Por Tte. Coronel Reynaldo Sánchez.
Según declaraciones de la nueva Ministro de Relaciones Exteriores de España, Trinidad Jiménez, el gobierno de los Castro está haciendo apertura y cambios sensiblemente positivos.
Los cambios que el gobierno de Zapatero ve en La Habana no son más que medidas arbitrarias y desesperadas del régimen para tratar de mantener engañado y sometido al pueblo cubano. La apreciación sobre los llamados cambios viene desde una sola perspectiva, la gubernamental, el actual gobierno español no ha tenido en cuenta, para nada, las opiniones de la disidencia cubana, ni las declaraciones del sufrimiento de los cubanos obligados al exilio. Cualquier apreciación unilateral carece de objetividad.
Los cambios a que se refiere la canciller española no son otros que la excarcelación de presos opositores como un destierro obligado, lo que le permite al régimen castrista abrir la llave de la presión interna y colorear con viejos y falsos matices la opinión pública internacional.
Otra medida en contra del pueblo de Cuba es el despido de 500 mil trabajadores que tendrán que buscar el pan de cada día a como de lugar, el engaño del "cuentapropismo" ya es historia antigua; ahora no será diferente pues la economía socialista implantada en la Isla no tiene ni los mecanismos, ni los medios, ni los recursos para garantizar que esta actividad económica pueda desarrollarse y ser exitosa.
La canciller española y Zapatero no quieren ver las necesidades y penurias del pueblo cubano; no se han dado cuenta de la reducción de los artículos de consumo de la canasta básica del cubano, estos artículos se han eliminado de la llamada libreta de racionamiento lo que hace que el cubano de a pie tenga que gastar más dinero del que tienen.
¿Dónde están esos cambios sensibles a que hacen referencia; dónde están los representantes de la oposición en el Parlamento; dónde está la libertad de expresión; dónde está la prensa independiente no controlada por el Estado; dónde está la diversidad de Partidos Políticos, expresión genuina de una verdadera democracia; dónde está la posibilidad de que los cubanos puedan invertir en hoteles, fábricas y otras empresas e industrias de la Isla?
El gobierno español en lugar de congraciarse con los Castro para garantizar sus inversiones en la Isla debería exigir en la Unión Europea que continúe con la posición común hasta que se haga un Referéndum Popular con supervisión internacional donde le den la posibilidad a todos los cubanos de escoger entre el régimen socialista o un régimen democrático. Eso sería loable y daría prestigio al Gobierno de Zapatero. Aunque parece imposible, porque Zapatero y Fidel Castro calzan el mismo zapato.
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