Por Tte. Coronel Reynaldo Sánchez.
Recientemente el Consejo de Ministros aprobó la suspensión de la cuota de cigarrillos vendidas a la población mediante la cartilla de racionamiento.
Esto está en concordancia con las medidas anunciadas por el gobernante cubano para eliminar algunos subsidios “indiscriminados”, así se recortaron los comedores obreros en los centros de trabajos y se eliminaron las ventas de chícharos y de papas.
La pensión promedio de un jubilado en Cuba es de 262.50 pesos cubanos, o sea, 10.50 dólares mensuales, lo cual no alcanza medianamente para vivir.
Por los portales, calles y esquinas de La Habana y otras ciudades y pueblos del país se ven a los ancianos jubilados vendiendo los cigarrillos comprados por la cuota a razón de 2 pesos moneda nacional o 5 pesos también en este tipo de moneda; de esta forma las 4 cajetillas adquiridas (3 de cigarrillos fuertes y 1 de suaves) le representan un valor de 12 pesos nacionales que utilizan para ayudar a costear los otros escasos productos que le venden durante el mes dentro del racionamiento establecido.
Raúl Castro los privará de esta actividad, ahora tendrán que inventar otra fórmula o dejarán de adquirir los alimentos de antes, será por tanto mucho más difícil para estos ancianos como lo fue a partir del 2009 cuando se ordenó eliminar la venta de chícharos y papas por la libreta que regula las cuotas mensuales.
Son medidas irracionales y que inciden muy poco o nada en la economía nacional; más le valdría eliminar los privilegios que tienen los dirigentes en todos los niveles, desde el Comité Central, el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros donde por demás continúan abiertos los comedores obreros.
Más le valdría recortar o eliminar los beneficios y gratuidades que tienen los dirigentes y funcionarios nacionales, provinciales y municipales de las organizaciones políticas y de masas como los CDR, la FMC, el Partido y la Juventud Comunista entre otros, los cuales no aportan un sólo centavo a la economía nacional y no quitarle los 12 pesos cubanos que un anciano jubilado pueda obtener al revender los cigarrillos que compra por la libreta "de desabastecimiento".
Sería muy bueno que calculara cuánto le cuesta al país las vacaciones de los generales del ejército y sus familiares en playas como Varadero, según planes vacacionales del Ministerio de las Fuerzas Armadas. O cuanto se gasta en combustible de los autos estatales asignados a los dirigentes y funcionarios a todos los niveles, mientras que sus autos particulares están al servicio de sus familiares.
Son muchas las vías para realizar recortes económicos sin tocar al pueblo de a pie que cada vez tiene más necesidades, si hay una cosa que sobra en Cuba es eso precisamente, las carencias y las necesidades; pero claro, y no se equivoquen, eso sólo es a nivel de pueblo.
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