Por Aleaga Pesant.
El recrudecimiento de la crisis del transporte por ómnibus en la capital de la Isla, luego de la importante mejoría de los años 2005 y 2006, cuando entraron en servicio nuevos ómnibus chinos y bielorrusos, hizo caer al prepotente ingeniero Joel Beltrán Archer, jefe de la Dirección Provincial del Transporte, en una reunión con los máximos representantes del gobierno en la ciudad, presidida por la primera comunista, Mercedez López Acea.
La medida no detendrá el acelerado deterioro del parque automotor para la transportación pública, si no viene acompañada de fuertes inversiones en el sector, tanto para la compra de nuevos ómnibus como de partes y piezas de repuesto, además del regreso a la distribución planificada hace más de siete años.
Pero la Asamblea Provincial del Poder Popular (gobierno provincial), que sesionó a mediados de septiembre en el Centro de Convenciones de Cojímar, no se detuvo en este punto y propuso aplicar medidas coercitivas a otros directivos del sector.
En recientes artículos, la prensa oficial señala que más de la mitad de los más de 900 ómnibus con que cuenta la capital, está fuera de servicio. Las razones: falta de piezas de repuesto, accidentes y otras averías. Por estas razones, más del 50% de la transportación de pasajeros de la ciudad debe ser asumida por almendrones (taxis colectivos) y camiones de carga, mal acondicionados para transportar personas.
A mediados de abril de 2012 ya se notaba la tendencia a la crisis, y el octogenario Vicepresidente de los Consejos de Ministros y General de División, Antonio Enrique Lussón, convocó a una reunión de urgencia para tomar nota del panorama y elaborar un plan de medidas urgentes con el objetivo de tratar de evitar el naufragio. La reunión contó con la presencia de la jerarquía del Ministerio de Transporte, representantes del Ministerio del Interior y del Consejo de la Administración Provincial.
Para ese mes ya solo funcionaba 54 % del total de ómnibus del sistema urbano en la capital, y el Director Provincial, Beltrán Archer, aparecía en las pantallas de los televisores anunciando que para el verano se palparía el mejoramiento del transporte, por la reconstrucción de algunos ómnibus y la reparación de otros, y que para finales de año y principios de 2013, la situación sería completamente diferente.
Seis meses después, la situación ha empeorado y las soluciones no se ven en el horizonte, aunque, a mediados de septiembre, se incorporaron cincuenta nuevos ómnibus a las terminales Guanabo y Lawton. Pero eso es como recetar una aspirina para tratar un cáncer.
Un informe de la Comisión Permanente de Trabajo de Transporte y Redes Técnicas, presentado a la Asamblea Provincial del Poder Popular de La Habana, señaló insuficiencias en la gestión administrativa y en el control y la exigencia en la Dirección Provincial de Transporte, las empresas y las terminales, de acuerdo con un reportaje del Noticiero Nacional de Televisión, difundido el pasado mes de septiembre.
El informe identificó como máxima prioridad la reparación de equipos paralizados, mayormente ómnibus articulados Liaz, de fabricación bielorrusa, los cuales figuran como los de más baja disponibilidad técnica. Como casi siempre, para enfrentar la crisis, los ejecutivos comunistas amplían la jornada laboral de los mecánicos y chapistas y les habilitan jornadas de trabajo durante los fines de semana en los talleres de reparación de vehículos, en las propias terminales, al mejor estilo estajanovista.
Para los burócratas y funcionarios responsables de la crisis, las indisciplinas sociales y las manifestaciones de ilegalidad contribuyen a agravar el servicio, pero fuentes del sector señalan también la compra de equipos de baja calidad (Liaz), la incorrecta explotación del parque existente, la ausencia de un servicio de postventa que permita dar mantenimiento efectivos a los automotores, la falta de piezas de repuesto y la falta de estímulo a los obreros y choferes.
La ONE (Oficina Nacional de Estadísticas) reporta una disminución de siete por ciento (25.4 millones menos) en el número de pasajeros transportados en ómnibus públicos, durante el primer semestre del año, a lo largo del país. Pero no reporta el crecimiento del número de pasajeros que utilizan los medios de transporte público privado, como los almendrones y camiones.
Al comenzar el cuarto trimestre del año, muchos se preguntan cuál será el destino del transporte público en la ciudad.
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