La economía cubana tendrá muchos obstáculos y retos en 2012; unos de carácter interno y otros a causa del entorno internacional cargado de incertidumbres y peligros. Por ello, el crecimiento del 3,4 % del PIB planteado por el Gobierno -sin dar elementos que ayuden a validar ese porcentaje- resulta improbable de cumplir. Aun si se alcanzara ese objetivo, por su pobre magnitud con tantos problemas acumulados durante muchos años, ese incremento sería absolutamente insuficiente para salir de la crisis, crear el ahorro interno necesario por lo menos para detener el proceso de descapitalización, y afrontar la creciente deuda social con sus negativos efectos sobre el nivel de vida de la población.
La CEPAL proyecta en 2012 para Sudamérica un crecimiento del 3,9 % y para Centroamérica 3,7 %, mientras sitúa a Cuba con solo 2,5 %, 9 décimas por debajo del PIB planificado oficialmente. Los indicadores de la subregión aunque apuntan a una ralentización del crecimiento, continúan siendo superiores a los de la economía cubana, que se atrasa y margina cada vez más en el área, a lo que contribuye la persistente oposición gubernamental a permitir el libre acceso de los ciudadanos a Internet, con el objetivo de que permanezcan desinformados e ignorantes de lo que sucede al exterior de las fronteras nacionales. En el Informe de Desarrollo Humano 2011 confeccionado por PNUD, se calcula para Cuba un Ingreso Nacional Bruto per cápita de 5.416 USD en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), a precios constantes de 2005, lo que la ubica en el lugar 26 dentro de los 33 pases de América Latina y el Caribe, con una evidente tendencia a proseguir el descenso.
El año comienza sin que las autoridades hayan dado pasos decisivos en la implantación de las reformas urgentemente requeridas. Ciertamente desde septiembre de 2011 se agilizó la ejecución de medidas de alguna importancia, plasmadas en la autorización de venta de automóviles y viviendas, la posibilidad a los campesinos de ofertar productos y establecer contratos directamente con entidades turísticas a través de las cooperativas, modificaciones en la banca para conceder créditos al sector privado, el uso limitado de instrumentos bancarios proscritos y la eliminación de trabas a las relaciones entre el sector estatal y el privado, el alquiler de locales a los cuentapropistas -siguiendo la experiencia reciente con las barberías y peluquerías- en varios oficios (carpinteros, relojeros y otros).
Estas medidas, a pesar de constituir un avance, siguen diseñadas para trabajos de subsistencia, que dan solución momentánea a los problemas existenciales de muchas personas, pero no sacarán el país de la crisis. Fuentes gubernamentales han informado la eventual implantación de otros pasos, como sería continuar en 2012 sin cobrar impuestos por la utilización de fuerza de trabajo hasta 5 empleados, elevar hasta 10.000 pesos la cuantía del ingreso personal por el cual no se pagará impuesto y un abono del 5 % por el pronto pago de la contribución al ingreso personal. También se habla de la posibilidad de permitir la creación de cooperativas, además de las existentes en el sector agropecuario, pero no se ha especificado como funcionarían, ni las áreas concretas donde podrán estar presentes.
Paralelamente ha sido anunciada una nueva ley de impuestos, mediante la cual se flexibilizarían las cargas tributarias al sector no estatal. Asimismo se dan como seguros cambios en el Decreto-Ley No.259 para la entrega de tierras ociosas en usufructo, con la ampliación de las áreas y los plazos de tenencia, el permiso para construir viviendas y otras instalaciones en ellas, mecanismos de herencia para los familiares, y ampliación de los sectores además del turismo, a los cuales los campesinos organizados en cooperativas puedan vender sus productos directamente, obviando el monopolio estatal de acopio.
Desafortunadamente, estas medidas han demorado demasiado en ponerse en vigor, incluso, si comenzaran a aplicarse inmediatamente, sus beneficiosos efectos prácticamente no se sentirían en 2012, en especial las modificaciones del Decreto-Ley NO. 259. Por ello, este año volverán a importarse enormes cantidades de alimentos en un monto cercano a los 1,8 miles de millón de dólares, según se ha reconocido oficialmente. Eso asfixiará aun más la ya constreñida capacidad de compra externa, afectando fundamentalmente la posible adquisición de equipamiento, lo que unido a otros problemas, continuará siendo un valladar para frenar el proceso de descapitalización de los activos tangibles y lograr una dinámica inversionista que promueva el crecimiento económico.
Por otra parte, la demora en reducir los impuestos al trabajo por cuenta propia y el mantenimiento de las concepciones contrarias a la ampliación de los negocios particulares se mantendrán como obstáculos para la reestructuración de la fuerza de trabajo en las sobredimensionadas entidades de Estado. Esto continuará imposibilitando la organización de los centros laborales, factor indispensable para la elevación de la productividad, los salarios reales y, por supuesto, la motivación laboral. Un escenario que tampoco resulta propicio para avanzar hacia la eliminación de la dualidad monetaria, tan dañina a la sociedad.
La reforma del sistema de gestión económica continúa muy lenta. Las obsoletas estructuras ministeriales se mantienen con muy pocas modificaciones. Después de 2 años de trabajo, solo se llegó a la disolución del innecesario Ministerio del Azúcar. Los demás permanecen con una gran centralización en la toma de decisiones y grandes gastos burocráticos. El vicepresidente Murillo en dos ocasiones ha mencionado que existen más de 1.600 casas de visitas -instalaciones de alojamiento- pertenecientes a los distintos organismos de la administración del Estado, con más de 16.000 habitaciones, la mayoría con aire acondicionado. Ese fondo habitacional equivale aproximadamente al 25 % del total de la capacidad actual de alojamiento disponible para el turismo. En una investigación realizada, se encontró -según ha relatado el propio Vicepresidente- que en muchos de esos lugares ni existen registros de las personas alojadas, lo cual brinda una idea del descontrol y mala utilización de los recursos, una anormalidad que ha estado presente por decenios, ocasionando fabulosas pérdidas al erario público.
Ese señalamiento es positivo, pero deberían haberse adoptado acciones no solo con esos lugares, sino también con la sobredimensionada burocracia, que constituye uno de los principales obstáculos para el desenvolvimiento del país. Además, parte de esa burocracia es fuente de todo tipo de frenos para la implantación de los cambios, como se ha comprobado en la agricultura donde se niega a entregar las tierras ociosas o deficientemente cultivadas para otorgarlas en usufructo a los campesinos.
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