sábado, 25 de septiembre de 2021

Cintio Vitier traicionó al catolicismo para ser aceptado por el castrismo.

Por Orlando Freire Santana.

Este 25 de septiembre se cumplen 100 años del nacimiento del poeta y ensayista cubano Cintio Vitier, integrante del famoso grupo literario Orígenes que fuera liderado por el también poeta y novelista José Lezama Lima.

Comoquiera que Vitier terminó sus días en total sintonía con la política cultural del castrismo, son  muchos los homenajes que la cultura oficialista anuncia por estos días para conmemorar el centenario de su natalicio. No obstante, valdría la pena rememorar el espinoso camino que hubo de transitar el poeta para ser finalmente aceptado por la cultura castrista. En especial, debido a su fe católica.

En 1958 vio la luz el libro Lo cubano en la poesía, un valioso texto de Cintio Vitier que recorría el itinerario de ese género literario en la isla. Ese ensayo, sin embargo, fue objetado por algunos críticos debido a que ignoraba por completo la situación política y social por la que atravesaba Cuba en ese momento. En defensa de su texto, Cintio argumentaba que “la Poesía nos cura de la Historia”

Doce años después, en 1970, se publicó una nueva edición de Lo cubano en la poesía, en la que el autor escribe un prólogo donde da a entender que ya no había tal contradicción entre la Poesía y la Historia. Evidentemente, ya por esta época Cintio intentaba penetrar en las filas de la cultura castrista.

Llegamos al año 1975 y con él la publicación en México del ensayo Ese sol del mundo moral, un texto de encendido fervor martiano y hasta fidelista, que analizaba la tendencia seguida por la eticidad cubana desde los albores de nuestra nacionalidad. Sin embargo, este nuevo libro de Vitier contemplaba la eticidad separada del acontecer económico, político y social del momento. Todo al margen del Materialismo Histórico de Carlos Marx, que signaba las ciencias sociales que se impartían en el país.  Además, la condición católica del autor se alejaba del ateísmo científico que por aquella época preconizaban los manuales soviéticos que abundaban en Cuba.

Como consecuencia de ello, el libro de Cintio Vitier fue ignorado por las editoriales cubanas. Y cada vez que le preguntaban a él acerca del porqué de la no publicación en la isla de su ensayo, su respuesta era que había muchas “incomprensiones”. En el fondo imaginamos el sufrimiento del poeta, que ya daba muestras de comulgar con el castrismo, y sin embargo ese mismo castrismo no acababa de admitirlo en sus filas.  ,

Así las cosas, llegó el período especial de los años 90. Y en 1993, cuando la situación económica y social de la isla parecía haber tocado fondo, apareció el mensaje pastoral “El amor todo lo espera”. Un documento en el que la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba denunciaba la política gubernamental que había, en buena medida, dado lugar a ese lamentable estado de cosas. Incluso, los obispos proponían que el gobierno dialogara con aquellas personas que pensaban de una manera diferente con vistas a destrabar la crisis que afrontaba la nación.

De inmediato la prensa oficialista la emprendió contra los obispos, calificados por algunos medios oficialistas como traidores a la patria.

Se podrá imaginar el dilema que enfrentaba el poeta Cintio Vitier. De un lado sus obispos católicos, pero del otro el oficialismo castrista del que aspiraba a formar parte.

A la postre, el desenlace sobrevino mediante el artículo de Cintio titulado “Observaciones al mensaje de los obispos”, aparecido en el periódico Granma, en su edición del 22 de septiembre de ese año 1993.

“Antes que aceptar el derecho a la diversidad, hay que defender el derecho del país a la supervivencia como nación independiente”, fue lo que escribió el poeta. De esa manera, Cintio le daba la espalda al mensaje pastoral y se alineaba junto al castrismo en aquel momento definitorio.

En recompensa, pronto el castrismo premió al poeta. En 1995, al fin, vio la luz la edición cubana de Ese sol del mundo moral, y ese propio año Cintio y su esposa Fina García-Marruz fueron las figuras centrales con que el gobierno conmemoró el centenario de la caída en combate de José Martí.

Cintio Vitier podía proclamar que, tras mucho bregar, la Historia entraba en el hogar de la Poesía. Pero, claro, no era una Historia cualquiera, sino la interpretada por el castrismo.

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