factores, que van de la mediocre calidad de los equipos adquiridos en China, Rusia y Bielorusia y la falta de piezas de repuesto hasta las malas condiciones de las calles y la inestabilidad de los choferes empleados.
"Hay serias dificultades con los choferes, que no todos tienen la experiencia, son muy inestables en el puesto y las indisciplinas están a la orden del día, desde parar una guagua en plena vía para resolver un asunto personal o tomar café o robarse el dinero del pago del pasaje", agregó el economista.
Tras años de agónicos problemas en la red de transporte público, la compra de nuevos ómnibus en el 2007 permitió implementar un nuevo esquema del servicio en La Habana, bajo control de dos empresas: el Metrobus, dotado con carros articulados y 17 rutas principales de recorrido (identificadas con una P), y los Omnibus Urbanos, con carros rígidos y 102 rutas complementarias al sistema Metrobus.
Un total de 450 ómnibus articulados y 200 rígidos marca Yutong fueron adquiridos de China, además de un centenar de carros MAZ de Bielorrusia y unos 200 articulados Liaz, de Rusia. El plan gubernamental era restablecer en los siguientes cinco años un 85 porciento del plan de transportación con que contaba La Habana antes del colapso del campo socialista y la implantación del llamado "período especial" en los años 90.
Según trascendió extraoficialmente, se espera la entrada de un nuevo parque de ómnibus para la segunda mitad del año. Los mayores índices de transportación urbana de pasajeros en La Habana se registraron en 1988, cuando se brindaban 30,000 viajes con el traslado de casi cuatro millones de pasajeros diarios.
Durante el pasado año, los ómnibus de uso público en todo el país apenas transportaron 714.4 millones de pasajeros, según estadísticas oficiales. De los 8,922 vehículos registrados en Cuba para el servicio público, 1,489 son se dedican al transporte urbano.
Espinosa Chepe, que como funcionario de Comercio Exterior gestionó la compra de ómnibus húngaros Ikarus en 1975, recuerda una anécdota con un alto funcionario socialista que visitó por entonces Cuba.
"Era el viceministro de Transporte de Hungría y después de observar las calles y ver a los choferes cubanos sobre el terreno me dijo que no debíamos de comprar los Ikarus, que lo que se se necesitaba en Cuba para el transporte público eran tanques de guerra", relató el economista.
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