jueves, 23 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
La sociedad cubana parece un sainete teatral.
Por Laritza Diversent.
Las reuniones de los sectores sociales del país para definir cómo debe ser el modelo económico del futuro, son calificadas por el periódico Granma como un hecho sin precedente e improbable en el mundo contemporáneo.
El diario se dedica a hacernos sentir que vivimos en otro planeta. A veces cuesta trabajo entender la forma de expresión de los socialistas cubanos. ¿Es ironía o simple burla? No puedo llamarla ingenuidad.
¿A quién se le ocurre mencionar la palabra "definir" para caracterizar el supuesto debate de los lineamientos económicos del socialismo para los próximos cinco años? Hay que ser muy demagogo para afirmar que se analizan las políticas propuestas por los dirigentes políticos.
Sería iluso y exagerado afirmar que el 15% de los lineamientos serán redefinidos tras los debates con la población, en un sistema donde prima la planificación y control estatal, y el único actor económico favorecido es el Estado.
Asumamos los lineamientos en su formulación actual con vocación autentica y radicalmente revolucionaria, como aconseja Granma en sus trabajos propagandísticos del VI congreso del partido comunista. Tomemos dos puntos de los lineamientos: no se permitirá la concentración de propiedades en personas naturales y jurídicas del sector no estatal, y se aplicarán mayores gravámenes a los ingresos más altos.
Pensemos en el problema: la isla necesita la recuperación económica y los cubanos quieren cambios, por ejemplo, libre empresa y supresión de la doble moneda. La lógica dice que si en el sector estatal sobran más de un millón de trabajadores que ya están siendo despedidos y que, en las nuevas circunstancias, deberán ganar su sustento de algún modo; el Estado debería dar ventajas y facilidades a los nuevos actores capaces de generar empleos de los que dependerán numerosas familias.
Los lineamientos desconocen esos aspectos. Al contrario, contienen trabas que impiden el desarrollo económico y el progreso social de los cubanos. Si me preguntan por los resultados que se obtendrá, de cara al debate público, auguro infinidad de procesos judiciales por evasión fiscal, la corrupción engordando y un diluvio de confiscaciones por enriquecimiento ilícito.
Ninguno de estos temas estará en la agenda de los dirigentes comunistas el próximo abril, fecha en que planean celebrar el VI congreso. Las nuevas políticas están definidas según los intereses de los que hoy dirigen y controlan el país.
La sociedad cubana parece un vulgar sainete teatral, y la mayoría del pueblo, simple espectadora. Es improbable que en otra parte del mundo el destino de más de once millones de personas dependa exclusivamente de la voluntad de unos pocos.
Tampoco esta vez habrá polémica ni verdadera discusión, sólo demagogia. Ya todo está decidido.
Las reuniones de los sectores sociales del país para definir cómo debe ser el modelo económico del futuro, son calificadas por el periódico Granma como un hecho sin precedente e improbable en el mundo contemporáneo.
El diario se dedica a hacernos sentir que vivimos en otro planeta. A veces cuesta trabajo entender la forma de expresión de los socialistas cubanos. ¿Es ironía o simple burla? No puedo llamarla ingenuidad.
¿A quién se le ocurre mencionar la palabra "definir" para caracterizar el supuesto debate de los lineamientos económicos del socialismo para los próximos cinco años? Hay que ser muy demagogo para afirmar que se analizan las políticas propuestas por los dirigentes políticos.
Sería iluso y exagerado afirmar que el 15% de los lineamientos serán redefinidos tras los debates con la población, en un sistema donde prima la planificación y control estatal, y el único actor económico favorecido es el Estado.
Asumamos los lineamientos en su formulación actual con vocación autentica y radicalmente revolucionaria, como aconseja Granma en sus trabajos propagandísticos del VI congreso del partido comunista. Tomemos dos puntos de los lineamientos: no se permitirá la concentración de propiedades en personas naturales y jurídicas del sector no estatal, y se aplicarán mayores gravámenes a los ingresos más altos.
Pensemos en el problema: la isla necesita la recuperación económica y los cubanos quieren cambios, por ejemplo, libre empresa y supresión de la doble moneda. La lógica dice que si en el sector estatal sobran más de un millón de trabajadores que ya están siendo despedidos y que, en las nuevas circunstancias, deberán ganar su sustento de algún modo; el Estado debería dar ventajas y facilidades a los nuevos actores capaces de generar empleos de los que dependerán numerosas familias.
