sábado, 27 de abril de 2024

Más allá de la comida: el dilema de comprar electrodomésticos en Cuba.

Por Yadira Serrano Díaz.

Cubano carga un electrodoméstico recién comprado en una tienda en MLC.

La “lucha” en Cuba no solo es por comida y medicinas. Existen otras necesidades, igual de básicas, tales como vestir y calzar o comprar ciertos electrodomésticos que son prácticamente indispensables en el hogar. Pero, ¿qué tanto pueden conseguir los cubanos, sobre todo trabajadores del sector estatal, cuando el salario medio no sobrepasa los 4.560 pesos o 12 dólares al cambio actual?

Según la tasa diaria del medio independiente El Toque, este lunes la cotización del euro, el dólar y el MLC, era de 370, 365 y 290 pesos, respectivamente. Esta plataforma se ha convertido en el referente que hace unos meses utilizan los vendedores dentro de la Isla para fijar el precio de los productos. En tal sentido, una olla arrocera, por ejemplo, que hace un mes costaba 19.500 pesos en el ámbito informal, estando el USD a 300, ahora cuesta 23.725. Ambas cifras impagables para la mayoría.

Roxana Batista, de 35 años, lleva meses intentando comprar una olla multipropósito o “reina”, como también se le conoce en Cuba. Cuenta que a finales del pasado año casi había reunido los 100 USD o 25.000 pesos que costaba en ese momento, cuando el cambio estaba a 250. No obstante, por su “mala suerte” necesitó resolver algunos asuntos personales y utilizó parte de los ahorros. A día de hoy, todavía persigue el mismo objetivo pero el monto que deberá pagar ascendió a 36.500.


“Aún no me doy por vencida porque necesito la olla. Mi necesidad es porque tengo una sola balita de gas y cada vez que se acaba paso unos días para llenarla. Durante ese tiempo no puedo ablandar frijoles o hacer carnes que requieran presión, y tengo dos niños pequeños. Sé que quizás el precio llegue y se pase de 40.000 pesos, tal y como veo las cosas, pero es lo que hay, a seguir ahorrando”, dijo la santiaguera que trabaja en el sector cuentapropista.

En efecto, los economistas apuntan que el mercado de divisas continuará inestable y los precios en alza. Esto se debe a la escasez de moneda extranjera y a la alta demanda de dólares estadounidenses y euros. Además, la inflación ha aumentado por segundo mes consecutivo, según las estadísticas difundidas el pasado sábado por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Este escenario inflacionario asfixia al cubano de a pie.  

La pasada semana, Michel Reyes desembolsó 355.000 pesos (unos 1.000 USD) por un refrigerador de la marca Samsung. Comentó a CubaNet que “con su esfuerzo jamás habría podido comprárselo”, pero su hijo emigró a Estados Unidos en 2022 y le mandó el dinero. Antes, en el mes de febrero,  adquirió un Smart TV de 42 pulgadas por 400 dólares, en ese entonces, 120.000 pesos en moneda nacional.

“Me da pena admitir que mi hijo ha logrado en dos años lo que yo no he podido en más de 30 que llevo trabajándole al Estado. Cuando él se fue mi casa estaba casi vacía y me ha comprado todo lo necesario. En lo que va de año me ha regalado varias cosas que en conjunto sobrepasan el medio millón de pesos”, expresó el cubano, residente en la barriada de Micro 9 de Santiago de Cuba.





En la actualidad, el precio de todos los electrodomésticos sube a la par del dólar en el mercado informal. Siendo así, una pequeña hornilla eléctrica con un costo de 20 dólares o 7.300 pesos, casi dobla el salario promedio mensual. Otros equipos, como una lavadora automática de 630 USD (229.950) pesos o una nevera de 540 USD (197.100 pesos), supondrían varias décadas de ahorro exclusivo.

“Yo siempre trato de comprar mis artículos en la tienda en MLC. Es difícil, pero tengo algunas amistades que me avisan a cambio de alguna retribución económica. Es cierto que la diferencia de precios no es mucha, incluso hay equipos de importación que se encuentran más baratos en la calle que en la tienda, pero, por lo menos, te dan garantía y uno sale con la propiedad del producto”, contó Damaris, del reparto Vista Hermosa.

No obstante, el desabastecimiento en las tiendas en moneda libremente convertible es cada vez mayor. Por lo tanto, suele pasar que las personas no encuentren lo que buscan o que las propuestas disponibles no cuenten con los requerimientos deseados. Además, es costumbre que los revendedores, en contubernio con los tenderos, agoten muy rápido los artículos, para luego ofrecerlos a sobreprecio.



Para Esteban Ramos, “comprar equipos en tiendas en MLC no es una opción”, porque, a su juicio, las marcas existentes casi nunca son las mejores. Por otra parte, opina, “lo poco que se ahorra no cubre las colas, los malos ratos y malos tratos”. Cada vez que ha comprado un producto en el mercado informal, se lo llevan hasta su casa por un costo adicional e incluso gratis, cuenta.

“Yo siempre trato de buscar las marcas reconocidas, para asegurar durabilidad. No quiero saber de todas las marcas raras que venden en la tienda. Aparte de eso, lo que uno sufre y el tiempo de tienda en tienda, en la cola, en la espera… ¡qué va! Prefiero gastar un poquito más, aunque entiendo que todos no podemos hacer lo mismo”, terminó el santiaguero.





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