¿Qué habrá esnifado últimamente la Curia -digo- la Academia de Hollywood? Algo bueno no será, polvo siquitrillado seguramente. Resulta que primero fue elegido el actor cubano Jorge Perugorría para ser miembro de esta Academia, que será muy buen actor, pero cuya incultura cinematográfica y general le da al pecho. Los actores no son necesariamente cultos, no ya cinematográficamente hablando, no lo son en casi nada. Aunque sus excepciones hay, por supuesto. No es precisamente el caso de Jorge Perugorría, que por mucho cine que dirija de su absoluta y vergonzosa mediocridad no lo salva nadie. Pero bueno, al menos es un actor correcto. Nada del otro jueves, pero es un actor que alguna vez tocó la flauta por azar.
Pero ahora la Academia, tras elegir también como miembro al realizador cubano Juan Carlos Tabío, elige al músico Edesio Alejandro. Muy pocos que no sean cubanos de una cierta generación sabrán de quién les hablo. No suelo mencionar a este tipo de personaje en este blog, pero no me queda de otra. Sin palabras, señores y señoras. ¿Qué puede aportar una figura tan mediocre como Edesio Alejandro a la Academia de Hollywood? Nada, pero nada de nada, como no sea una visión reducida y contraria a lo que es verdaderamente el gran cine. En cualquier momento espérense el nombramiento de Quendi Guarra, porque al parecer mientras más “raulistas lights”, incultos, procastristas, y necios son, más agradan a la Academia de Hollywood.
Es la razón por la que apenas veo ese cine hollywoodense extremadamente desabrido, hueco y politizado que frecuentemente se ubica del lado de las tiranías, y mucho menos me interesa ya el Oscar y compañía. Si las nominaciones dependen de personas del género de Edesio Alejandro, pues ya me dirán ustedes.
Puaf.
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