Por Iván García.
Para Sandra, una adolescente que cursa el octavo grado, el 1 de enero de 1959 es el día de la independencia y del nacimiento de Cuba como república. Y créanme, la chica no es una ignorante. Tiene altas calificaciones, le gusta el buen cine y la lectura.
Pero ningún profesor de historia le mencionó que fue el 20 de mayo de 1902 cuando nació la República de Cuba. La historiografía oficial pretende soslayar la fecha.
Cuando los maestros hablan sobre los primeros años de vida republicana, siempre le agregan la muletilla de 'república mediatizada'. La historia de Cuba que se aprende hoy en las escuelas es sin matices. En blanco y negro.
Se resalta lo que interesa al gobierno: La Guerra de los 10 años, Carlos Manuel de Céspedes, Perucho Figueredo e Ignacio Agramonte, entre otros, y se deja a un lado las profundas contradicciones existentes entre los independentistas de la época. De manera sesgada también se cuenta la vida de José Martí, Antonio Maceo o el general dominicano Máximo Gómez.
De ese 20 de mayo de 1902 apenas se habla en las aulas cubanas. Las nuevas generaciones desconocen que Tomás Estrada Palma fue el primer presidente cubano. Ese día, los habaneros fueron testigos de cómo se arriaba la bandera de Estados Unidos, país interventor de 1898 a 1902, y se izaba la bandera de la estrella solitaria.
A jóvenes y adolescentes se les atiborra de fechas y datos sobre el asalto al cuartel Moncada en 1953 por parte de Fidel Castro. También desde el primer grado se habla, y mucho, de la guerra de guerrillas en el macizo montañoso de la Sierra Maestra. No está mal que los triunfadores cuenten sus vivencias. Pero un pecado capital de la historiografía del régimen es eludir los acontecimientos ocurridos en los 57 años que antecedieron al triunfo de su revolución verde olivo.
Esa amnesia histórica sucede a la hora de repasar cualquier aspecto de la vida en Cuba. Tal parece que todo lo bueno y grandioso vino de la mano de Fidel Castro. Un país que olvida su pasado tendrá un futuro incierto.
Hay que dar una vuelta de página a la manera en que los medios oficiales cuentan la historia. Aquella república era imperfecta. En las elecciones se producían fraudes. Durante un período el partido comunista fue ilegal. Hubo dos dictadores, Machado y Batista. Muchos políticos corruptos. Y económicamente dependíamos de Estados Unidos.
Es cierto. Pero en cinco décadas de república se instituyó una Constitución, la de 1940, avanzada para su tiempo. Había libertad de prensa; leyes que favorecían al trabajador; independencia de los tribunales y existía el Habeas Corpus.
También por la cercanía con Estados Unidos, antes que a otras naciones europeas, a Cuba llegó primero la telefonía pública, la radio y la televisión. La Habana era una ciudad más ostentosa e importante que Zürich o Bruselas.
No hace falta ser partidario o adversario de los Castro para reconocer la lectura torcida que se hace de nuestra historia republicana. Si usted hace una encuesta entre estudiantes secundarios, pocos saben el día que nació la república.
Es lamentable. Como Estados Unidos tiene su 4 de julio y México el 16 de septiembre, el Día de la Patria en Cuba es el 20 de mayo. Aunque el régimen prefiera ignorarlo.
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