jueves, 13 de diciembre de 2018

La muerte del "Payret".

Por Francisco Escobar.


En los 500 años de historia de La Habana, el teatro Payret ocupa un capítulo especial que comienza con su inauguración en 1877 y parece que terminará tras 140 años de vida con su anunciada demolición tras el abandono y la desidia de 60 años de "revolución". Parece que como sucedió ya con la otrora españolisima "Manzana de Gómez" hoy reconstruida por los nuevos españoles "de presa" de "Iberostar" como " Hotel Packard"-a quienes sus socios militares castristas de GAESA todavia le deben 300 millones de dólares- se convertira en otro hotel con gancho publicitario de Habana republicana con acento estadounidense. El catalán "Payret" se transformará en Chevrolet, Chrysler o Plymourth rememorando aquel anuncio popular de La Habana de los cincuenta pero como mueca sarcastica frente a la miseria y el "apartheid" de los nuevos dueños de la Cuba hispanocastrista: " usted tambien puede tener un Buick"....pero con acotación si es extranjero y tiene dolares.

En 1876 comenzó a construirse y su propietario homonimo fue el catalán Joaquín Payret, hombre que amaba las artes, especialmente el teatro y que como comerciante exitoso amasó en menos de diez años la fortuna de medio millón de pesos.

El teatro "Payret" rivalizó con otros similares de la talla del Teatro Tacón luego Nacional (1838), el Albizu (1870) y el "Irijoa"(1884) que en1900 se convirtió en el famoso Teatro Martí.

A pesar de todos los problemas que enfrentó el inmueble- huracanes, fuegos, derrumbes- sobrevivió y en su escenario han tenido lugar las más diversas manifestaciones artísticas y también otros eventos importantes, tanto cubanos como internacionales: los Circos "Pubillones" y "Santos y Artigas", conciertos, conferencias, discursos, festivales, obras dramáticas, obras líricas, óperas, operetas, obras vernáculas, presentaciones de ballet, revistas, sainetes, zarzuelas y hasta torneos de boxeo y lucha libre. Se han presentado además artistas de fama internacional como Antonio Aramburu, Andrés Bretón, Hipólito Lázaro, Albert Afrée, Titta Ruffo, Perelló de Segurola, José Mardonés, Lupe Rivas Cacho, Esperanza Iris -la Emperatriz de la Opereta-, Ermete Novelli, Zacconi, la gran actriz francesa Sarah Benhardt y la Compañía de Ballet Ruso con la genial bailarina Anna Pavlova. Entre los cubanos, pueden nombrarse la gran actriz Luisa Martínez Casado y la eximia soprano Chalía Herrera, la cual interpretó alli la ópera "Patria" de Hubert de Blanck, en la que aparecía el tema de la independencia cubana. La Sociedad Pro-Arte Musical ofrecía sus conciertos en este coliseo mientras que la Sociedad Cubana de Cultura lo utilizaba para sus conferencias. Célebres figuras de la cultura y la política cubanas ofrecieron sus conferencias y discursos también, entre ellos: José Silverio Jorrín, Enrique José Varona, Rafael Montoro y Fernando Ortiz. Otros artistas renombrados que actuaron en este palacio de la cultura fueron Rita Montaner -La Única-, Rafael Pradas, Armando Pico, Rosita Fornés, Gladys Puig, María Remolá, Ela Calvo, Candita Quintana, Blanquita Becerra, Luz Gil, Antonio Palacios y Arquímedes Pous. Su primer director de orquesta fue Carlos Anckermann y Riera quien presentó al público sus composiciones, junto a otros célebres como Eliseo Grenet, Rodrigo Prats, Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona. Muchas obras de fama internacional fueron presentadas en sus tablas como: Rigoletto, Il Guarany, Los miserables, La dama de las camelias, La viuda alegre. Al igual que obras cubanas de gran calidad como: La Zilia, La casita criolla, Titta Ruffo en La Habana, María la O y La Trancada del Gallego.

El teatro Payret fue de los primeros en presentar películas desde las primeras décadas del siglo y por los años 30 fue conocido como “La Catedral del Cine Español”.

La función inaugural de su tercera etapa, en septiembre de 1951, estuvo a cargo de Antonio Palacios; la orquesta fue dirigida por el maestro Rodrigo Prats. La película de estreno fue "Pequeñeces" con Jorge Mistral, Aurora Bautista y Sara Montiel.

Este histórico y legendario teatro, uno de los mejores de Cuba y de toda América, mereceria no sólo ser restaurado sino conservado con veneración y respeto como parte tangible de nuestro acervo cultural hispanocubano cada dia mas extinto bajo la barbarie castrista y sus aliados "de presa".
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