Por Ricardo Angoso.
Entrevista al periodista, escritor y analista Carlos Alberto Montaner. "Con la venia de Juan Manuel Santos, las FARC cuadruplicaron la producción de coca y, junto al ELN, se han transformado en el mayor cártel del planeta. Le dejan a Iván Duque y a Marta Lucía Ramírez una papa caliente"
Carlos Alberto Montaner es analista político del canal norteamericano de televisión CNN, periodista y escritor. Sus columnas de opinión se publican en decenas de medios del continente y se calcula que más de seis millones de personas le leen semanalmente. Tiene un blog (http://www.elblogdemontaner.com) sobre asuntos latinoamericanos muy valorado y visitado, ha publicado numerosos libros de ensayo y novela y es una de las voces más escuchada y respetada en las Américas. En esta entrevista nos habla de la truncada Revolución cubana y de otros asuntos que atañen a América Latina, como la crisis de Venezuela y el proceso de paz en Colombia.
Participó en la Revolución cubana, ¿tuvo algún papel?
Cuando triunfó la revolución, en enero de 1959, era muy precoz, pero sólo tenía 15 años.Simpatizaba, como casi todos los estudiantes, pero mi papel fue mínimo en la lucha contra Batista.
¿Cómo fue su salida de La Habana?
A los 17 años me fugué de una cárcel política para menores y me asilé en una embajada. A los siete meses me dieron el salvoconducto y volé directamente a Miami.
¿Cuándo se dio cuenta que la Revolución estaba tomando un giro comunista?
A los tres meses. Me lo confirmó un viejo comunista amigo de mi familia que luego fuera viceministro de Educación. Se llamaba Raúl Ferrer.
¿Cree que los Castro tenían pensando todo desde el principio?
Al inicio no lo creía, pero con los años me fui convenciendo de que Fidel y Raúl eran comunistas desde fines de los años cuarenta. Su handler dentro del partido fue Flavio Bravo. Todos esos datos aparecen en un libro muy bien documentado titulado El sóviet del Caribe. El autor es César R. Aguilera.
¿Qué opinión le merece el Che Guevara?
La peor. Era un tipo violento, inflexible y dogmático. Alguien que es capaz de escribirles a sus padres que le gustaba matar, o de decir, públicamente, que un revolucionario dede ser una fría máquina de matar. Era un psicópata.
¿Por qué no hubo una verdadera oposición al régimen capaz de tumbarlo como ocurrió en Europa del Este?
La hubo y Castro, con la ayuda de los soviéticos, la aplastó. Entre 1960 y 1966 hubo campesinos alzados en las montañas del centro de Cuba. En esas luchas guerrilleras murieron unas ocho mil personas. En las dos primeras décadas del castrismo encarcelaron a unos cien mil cubanos y fusilaron a varios millares.
¿Cómo fue su llegada a los Estados Unidos?
El 9 de septiembre de 1961 cientos de asilados en diversas embajadas salimos de Cuba en aviones rumbo a los respectivos países. Mi avión seguía a Venezuela, pero hacía escala en Miami. Ahí me quedé.
¿Cree que la política de Obama fue acertada con respecto a Cuba?
No. Fue un error sacar del juego a la oposición democrática. Lo razonable hubiera sido que le indicaran al gobierno cubano que la reconciliación pasaba por aceptar la existencia del multipartidismo. No ponerle ninguna condición a los Castro era una receta para lo que ocurrió: La Habana le pidió a Washington ciento cuarenta mil millones de dólares como indemnización por la interrupción de las relaciones comerciales y arreció la represión contra los disidentes.
¿Cuál es la relación entre la Cuba de los Castro y Venezuela?
Venezuela es una colonia política de Cuba. La contrainteligencia cubana sostiene a Maduro en el poder y éste le paga a los Castro ingentes cantidades de dinero y 42 000 barriles de petróleo diariamente. Cuando Venezuela producía más petróleo llegó a darle a su menesterosa Metrópolis el triple de esa cantidad. Cuba reexportaba una parte.
Usted participó en la creación de una plataforma de oposición para Cuba, ¿qué fue de aquello?
Para tratar de reproducir en Cuba la transición española o la que hubo en Europa del Este. Me ayudó mucho Adolfo Suárez, que entonces dirigía la Internacional Liberal. La Plataforma Democrática Cubana tenía a bordo a los liberales, que yo presidía, los socialdemócratas y los democristianos. Cada grupo tenía el respaldo de su correspondiente Internacional. Si el gobierno cubano admitía la apertura, como ocurrió en Europa del Este, aterrizaríamos en Cuba con cientos de líderes democráticos de todo el mundo. La idea era destrabar el conflicto. Desplazar el eje de confrontación de Cuba vs. USA a la última dictadura comunista de Occidente vs. todas las democracias.
¿Quién manda ahora en Cuba?
En Cuba mandan Raúl Castro y su grupo de militares. Díaz-Canel es un cero a la izquierda.
¿Hacia dónde evolucionará Cuba?
No lo sé, pero no creo que funcione la fantasía de copiar a China o a Vietnam. Los militares no quieren perder sus privilegios y tampoco que surja un grupo que compita con ellos en riqueza.
En los últimos años incursionó en la literatura, ¿en qué proyectos trabaja ahora?
En mis memorias. Hay que ir haciendo las maletas. Si me quedé tiempo tengo previstas un par de novelas.
Finalmente, ¿qué piensa del futuro del continente, estamos mejor que hace unos años?
Sin duda, estamos mejor que en las décadas previas a 1990. Al menos formalmente, casi todos los países latinoamericanos son democracias. Faltan Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, pero casi todas esas naciones tienen sistemas muy precarios que pueden dar la vuelta. El gobierno de Ecuador ha roto con Correa y está en vías de tener un comportamiento más democrático.
¿Qué piensa del proceso de paz colombiano?
Pienso que ha sido desastroso. Con la venia de Juan Manuel Santos, las FARC cuadruplicaron la producción de coca y junto al ELN se han transformado en el mayor cártel del planeta. Le dejan a Iván Duque y a Marta Lucía Ramírez una papa caliente.
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