No se comprueba la fatalidad de los pisos 13, ni si en verdad hubo muy sangrientos martes o viernes homónimos para maldecir, o que las 13 cábalas del infortunio arrecien a propósito de los 13 fantasmas sueltos en Hollywood.
La combinación natural de impares guarismos suele simular superchería. Pero, si miramos bien, tres escaques después de la decena y uno de la docena resultan singular potenciación.
En Cuba, el 13 de marzo de 1957 se frustraron veintiséis jóvenes vidas en tres acciones previstas por el Directorio Revolucionario para derrocar a la dictadura batistiana. En 1961 se contrajo ese movimiento al sumarse el rojinegro M-26-7, más el polémico Partido Socialista Popular. La simbiosis del trío ya se conoce.
El 13 de marzo de 1963 transcurrió la primera noche (post-re-volú) de las antorchas, que acabó con las reservas caseras de soga, palos, estopa y petróleo para alumbrarnos en los mil apagones (“por-venir”).
El 13 de mayo de 2004 la anciana termoeléctrica Antonio Guiteras dijo “Hasta aquí llegué”, y colapsó.
El 13 de enero de 2005 comenzó la implementación en el país de la fiel “revolución energética” que nos llevaría de la oscuridad a otra gradación imprecisa de la luz… y del fogón.
Aquella misma tarde-noche del 13 de marzo de 1963 nació en Rosario el bebé Fito Páez, devenido “cantautor amigo del país”, quien compusiera luego su arrasador tema “Giros”. (La española Massiel había impactado antes -1968- con su amañada “La, la, la [¿Land?]”. O sea: “es más fácil encontrar peces en el mar” y si ciguatos, mejor). En el decimotercer aniversario de estrenada la argentina canción, a medio concierto, se fue la luz en un atiborrado Teatro Karl Marx, friendo en su salsa-rock al propio Fito.
El 13 de julio de 2016, por fin, una invasiva firma australiana anunciópetróleo “del bueno” en Motembo, Villa Clara; en los mismos campos decretados como inservibles por los rusos hace más de medio siglo. Nadie ha dicho algo para desmentirlos.
El 13 de marzo de 1968 se inició la Ofensiva ®evolucionaria que circunscribió hasta la asfixia al negocio privado en la ínsula.
El 13 de setiembre de 1995 se abrieron las primeras oficinas de la ONAT (legalizadas en junio) para devolver aquella cercenación ciudadana al “sitio donde tan bien se está”. A continuación, cobraron al poeta -y a otros hermanos de clase- por “su versito”.
El 13 de diciembre de 2015 decidió incluirse en las trémulas “discusiones del Parlamento” la inicua acumulación del capital en manos no estatales: “¡Que nadie toque nada!”, era y es sucinto lema publicano.
Otros 13 de agosto:
En 1993 des-pene-anal-izaron el dólar en Cuba.
En 1975 se fundó en EE. UU. la Organización Internacional de Zurdos, sin obligada pertenencia a izquierda alguna.
En 1956 muere Bertolt Brecht, el dramaturgo alemán que satirizó al socialismo real. Y fue inmediatamente obviado.
En 1899 nace el cineasta inglés Alfred Hitchcock, el que metió un poco más de miedo a medio mundo.
En 1926 se funda el Comité Olímpico Cubano y del Boxeo Amateur. Dan en Holguín el primer piñazo.
En 2004 la capital de casi ningún cubano es azotada por otro huracán menor que el instaurado: Charley, segunda categoría.
En 1920, seis años antes que el caudillo alardeara de saberes medicinales, nace Liane Borbolla, primera cubana en recibir el Doctorado en Ciencias Médicas. Aquel empírico menor jamás le dirigió palabra.
En 1871 nace uno de los fundadores del Movimiento Obrero Alemán y mundial, Carlos Liebknecht. Claro, lo de “mundial” no nos incluía.
