Por Henry Chirinos.
Dólares y pesos cubanos.
Ante las desesperadas medidas que tomó el régimen de Cuba a principios de enero 2021 para no ver despedazarse su ya débil economía, todo apunta a que el salario de los cubanos será devorado por una inflación “histórica”, de acuerdo con un análisis presentado por expertos en el área y que fue reportado por El Nuevo Herald.
Pavel Vidal profesor en la Universidad Javeriana de Cali y que trabajó en el Banco Central de Cuba, junto con Carmelo Mesa-Lago y Ricardo Torres, pronosticaron una inflación “histórica” de entre 474 y 952 por ciento en Cuba, siendo esta la mayor jamás registrada.
Sin embargo, ellos califican de “acertado” la llamada Tarea Ordenamiento, ya que era necesaria su aplicación o de lo contrario, la economía castrista, que ya se aleja de los principios comunista, iba a sufrir mucho más.
En la década de los 90, durante el llamado “Periodo Especial”, la inflación en Cuba llegó al 193 por ciento, es decir que actualmente, el país vive tiempos muy parecidos que amenazan con ser aún peores.
Vidal informó que su predicción se basa en la caída del dólar, el aumento del valor de las importaciones, el incremento del déficit fiscal cubano, así como salarios y pensiones y los efectos de la pandemia de coronavirus.
El país recibió un fuerte golpe económico ya que su principal motor, el turismo, tuvo que prácticamente cerrar ante el brote de COVID-19. Aunado a eso, la tasa de cambio oficial, de 24 pesos cubanos por 1 dólar, quedó baja pues en el mercado negro el dólar tiene un valor de 50 pesos y los comerciantes locales lo usan como base para marcar sus productos.
El régimen, al no tener liquidez de dólares a pesar de tener tiendas que venden en dicha divisa, obliga a los cubanos a recurrir al mercado informal para comprar y vender la moneda, lo que por ende eleva la oferta y la demanda.
Carmelo Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, afirmó que las medidas tomadas por la dictadura tendrán efectos a “largo plazo”, pero por ahora se prevé un aumento del desempleo, una inflación elevada y la imposibilidad de cumplir con los subsidios.
“Si el gobierno no fue capaz de expandir los subsidios a la población vulnerable cuando la economía gozaba de una situación mejor, particularmente entre 2006 y 2015, será extremadamente difícil hacerlo ahora cuando sufre la peor crisis económica desde los años 90”, dijo Mesa-Lago.
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