Por Martha Beatriz Roque Cabello.
La edición única del periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, del día 1ro. de enero de 2010 (16 páginas), ha dado mucho que hablar a los que viven en esta Isla.
Tan opaco como el gobierno, este impreso es el mismísimo ejemplo de lo que se ha pronosticado para el pueblo cubano en el año 2010 que recién comienza. El discurso de Raúl Castro en la Asamblea Nacional del Poder Popular fue un “Acta de Advertencia”.
Su primera plana está dedicada a resaltar la imagen de Fidel Castro, con una foto de cuerpo entero de sus años jóvenes y una poesía, más que gastada de Jesús Orta Ruíz, el Indio Naborí de enero de 1959, en la que al hablar de los Comandantes de la Sierra Maestra, deja para último a Raúl Castro.
En la página final, un almanaque, que quizás será el único que podrán tener algunas familias en el país, pues ni ese artículo es posible comprar, con excepciones, como los que imprime la Iglesia Católica. Y para no dejar de coincidir con la primera plana, también tiene una foto de Fidel Castro, joven, sobrepuesta a algunos periódicos viejos.
Pero, lo que más ha molestado al pueblo son los artículos que aparecen desde las páginas 5 a la 10, tétricos y desagradables, como para comenzar el año. Solo hacen juego con ellos las grises Navidades que han pasado los cubanos, que pueden clasificar como una de las peores en estos más de 50 años.
Bajo el título: “Lo que no debemos olvidar” aparece un artículo elaborado por la Redacción Nacional del periódico, para denigrar a Fulgencio Batista, mostrando dos fotos suyas y una del Central George Washington, que dice al pie era una de las propiedades del ex presidente. De igual forma relaciona el resto de las empresas de que era dueño, unas 70. Si hubiera que repetir esta página a la caída de la dictadura actual, habría que decir que los hermanos Castro eran dueños de toda Cuba.
Los demás párrafos se podrían mantener, sólo cambiando el nombre, tal como este: “La dictadura batistiana sembró el terror, la pobreza y su secuela de hambre y miseria”.
En el encabezamiento de la página, hay una cita de Fidel Castro, de su discurso el 1ro. de enero de 1959, en Santiago de Cuba: “…habrá un Código Penal Militar, donde los delitos contra los derechos humanos y contra la honradez y la moral que debe tener todo militar, sean castigados debidamente”. Esto al parecer, se le olvidó hacerlo, porque tenía mucho trabajo destruyendo a la nación cubana, pero si en algún momento lo hizo, se le olvidó aplicarlo. Se le puede preguntar, por ejemplo: a los presos políticos de aquellos primeros años, a los que vivieron los fusilamientos de sus compañeros de celda, también a los disidentes que hoy son golpeados en las calles, incluyendo a mujeres y a los reos en las prisiones.
Continúa esta edición especial con otro artículo que se titula: “La Cuba de antes de 1959 duele. Esta barbarie no volverá jamás”. Muestra fotos del barrio Las Yaguas, que era un lugar marginal en esos momentos, pero este barrio se ha multiplicado por cientos en todo el país, baste visitar en Internet, el blog de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, para ver testimonios tristes de esta realidad.
También una foto del hospital Calixto García, donde numerosas camas están llenas de pacientes, pero todas tienen sábanas, lo que no hay en estos momentos.
Campesinos mal vestidos, explicando que los niños que están en las fotos crecerán raquíticos, ¿y dónde está la leche y los alimentos que ahora se necesitan? Termina este párrafo que acompaña la foto diciendo: “habrán oído diez millones de discursos, y morirán al final de miseria y decepción”. No hay dudas de que eso es lo que está sucediendo en este mal presente, en que el pueblo cubano vive el “futuro luminoso” que le prometieron en el pasado.
El siguiente reportaje especial, es titulado: “Ni muertos ni olvidados. Galería de asesinos”. En él se muestran 14 fotos de personas muertas, con chapillas encima. Y otro párrafo del mismo discurso del ex presidente enfermo que dice: ¡Sus tumbas seguirán teniendo flores frescas! Suerte que tuvieron estos muertos, porque muchos familiares de los fusilados por la “Revolución”, nunca han encontrado la tumba de sus muertos.
Y para el final, obsesionante como siempre, ¡la culpa de los yanquis!. Dos páginas bajo el título: “De espaldas al drama cubano. Herederos del horror”, muestran las relaciones entre Batista y el gobierno de Estados Unidos de América y fotos de Rafael Díaz Balart, que incluye una familiar. Los tres exitosos cubanos que han llegado al Congreso Americano, vilipendiados con inescrupulosos epítetos, como acostumbra el régimen.
Un cintillo recuerda el discurso del “Comandante en Jefe” cuando llegó a la Ciudad de La Habana, el 8 de enero de 1959, en el que dice: “No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo sea más difícil”. Esta sentencia resultó ser una verdad objetiva. “Para el cubano vivir es muy difícil”.
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