En 1898 el Consejo de Gobierno cubano acuerda destituir del cargo de lugarteniente general del Ejército Libertador a Calixto García, quien había renunciado al mando del Departamento Oriente. Quizá ya olisqueaba lo que se desataría allí (más tarde).
Ese mismo día cesan las hostilidades entre españoles y norteamericanos en la Isla. En 1902 se reinician ambas broncas: con cubanos y entre sí. Unos contra todos. Hasta el 17 diciembre de 2015: odio y amor, al fin.
En 1933 toma el poder como presidente de la República el doctor Carlos Manuel de Céspedes y Quesada. Un día después, ya estaba arrepentido.
En 1961 concluye la hermosa construcción del Muro de Berlín. Duraría incólume casi tres décadas.
Desde las tinieblas de los tiempos hemos devenido ciegos persecutores de la “augusta” claridad, preanunciada en la duodécima víspera del octavo mes de un año de devastador cicloncito: ¡el 26!, en que fuera tal cual “el alumbramiento”: un viernes 13.
Con lanzacohetes BM-13 (o Katyuskas luminosas) nos defendimos en Girón de aquella invasión que comenzó a las 01:30 horas del día 17-4 = ¿? frente a la rastrera Brigada 2506 (sumen y resten esos dígitos causales, que dan 13), malcriada en ¡13! campamentos diseminados por la traidora Centroamérica.
Y a las 13:30 horas, tres días después, ya estaba totalmente triturada la “calaña enemiga”. Luego, el 13 de mayo, pagaron con 13 000 cajas de compotas la transacción.
La fábrica Libby’s, dueña de esas maceraciones (de la “fruta madura”), fue refundada en 1913 por un señor con ese nombre -trece letras en apodillo: McNeill & Libby-, quien la patentó en 1869.
(La maldad se extendió también a los erógenos 69, deriva de cifras que no son múltiplos de 13, pero sí del uno fálico y de la promiscua tripleta, por separado).
El circunvalante cordón cafetalero de La’Vana fue cortado el 13 de noviembre de 1965 por #quientúsabes, tornándose inmediatamente árido-turbio-reseco estercolero, independiente y ajeno a todas las aguas “desviadas” que le zumbaron encima.
Esa desecación infértil pretendió explayarse un mes después, el 13 de diciembre, a la Ciénaga de Zapata, en plan turb@-lento, para exportar el mineral escondido en el subsuelo del displicente cocodrilario, antes que lo expropiara nueva invasión. Resta decir que los verdes saurios, contagiados de jingoísmo, no permitieron avanzar a los compañeros extractores, defendiendo el territorio a dentelladas.
El 13 de noviembre de 1968 resultaron clausuradas oficialmente las correctivas Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP).
Menuda cosecha aportaron al país estas tres invenciones del Magnífico.
El 13 de enero de 1950 se restablece la pena capital en -la capital de- la Unión Soviética.
Y nueve años después inaugura Ernesto Guevara, bajo peritaje supervisor, una Academia Militar-Cultural en La Cabaña, donde también funda el órgano de prensaLa Cabaña Libre.
Nunca se supo si fue libre por hacer en ella lo que se le aviniera (a la mano) o por disensiones para con la metrópoli mandona. No hay que olvidar que toda prensa, prensa.
Ese día de 1964 efectúa Fidel Castro viaje ¡sorpresa! a la “Unión Sorbética”, que se preparaba para enfrentar a los “Helados Unidos” en extensión de una patética/gélida guerra incoada en 1953 cuando N. Kruschev se atragantó ante el PCUS denunciando los tibios crímenes de Stalin.
Se estrena -feliz coincidencia- Coppelia en 1966 (la cremería, no el ballet). Ese día Alicia Alonso reclama desde su poltrona la tajada del pastel (de fresa) y su helada pinta acompañante, a cambio de incondicionalidad -del pie- al aire acondicionado.
Y empieza la delación masiva en el BNC contra el chocolateo nacional. Es decir: de los BNC, porque el banco del comandante suicida y la compañía danzario-burguesa fueron puestos bajo sendas ojerizas por sus siglas. (Algo parecido al Peso Cubano Convertible al que alteraron la síncopa).
