martes, 26 de enero de 2016

Cómo vive un matrimonio habanero con pesos cubanos.

Por Iván García.

Familia pescando - cubaEn los grandes centros comerciales de La Habana, ya sea Carlos III, Galerías Paseo o el situado en la Avenida Boyeros y calle Camagüey, usted no encontrará a familias como la de Yesenia y Sergio.

En esas ‘shoppings’ o tiendas recaudadoras de divisas, un televisor de plasma de una marca que no aparece registrada en Wikipedia cuesta 399 cuc, 10 mil pesos al cambio de un cuc por veinticinco pesos; un extractor de jugos, 219 cuc, 5.475 pesos, y un procesador de alimentos 118 cuc o 2.900 pesos de la depreciada moneda nacional.

Los salarios de Yesenia y Sergio suman 1.800 pesos, alrededor de 43 cuc. Esa cantidad no les permite comprar electrodomésticos modernos o un ordenador de tercera generación. Ni siquiera sentarse en un bar estatal y tomarse juntos unas cervezas.

Hace seis años se casaron y en 2015 ella dio a luz un niño, a punto de cumplir su primer año. No se trata de dos vagos subsidiados por el Estado o de personas de baja calificación.

Sergio es ingeniero civil y Yesenia graduada en historia del arte. Residen en un apartamento de dos habitaciones, en un barrio de La Víbora, al sur de La Habana. En sus respectivos puestos de trabajo, ninguno de los dos se dedica a ‘inventar’ (robar o desviar recursos del Estado).Tampoco tienen parientes en Miami que mensualmente les gire 100 dólares.

¿Cómo se las arreglan para llegar a fin de mes? Desglosemos el día a día del matrimonio.

Sergio cobra los días 10 de cada mes y Yesenia el 22. Mientras en el noticiero nacional de televisión los presentadores pormenorizan estadísticas y producciones que no paran de crece, la pareja ni se entera. Está demasiada ocupada, sacando cuentas en una calculadora china.

“Hacemos un presupuesto de 250 pesos por semana. Y 80 pesos para imprevistos. De electricidad pagamos entre 60 y 80 pesos al mes. Los electrodomésticos que tenemos en casa son un televisor Panda (antiguo, de tubos catódicos), dos ventiladores, refrigerador, batidora, arrocera, plancha y una vieja lavadora rusa”, dice Sergio.

Y explica que para ahorrar electricidad, “la arrocera, que consume mucha corriente, solo la usamos una vez al día. Siempre estoy detrás de mi esposa para que no deje bombillos encendidos. Donde más consumimos es con el televisor, pues al tener escasas opciones recreativas, siempre estamos enganchados a la tele”.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el salario medio mensual en 2014 era de 584 pesos, 197 pesos más que en 2006, entonces de 387. En 2015, ‘creció’ a 600 pesos.

Pero el crecimiento nominal de los salarios estatales no es equivalente al aumento en términos de la capacidad adquisitiva de ese ingreso, pues los precios siguieron subiendo en el mismo período. Las estadísticas de la ONEI incluyen datos interesantes sobre el reparto salarial en Cuba.

Trabajadores de 8 de las 16 provincias cubanas, tienen un salario medio por debajo de la media nacional: Isla de la Juventud (530), Santiago de Cuba (540), Guantánamo (548), Artemisa (551), Mayabeque (553), Granma (565), Camagüey (566) y Holguín (575).

Los sectores que menos ingresos reciben por salario son Hoteles y Restaurantes (377 pesos, por eso roban tanto), Administración pública, Defensa y Seguridad Social (485), Cultura y Deportes (486).

Los mejores salarios se localizan en la Industria azucarera (963), Explotación de minas y canteras (819) y en Ciencias e innovación tecnológica (811).

El que más gana, es decir, el salario medio más alto es 40 por ciento mayor que el salario medio más bajo. Esos salarios deprimidos ahogan a familias como la Sergio y Yesenia.

“Es imposible vivir exclusivamente de tu sueldo. La comida por la libreta de racionamiento no sobrepasa los 35 pesos al mes por las tres cuotas, pero con lo que dan por la ‘canasta básica’ no puedes vivir, menos si tienes un bebé. En vegetales, frutas, arroz, pollo y cerdo gastamos cerca de 900 pesos mensuales. Los ciento y pico de pesos que sobran después de pagar la luz se van en pagar el gas, agua y transporte. Cuando el niño se enferma o se rompe un equipo, tenemos que echar mano de la reserva o dinero extra que guardamos en el escaparate”, expresa Sergio.

¿Cómo obtienen dinero extra? “Repaso matemáticas a niños de primaria y secundaria. De esa manera, por la izquierda, obtengo cerca de 40 chavitos (cuc), más o menos el salario de los dos. Esas divisas son para comprar aceite, aseo, cereales, compotas y jugos para el niño. Así y todo, llevamos una vida muy dura”, confiesa.

A pesar de vivir a 140 kilómetros de Varadero, ellos no conocen ‘la playa más hermosa del mundo’, según reza la publicidad de agencias turísticas gubernamentales. Ni soñar con alojarse un fin de semana en un hotel de tres estrellas con todo incluido.

¿Cuáles son los planes de futuro de Yesenia y Sergio?, indago. El matrimonio demora unos minutos en responder.

“En Cuba el futuro es el día siguiente. Claro que deseamos que el niño crezca saludable y con una buena alimentación, comprarle ropa, zapatos y juguetes, dormir con aire acondicionado en el cuarto, poder adquirir un carro, visitar otro país y cuando llega la Feria Internacional del Libro, comprar muchos libros, somos apasionados a la lectura. Pero por ahora todo eso nos está vedado. Quiero ser optimista y pensar que las cosas van a cambiar. La pregunta es cuándo”, responde Yesenia.

¿Han pensado marcharse de Cuba?. “No tenemos parientes en el extranjero ni dinero para pagar una travesía riesgosa por Centroamérica. No nos queda más remedio que aguantar el temporal en la isla. Para gente como nosotros, el milagro es estar vivos”.

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