martes, 5 de enero de 2016

El dólar cobra fuerza en Cuba.

Por Iván García.

Western Union en la calle Obispo, Hbana Vieja _abEn una oxidada lata de galletas, guarda sus ahorros José Manuel Cordoví, dueño de un negocio de forjar ventanas, puertas y muebles de hierro en un suburbio de casuchas bajas en Arroyo Naranjo, municipio a 40 minutos en automóvil del corazón de La Habana.

Cordoví no tiene parientes ni amigos cercanos a los mandarines verde olivo con los cuales pueda obtener informaciones. Pero los incesantes rumores lo han alentado a cambiar sus ahorros de pesos convertibles a dólares estadounidenses.

“Presiento que en diciembre o enero, está gente (gobierno) unificará la moneda y el chavito (peso convertible) se va del aire. Dicen que van a respetar el dinero de las personas depositados en los bancos. Pero a quienes tenemos negocios por la izquierda o guardamos el dinero debajo del colchón, nos pueden joder con una unificación de moneda si viene acompañado de una depreciación del cuc”, expresa José Manuel.

En La Habana, los que tienen negocios legales o clandestinos, prefieren apostar por el billete verde. Mientras al cambio oficial el Estado cotiza el dólar a 87 centavos frente al peso convertible, personas como Obdulio, agiotista ilegal, “los billetes grandes de a 50 o 100 fulas los pago a 95 o 96 centavos. Los otros los compró a 93 o 94”.

Todas las mañanas, seis días a la semana, Obdulio merodea por las casas estatales de cambio (CADECAS), a la caza de dólares.

“Los cambistas particulares cotizamos mejor que el gobierno. Los cubanos que viven en Miami y cooperantes en Venezuela o Ecuador prefieren venderlos a tipos como yo. En cada jornada compró 2 o 3 mil dólares que luego revendo a un comprador a uno por uno contra el chavito. Desde hace un mes ha aumentando la compra de dólares. Ahora pocos quieren vender y muchos desean comprar. Parece que huelen algo en el ambiente”, señala Obdulio, sentado en un café de una céntrica avenida habanera.

Médicos, ingenieros y entrenadores deportivos que prestan servicios en Ecuador, Venezuela o Brasil compran cantidades importantes de dólares para adquirir pacotillas, teléfonos inteligentes y electrodomésticos que luego revenden en la Isla.

También ‘mulas’ ocasionales que residen en Cuba y viajan a la zona franca de Colón en Panamá, a un pulguero en el Puerto del Callao en Perú o a Miami, compran por miles los dólares.

¿Pero tiene fundamento la intuición popular de una próxima unificación monetaria y devaluación del peso convertible (ahora se canjea a uno por 24 pesos)? Indagué con un economista y profesor universitario.

“El gobierno de Raúl Castro en 2013 planificó implementar la unificación de las dos monedas en un plazo de 18 meses. Pero lo han incumplido. La doble moneda crea distorsiones en la finanzas y futuros negocios con empresarios extranjeros. Hay al menos tres tasas cambiarias en Cuba. Ciertas empresas y cooperativas valoran el cuc a diez pesos. Otras tasan el cuc a uno por uno frente al dólar. Y los negocios privados y casas de cambios del Estado evalúan a 24 o 25 pesos el peso convertible”, acota el economista.

Y agrega: “Las finanzas cubanas viven atrapadas en una burbuja irreal. Nuestras dos monedas, el peso cubano (cup) y el peso convertible (cuc) no flotan en el mercado cambiario internacional. Su apreciación es artificial, una política de Estado sumamente dañina, pues no motiva a los turistas que vienen con dólares a gastar mayor cantidad de dinero debido al impuesto que Fidel Castro situó al dólar en 2005. Los bajos salarios en Cuba son un freno al consumo. La unificación de la moneda no es un capricho, es una medida que no se debe dilatar más”.

¿Qué puede suceder cuando se unifique la moneda?, le pregunto.

“Se pueden presentar tres escenarios posibles. Uno: se podría disparar la inflación. Dos: y ya viene aconteciendo, que muchas personas cambiarían sus ahorros o se refugiarían en el dólar debido a la poca confianza en las monedas nacionales. Tres: si la unificación no viene precedida de una devaluación significativa del peso convertible frente al peso, la unión monetaria poco resolvería. Se han venido tomando algunas medidas, como emitir billetes de alta denominación y sectores como Salud Publica y ETECSA mejoraron el salario a sus empleados. Pero 1,500 o 1,600 pesos (65 o 70 dólares) sigue siendo un sueldo insignificante de acuerdo con el actual costo de la vida”, subraya el economista.

El experto considera que simultáneamente a la unificación de la moneda, se debieran reducir los exagerados gravámenes de hasta un 300% en las tiendas estatales por divisas.

“Pero la clave está en la baja productividad, lo que combinado con salarios irrisorios constituyen un freno al consumo, una baza importante para ir emergiendo de la crisis. Mientras no existan normas transparentes, una sola moneda y una tasa cambiaria que se rija por el patrón internacional, no va a crecer espectacularmente el volumen de inversiones y negocios extranjeros”, opina el también profesor universitario.

En una sociedad cerrada como la cubana, donde un pequeño grupo de personas emiten las directrices, es muy complejo conocer cuándo y cómo se efectuará la unificación monetaria.

Pero hay indicios interesantes. Una reciente declaración del congresista republicano por Illinois, Rodney Davis, aceleró las expectativas. Davis, visitó recientemente la Isla en una misión comercial, y declaró que funcionarios cubanos le informaron que la reforma monetaria ocurriría “dentro de un mes”.

El pasado mes de mayo, Marino Murillo, el obeso zar de la economía cubana, ofreció algunas pistas en una conferencia con estudiantes en la Universidad de La Habana. Les dijo que a finales de 2015 o principios de 2016 podría acontecer la esperada unificación monetaria.

“No me pregunten qué día va a ser porque no lo puedo decir, pero guarden todo lo que ahorren en pesos cubanos”, dijo Murillo.

Aunque personas como el herrero José Manuel Cordoví prefieren guardar su dinero en dólares.
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