Fin de la bolita por proscripción satánica del juego.
El 13 de marzo de 1698 se hunde al este de La Habana el buque español Nuestra Señora de las Mercedescon 13 toneladas de riquezas metaloides que se llevaba de Cuba.
El 13 de julio de 1994 una pandilla de 69 vagos/forajidos previos al maleconazo (entre ellos, 13 corruptos pioneritos) asaltó -a punta de lápiz- un remolcador nombrado 13 de marzo, el cual se hundió exactamente a 13 kilómetros del puerto habanero. Entre los raptores se encontraba el condecorado patrón de la embarcación que había perdido en la (ir)resistencia su brújula revolucionaria.
El 13 de febrero de 1999 salió de Cuba una de las 31 personas sobrevivientes de aquel confuso “accidente” marítimo, para recontarlo en un libro que anticiparía al documental filmado por ABC en La Habana -pre-papal-, la mañana del 13 de enero de 1998. (Ese mismo día infausto, pero de 1895, un siglo y tres años antes, ganaba Antonio Maceo y Grajales la Batalla de Peralejo).
Los tres seres oscuros fusilados en 2003 de forma sumarísima, tres días después delraptusde otra embarcación, no eran muy humanos que digamos: eran más bien “unos negros gusanos ataviados con blancos enseres de cocina”, quienes blandieron al aire salitroso sus apéndices en pos de alcanzar la libertad secuestrada. (Y se salaron).
El 13 febrero de 1960 el Comandante en Jefe y el vicepresidente sóviet Anastás Mikoyán firman en La Habana el primer convenio comercial conjunto a largo plazo.
Nunca antes hubo un plazo abarcador/abracador más corto que aquel. Ni el que le dieron a Santo Trafficante, Meyer Lansky, Lucky Luciano y Frank Costello pa’salir chiflando del casino del Hotel Nacional de Cuba, el 13 de febrero de 1947, en vísperas de San Valentín.
Ese mismo día, pero del 2011, el músico cubano Chucho Valdés gana el Premio Grammy por el Mejor Álbum de Jazz Latino concedido a su grabación Chucho’s Steps.
Así, con esa música de fondo, continúa el ocaso lento del ferrocarril en Cuba, sin obstar la millonaria importación de 13 locomotoras chinas (2007) que nunca rodaron sobre la calamitosa madeja de rieles y chuchos desgastados. Perdimos el célebre paseo de hierro, abierto en 1837, por los óxidos, los yerbajos, los atrasos, la falta de combustibles y grasas, más los (p)lazos incumplidos.
Chucho, (des)enterado del descalabro en las antípodas nacionalistas -y de las suelas de sus coterráneos descalzos-, jamás donó a hospital ortopédico ni a pediátrico alguno un solo centavo de sus grabaciones y lauros.
En idéntica fecha del 2001 el Absoluto apertura el Laboratorio Antidoping de La Habana. Y se desata la lucha contra los jóvenes que habían gozado de la enajenación desde el Período Especial, incluyendo la autoinyección del VIH con el que se conseguía “un esplendente desembarco” en los muelles sidatorios estatales.
Ese día, en 1929, nace el ¿anti?-drag-adicto presidente panameño Omar Torrijos.
El 13 de julio del 2013, ya finiquitado aquel, el buque norcoreano Chong Chon Gang, sospechoso de traficar drogas duras (y blandas como la sacarocracia), se atracó a escondidas en Cuba de obsolescencias de guerra y terminó retenido en Panamá días después, con tremenda mala digestión. Los 13 expertos foráneos acopiados por la ONU demoraron 13 meses en dilucidar el caso y dirimir casi nada. (Ingesta sobreseída, dijeron).
(El timbero Juan Formell, que ya había pasado 13 años puenteando con su salsa entre Cuba y el istmo, tuvo que reconstruirse quirúrgica/secretamente en 2013 -mediando puente de plata- el cartílago nasal, tras la recurrente inhalación de esos polvos… del camino).
