Por Agencias
La diputada y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba, Mariela Castro, hija del dictador Raúl Castro, afirmó hoy que ella no impone ni dicta “nada”, en referencia al debate sobre la reforma constitucional que abriría las puertas al matrimonio homosexual en la isla.
“No impongo ni dicto nada, solo promuevo derechos desde la reflexión y el análisis, desde mi responsabilidad social como directora de una institución científica que entre sus funciones tiene la de promover los derechos sexuales de todas las personas”, escribió Castro en su cuenta de Twitter.
El borrador de la nueva Constitución cubana, que se encuentra en fase de debate público, redefine la figura del matrimonio como “la unión entre dos personas con capacidad legal para ello”, ya que en la actual Carta Magna de 1976 se refiere a él como la unión entre un hombre y una mujer.
Si se aprueba esa nueva nomenclatura, Cuba podría eventualmente promulgar una ley que ampare este tipo de uniones, dando respuesta a una de las principales reivindicaciones de la comunidad LGTB de la isla, donde en la década que siguió al triunfo del régimen castrista en 1959 se perseguía con dureza a los homosexuales.
“El Gobierno cubano ha demostrado su voluntad política de avanzar en su agenda de derechos humanos pero el oscurantismo, fanatismo y dogmatismo pretende imponer y dictar viejas reglas”, publicó la diputada, quien agregó que confía “en la sabiduría del pueblo cubano”, cuya “voz directa” está enriqueciendo el proceso constitucional.
Defendió que existen “numerosos estudios científicos que dan cuenta de la evolución de las familias en la historia y sobre cómo esta institución social, al igual que la del matrimonio, ha sido sometida al control social en los juegos de poder de las clases dominantes”.
“El concepto de familia que llaman tradicional o natural no fue asumido pacíficamente, fue impuesto con sangre, tortura, persecución, genocidios de pueblos enteros que fueron estigmatizados como herejes y muchas mujeres condenadas por brujas”, aseveró Mariela Castro en la citada red social.
La redefinición del concepto de matrimonio es uno de los cambios en la Constitución que está generando un debate más encendido en la sociedad cubana, aún muy tradicional.
En las conversaciones sobre este asunto en la isla es frecuente escuchar a personas convencidas de que el asunto no se habría abordado dentro de la reforma de la Carta Magna sin el empeño de la influyente Mariela Castro, que desde el Cenesex se ha convertido en una de las principales valedoras de los derechos homosexuales en Cuba.
La Iglesia católica y otras denominaciones cristianas con creciente presencia en el país caribeño se han mostrado en contra de este cambio constitucional y algunas de ellas promueven campañas en favor del “diseño original” de la familia.
La comunidad LGTB, mientras, se ha mostrado esperanzada ante la posibilidad de redefinir el concepto de matrimonio y ha “contraatacado” con una campaña que defiende “un diseño de familia muy original”.
El documento propuesto como nueva Carta Magna de la República de Cuba incorpora 224 artículos divididos en 11 títulos, 24 capítulos y 16 secciones, y ya fue debatido y aprobado por el Parlamento a finales de julio pasado.
Además de redefinir el concepto de matrimonio, el borrador, que no incorpora modificaciones del sistema político, reconoce la propiedad privada, elimina las alusiones al comunismo y establece la figura de primer ministro.
Los cubanos seguirán debatiendo el texto hasta noviembre, después volverá al Parlamento con las posibles modificaciones introducidas tras el debate, y será sometido a referendo en febrero del 2019.
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