Por Luis Felipe Rojas.
Miro el mapa de Cuba y no puedo creer que en pleno siglo XXI una isla tan cerca del país que ostenta desarrollo digital supremo, viaje en dirección contraria. Desde Villa Clara hasta la punta de Maisí solo hay dos hoteles que ofrecen servicios de internet para cubanos sin pasaporte de extranjeros, o sea cubanitos de carnet de identidad. Están ubicados en Santiago de Cuba y Guantánamo al precio de 6 c.u.c la hora. Tienen baja conectividad y algunos sitios de la web que el gobierno considera nocivos poseen candados electrónicos.
Las atentas recepcionistas de los hoteles en el afamado polo turístico de Guardalavaca en Holguín me explican que en la decena de hoteles y Villas Bungalow de mi provincia no tengo oportunidad de conectarme sin ser huésped. Pero en caso de hospedarme tendría, con el mágico pasaporte y carnet de residente en el exterior, que desembolsar no menos de 50 c.u.c en una jornada.
Tampoco hay caso con los hoteles Club Amigos, Las Brisas o Costa Verde, símbolos de la hostelería internacional que excluyen olímpicamente el derecho de los ciudadanos cubanos a las cálidas arenas, a una sala de computación o a un simple servicio de cafetería.
Todas las ciudades de la isla tienen Puntos de Tele Selección de las compañías de ETECSA. Son oficinas comerciales donde igualmente se reservan el derecho de admisión para aquellos que posean el documento de residentes en el exterior. Sin embargo hace más de un año abrieron unos locales asombrosamente concurridos. En ellos una larga fila de chicas y chicos esperan su turno para intercambiar correos con amigos y amigas extranjeros que han conocido en los hoteles antes mencionados.
Les explico: por 1 c.uc les permiten abrir una cuenta de correos desde un servidor nacional que no tendrá una extensión de las más conocidas como gmail, yahoo ni mucho menos, pero sí una .cu, por lo que solo podrán leer y redactar respuestas a sus requiebros casi siempre amatorios. Allí no se les permite utilizar dispositivos periféricos como memorias flash, ni discos compactos. Por 0.50 centavos c.u.c pueden estar una hora carteándose con el exterior bajo la estricta vigilancia de los funcionarios informáticos que ETECSA y el G-2 ponen a trabajar en esas dependencias. Esas chicas pueden pasar con sus novios y amigos extranjeros a los hoteles, hacerles gastar una fortuna en los servicios internos pero cuando aquellos se marchan, tienen que volver al rigor del apartheid turístico
La jugada está apretada dice el refrán. Ahora Cubacel se guarda el derechos de permitir quién utiliza los servicios de twitter a través de cuentas de teléfonos móviles en Cuba. Los inconformes y protestones en esta cruzada también llevamos las de perder.
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