Un trece cualquiera, recién pasado, dejamos de ser “sustentables” para pasar a ser “sostenibles”, errata (del) general en discursos impelidos.
Reimprimiendo a la carrera en el decimotercer Taller/Rotograbado del Comité Central con su aparataje ideo-i-lógico, la suma papelería.
Técnica arcaica aún al (ab)uso del ahuecado rebosante en tinta, que deja (un) poco que desear. Pues desprende unos pegotes ininteligibles. (Al punto de confundir 13 con 31 en las urgentes gigantografías. Y arrancar con otra fiesta anual cuando debieran guardar luto).
Y para terminar esta saga, en aquel nefasto 13 del mito, una confluencia universal de tempestades cósmicas abortó al proyecto 666.
Los cosmólogos del mundo quedaron consternados frente a la eclosión: en el medio de un campo del que algunos viran sin preguntarse “cómo se llega a la estatua sin sacudirse el polvo del camino”, sacó cabeza el bicho. Cuando en la finca extendida por él -palabra de Rafael Alcides- apenas quedaba luz-brillante para alumbrarse o hervir la leche y cocer la carne que generaría el fabuloso Plan Ganadero, entre otras recordistas descollaría Ubre Blanca, con sus 130 litros en un día, hasta que le explotó la teta.
Hay una anécdota que cuenta, en desfavor de esta última, que tras descubrirse un guajacón nadando en el cubo ordeñado de la vaca, y a la pregunta del acopiador sobre tan evidente estafa, el que ordeñaba ripostó: ¿Y qué querían ellos por un peso el litro? ¿Un pargo?
La Charada Cubana animaliza sus dígitos: 1-caballo, 3-marinero. Esquiva a la mariposa. Es el ganado mayor, dueño del ma(r-l). ¿Existe parlé mejor?
Mientras, revoluciona esa maraña con un 93. Desafiando a la China.
Los Hermanos Saíz Montes de Oca (Luis Rodolfo y Sergio Enrique) que se murieron ese día de farra en 1957, no merecen ser mentados.
Tampoco el contrarrevolucionario suicidio de Haydée Santamaría el 26 de julio de 1980, al que trasladaron fecha, en son de proseguir el sonsonete sin remordimientos. (Ver la diezmada ECURED, que es-casa-mente cura, luego a-clara).
No existe hoy intelectualidad en Cuba capaz de organizar otra Protesta del tipo “Trece” para denunciar a los hombres públicos corruptos, tal cual hicieron Villena y compañía en 1923.
¿Eusebio el Leal explicará -antes de irse- algo de lo sucedido con su extinto grupo Habaguanex: interventores millonarios de conventos, comercios, hoteles y museos?
El 26 de julio del 2017 -¡que siempre es! (aunque lo sea a medias o el doble, porque bien ni llegamos, o nos pasamos)-, a 13 días justos de la fuga, se ahogaron otros 13 balseros cubanos camino al país aquel, a bordo de precaria nave (inmuseable), pues iban a alzarse (contra orondas injusticias), mar mediante.
Nuestro gobierno -tal cual acostumbra- ignoró el naufragio, como tantos. O quizás no supo…
Fueron rastreados sus cuerpos y encontrados por aquellos infames a quienes iban a invadir con sus deméritos a flor de pecho.
Sea esta cronología de perversos, altísima predilección del Obcecado. Por su malevolencia abyecta disfrazada de humildad:
“¿Quién(es), con cuáles argumentos,
sembró(aron) el resquemor, la duda,
y cosechó(aron) la desconfianza en masa
amorfa -cárnico-amoldable-
del decimotercer pueblo hereje que anegó la isla -castrada/deslechada-?
Sirva a(un) ser fin-y-quitable
la gloria con nosotros
y el perdón con vosotros
también (no estén), y
Amén”.
(Introito al texto “¿Dónde estará el me-ollo de ‘la cosa’, ¡Oh! fogonera?”, obra del amanuense Epiphanne Hyperjeune).
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