Por Osmar Laffita Rojas.
Transcurridos cinco años de la presidencia del general Raúl Castro, el país sigue atrapado por graves problemas económicos. La economía en vez de mejorar se ha empeorado.
La economía cubana no sale a flote. Basta ver, el bajo salario de los trabajadores, que en el periodo 2008-2012, de acuerdo a la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), promedió nacionalmente 17,7 dólares por trabajador.
Los sindicatos, dirigidos por la oficialista CTC, se limitan a propalar que el aumento de salarios se producirá cuando aumente la productividad.
Agreguemos la doble circulación monetaria, vigente desde hace 20 años.
Los desastrosos resultados del primer semestre de este año, han propiciado la descapitalización de gran parte del sistema productivo y de servicios básicos. Desde el punto de vista monetario y financiero no existen condiciones reales para proceder a la eliminación del CUC y que el peso cubano sea la única moneda, y mucho menos que circule con paridad con el dólar norteamericano.
Veamos cómo se comportó el salario (en dólares) por provincias y sectores en el año 2012:
De acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, de las 15 provincias más el municipio especial Isla de la Juventud, las que reportaron mayores salarios promedio mensuales por trabajador fueron Ciego de Ávila (20,6 dólares), Matanzas ($19,32), Cienfuegos ($19), Sancti Spíritus ($18,92) y Pinar del Rio ($18,84).
Las que reportaron los menores salarios mensuales fueron Isla de la Juventud ($18,04), Guantánamo ($17,36) y Santiago de Cuba ($17,32).
Los sectores que mejores salarios pagaron en el año 2012 fueron la Construcción ($23,2), la Minería y Canteras ($22,64), Electricidad, Gas y Agua ($20,80) y Agricultura y Pesca ($20,52).
Los sectores peor pagados fueron Servicios a Empresas ($17,28), Servicios Comunales ($17) y Comercio, Gastronomía y hoteles ($15,04)
Tan miserables salarios, que ni siquiera alcanzan para malcomer un par de semanas, son la causa del mercado negro y la corrupción.
Los salarios son aun más bajos en Santiago de Cuba y Guantánamo. En ambas provincias en cinco años no se han creado nuevas fuentes de empleo, los jóvenes, al llegar a la edad laboral, deciden -al costo que sea- emigrar para La Habana, aunque tengan que pasar las mil y una noche.
Los jóvenes cubanos hacen milagros para conseguir una plaza de bodeguero, de dependiente de una cafetería o un restaurante o lograr el sueño dorado de ser dependiente de un hotel para turistas. Los dólares que “se buscan” (por lo general, no menos de 200 mensuales), no pocas veces con turbios negocios por la izquierda, les permiten niveles de vida que distan abismalmente de lo que gana un médico o cualquier otro profesional.
La unificación monetaria que el gobierno dice llevará a cabo, nada cambia el mísero salario que reciben los cubanos.
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