lunes, 20 de mayo de 2013

La diputada más joven.

Por Yoerky Sánchez Cuéllar.

Lisett Conde Sánchez con 20 años, ya ocupa una silla en el máximo órgano del Estado cubano

"La entrevista puede ser en la tarde del viernes", me dice desde el otro lado de la línea telefónica. Había leído una síntesis de su biografía publicada por el diario Granma, que la mostraba como candidata a diputada, la más joven entre los 612 seleccionados.

Apenas con 20 años, Lisett Conde Sánchez ya ocupa una silla en el máximo órgano del Estado cubano. Orgullosa exhibe su bata de estudiante de Ciencias Médicas con la que en horas matutinas desanduvo los pasillos de la facultad Victoria de Girón. Ahora hojea algunos libros sobre la mesa, a la espera de un café que prepara su mamá Yolanda.

"Mi familia me apoya en todo. Creo que sin ese respaldo no podría llevar adelante mis deberes como estudiante y dirigente de la FEU", comenta en tono desenfadado y jovial, mientras el fotógrafo busca el mejor ángulo para captar su imagen.

-Tengo entendido que naciste en Santiago de Cuba…

-Sí, llevo en La Habana aproximadamente tres años. En Santiago hice mi vida de pionera, fui dirigente de colectivo y luego de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM). Pensaba que al llegar a la capital del país tendría dificultades para adaptarme o para ser bien recibida por los muchachos en el aula; por suerte, he encontrado personas que me han ayudado en todo.

En principio quería estudiar la especialidad de Teatro en el Instituto Superior de Arte (ISA) pero la oferta llegó solo para trabajadores. Entonces hice las pruebas de ingreso, entré a Medicina y ya voy por el segundo curso de la carrera.

- ¿Cuál es la característica que más valoras de tus estudios?

-La posibilidad de interactuar con la población desde el primer año. Ese vínculo de la docencia con la práctica me apasiona porque uno ve el resultado del esfuerzo, se aprende mucho.

Desde bien temprano nos vinculamos a los policlínicos. Todo ello como complemento de la base teórica. En Medicina un pequeño descuido puede llevarte al fracaso. Morfofisiología, por ejemplo, resulta de las asignaturas más difíciles. Hay que ser disciplinado y tener bien claro que el principal deber de un estudiante es, precisamente, estudiar.

-Sin embargo, tienes responsabilidades en la FEU. ¿Cómo logras articular esos deberes?

-Integro el secretariado de la FEU del "Victoria de Girón", en el que atiendo el frente de Trabajo y Defensa. Entre mis funciones está convocar a los alumnos y motivarlos para que participen en desfiles como el del 27 de Noviembre o la Marcha de las Antorchas; también exhortarlos a las donaciones de sangre, para que sean protagonistas fuera de la brigada y den su aporte como ciudadanos. Eso sin formalismos ni presiones.

Debemos lograr que cada estudiante se sienta comprometido y cuando asista a una manifestación, a un acto, a un desfile, lo haga por su voluntad. Así propiciaremos que quede en él la huella de la participación, los gratos momentos vividos junto a los demás compañeros, el honor de haber dado libre y espontáneamente su esfuerzo.

Articular todas esas tareas no ha sido fácil, pero integro un secretariado de la FEU que trabaja de manera unida, que funciona bien y tiene el apoyo de los muchachos.

-Precisamente la Organización ya prepara su Octavo Congreso. ¿Cuáles son los temas que hoy están en la agenda del debate estudiantil?

-Una de las temáticas de la discusión es que parta de la brigada lo que la propia brigada debe hacer. Resulta necesario desprendernos del verticalismo.

¿Cuántas opiniones, preguntas, recomendaciones pueden salir de ese debate colectivo?

Infinitas. Y ello es posible porque en cada aula estamos sentados jóvenes que tenemos diferentes miradas, que experimentamos distintas vivencias, que poseemos la capacidad para dialogar y proponer soluciones.

Ese es el sentir que tendrán los planteamientos del Congreso, acorde con los intereses de cada grupo, de cada estudiante.

-Según tu criterio, ¿qué cambios necesita la FEU después de cumplidos sus 90 años?

-En primer lugar debe ser más orgánica; funcionar mejor, lograr de verdad que cualquier miembro de la Organización se vea representado fielmente en ella. Debemos cambiar el ABC de la FEU, reestructurarlo. Este es el documento rector de los deberes y derechos, pero ya no responde a las condiciones actuales de la vida del país ni de lo que ocurre en el mundo estudiantil. Ha de alcanzarse uno más completo, integral, en sintonía con la actual coyuntura.

En el caso de los dirigentes nos hace falta alcanzar mayor compromiso desde la base. Que si somos elegidos para un cargo, no sea para llenar un espacio; hay que trabajar para la FEU sin perder lo esencial, que es cumplir en los estudios de modo positivo.
Mi familia me apoya en todo. Creo que sin ese respaldo no podría llevar adelante mis deberes como estudiante y dirigente de la FEU

- ¿Cuándo te enteraste que formabas parte de la candidatura a diputada a la Asamblea Nacional?

-Fue el mismo 20 de diciembre, fecha del aniversario 90 de la FEU. Ese día abrí el periódico Granma y, para sorpresa mía, estaba junto a otros compañeros nominados por el municipio de 10 de Octubre. Realmente no lo esperaba aunque en el pleno del Consejo Nacional, celebrado previamente, había sido propuesta como cantera para la candidatura.

Constituye un enorme privilegio y una gran responsabilidad, pues sé que hay muchos como yo que pudieran estar ocupando ese puesto por sus méritos, sus capacidades.

- ¿Cómo fueron los intercambios con la población semanas antes de los comicios?

-Resultaron experiencias enriquecedoras. A mí me tocó hacerlos con el canciller Bruno Rodríguez Parrilla y aprendí mucho de las preguntas que nos formulaban y de los comentarios. Estuvimos en centros productivos, escuelas, comunidades… Hubo comprensión por parte de la Facultad sobre la necesidad de estos encuentros y, aunque no fui a todos, me sirvieron para conocer mejor las características del territorio que debo representar en el Parlamento.

- ¿Y cómo harás efectiva esa representación en el máximo órgano del Estado Cubano?

- En la Asamblea Nacional me esforzaré por trabajar dignamente en la Comisión que me asignen, tendré en cuenta las preocupaciones de mis electores ante la aprobación de cada ley, de cada decisión. Expondré mis criterios cuando haga falta y lo considere oportuno, no desde una posición personal o territorial, sino colectiva, pensando como país. Solo les pedimos que tengan confianza, que los jóvenes también sabremos estar a la altura de estos tiempos.
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