Por Oscar Espinosa Chepe.
Un interesante artículo con el título "Si tienes yuanes, puedes viajar", apareció en la revista británica The Economist en su edición del 1 de septiembre. Trata sobre el colosal auge del turismo chino y sus impresionantes gastos en el exterior, con un volumen de 73 mil millones de dólares en 2011, un incremento del 32% respecto al 2010. Ello sitúa a China solamente detrás de Alemania y Estados Unidos.
La tendencia se mantiene en el primer semestre de 2012, cuando 38 millones de chinos continentales viajaron como turistas, un 18% más que en el mismo periodo de 2011. El turismo chino comenzó a desarrollarse en los primeros años de la década de 1990, cuando las autoridades autorizaron las salidas de los primeros visitantes, que lograron sobrepasar la dificultad de recibir los pasaportes necesarios para hacerlo. Según la publicación, actualmente es más fácil obtenerlos y 140 países están aprobados como destino turístico.
La aparición y el crecimiento del turismo chino han generado una agresiva competencia para atraerlo. Países como Australia han introducido en sus hoteles canales de la televisión China y se han especializado en comidas de ese país. Estados Unidos anunció que ha procesado un millón de visas turísticas desde octubre de 2011, para un incremento del 43% con respecto a igual periodo del año anterior. Gran Bretaña y otros países europeos han aumentado las facilidades para atraer ese turismo, teniendo en consideración que Francia está recibiendo 1,2 millón de turistas chinos al año. El turista chino es altamente consumidor. En sus periplos a Estados Unidos tiene un promedio de gasto de 6 000 dólares por viaje, de acuerdo con US Travel Association, tres veces más que el promedio de otros visitantes.
El artículo de The Economist también refleja que hay un cambio en la forma como los chinos están haciendo turismo. Antes viajaban en grupos conducidos por un guía, mientras ahora se está imponiendo la tendencia a visitas más individuales, especialmente entre los jóvenes, aunque también personas de edad media desean ser más independientes. Todo indica que los chinos con poder adquisitivo son cada vez más proclives a pasar sus vacaciones en el exterior. De acuerdo a proyecciones* basadas en las experiencias de Japón y Corea del Sur se estima que los viajes al exterior de los visitantes chinos podrían alcanzar los 130 millones en 2015, ubicando a China en el primer lugar del mundo por la emisión de turistas.
Llama la atención que Cuba, receptor de turismo en el Caribe con 2,7 millones de visitantes en 2011, y con estrechas relaciones políticas, económicas y comerciales con la República Popular China, su segundo socio comercial después de Venezuela, reciba una cantidad insignificante de turistas de la populosa nación asiática. Solo llegaron 14 749 en 2011, para un 0,5% de los arribos totales ese año. En el primer semestre del 2012 se repitió este insustancial porcentaje.
¿Será que los chinos, tras su amarga experiencia maoísta, no quieren saber nada de comunismo durante sus vacaciones y rechazan visitar al "paraíso comunista" del Caribe"?
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