Los lineamientos desconocen esos aspectos. Al contrario, contienen trabas que impiden el desarrollo económico y el progreso social de los cubanos. Si me preguntan por los resultados que se obtendrá, de cara al debate público, auguro infinidad de procesos judiciales por evasión fiscal, la corrupción engordando y un diluvio de confiscaciones por enriquecimiento ilícito.
Ninguno de estos temas estará en la agenda de los dirigentes comunistas el próximo abril, fecha en que planean celebrar el VI congreso. Las nuevas políticas están definidas según los intereses de los que hoy dirigen y controlan el país.
La sociedad cubana parece un vulgar sainete teatral, y la mayoría del pueblo, simple espectadora. Es improbable que en otra parte del mundo el destino de más de once millones de personas dependa exclusivamente de la voluntad de unos pocos.
Tampoco esta vez habrá polémica ni verdadera discusión, sólo demagogia. Ya todo está decidido.
Mano dura con los dirigentes “ineficientes” y “mentirosos”.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, anunció el sábado 18 de diciembre, una política de mano dura contra dirigentes "ineficientes" y "mentirosos", al anunciar la renuncia de tres miembros del selecto buró político del Partido Comunista (PCC, único en el país).
Castro dijo que a la ex ministra de Industria Básica, Yadira García, al ex titular de Transporte, Jorge Luis Sierra, y a Pedro Sáez, primer secretario del PCC en la ciudad de La Habana, se les pidió la renuncia a sus cargos en el Buró Político y el Comité Central del partido, así como la condición de diputado y sus puestos en el gobierno.
"Si así hemos procedido con tres altos dirigentes, sépase que esta es la línea que seguirá el partido y el gobierno con todos los cuadros. Mayor exigencia, a la vez que adoptaremos las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones de lo establecido", señaló.
En su discurso de clausura de la sesión anual del Parlamento, Raúl Castro descartó la "corrupción" en alguno de los tres casos, por lo que los tres conservaron su condición de militantes del PCC.
Según el mandatario, García, de 55 años, realizó "un pésimo trabajo frente al ministerio" en particular "en el débil control de los recursos destinados al proceso inversionista, propiciando el derroche".
A Sierra, de 49 años, quien también era miembro del secretariado del PCC y vicepresidente, se le pidió la renuncia "por tomarse atribuciones que no le correspondían y que lo condujeron a serios errores de dirección", mientras que Sáez, de 57 años, "infringió normas del trabajo partidista".
"En el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero yo sólo tengo compromisos con el pueblo y muy especialmente con los caídos" en más de medio siglo de revolución, manifestó Raúl Castro.
También fustigó a los funcionarios que alteran informes y "caen en la mentira inconscientemente", llevando al gobierno a "decisiones erradas".
"Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe ser removido y no temporalmente del cargo que ocupa, y después del análisis de los organismos correspondientes, también separado de las filas del partido", si es militante, apuntó.
Desde 2006, cuando sustituyó a su hermano Fidel en el gobierno, Raúl Castro ha separado de sus cargos a una treintena de dirigentes, entre ellos al vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque.
Castro dijo que a la ex ministra de Industria Básica, Yadira García, al ex titular de Transporte, Jorge Luis Sierra, y a Pedro Sáez, primer secretario del PCC en la ciudad de La Habana, se les pidió la renuncia a sus cargos en el Buró Político y el Comité Central del partido, así como la condición de diputado y sus puestos en el gobierno.
"Si así hemos procedido con tres altos dirigentes, sépase que esta es la línea que seguirá el partido y el gobierno con todos los cuadros. Mayor exigencia, a la vez que adoptaremos las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones de lo establecido", señaló.
En su discurso de clausura de la sesión anual del Parlamento, Raúl Castro descartó la "corrupción" en alguno de los tres casos, por lo que los tres conservaron su condición de militantes del PCC.
Según el mandatario, García, de 55 años, realizó "un pésimo trabajo frente al ministerio" en particular "en el débil control de los recursos destinados al proceso inversionista, propiciando el derroche".
A Sierra, de 49 años, quien también era miembro del secretariado del PCC y vicepresidente, se le pidió la renuncia "por tomarse atribuciones que no le correspondían y que lo condujeron a serios errores de dirección", mientras que Sáez, de 57 años, "infringió normas del trabajo partidista".
"En el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero yo sólo tengo compromisos con el pueblo y muy especialmente con los caídos" en más de medio siglo de revolución, manifestó Raúl Castro.
También fustigó a los funcionarios que alteran informes y "caen en la mentira inconscientemente", llevando al gobierno a "decisiones erradas".
"Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe ser removido y no temporalmente del cargo que ocupa, y después del análisis de los organismos correspondientes, también separado de las filas del partido", si es militante, apuntó.
Desde 2006, cuando sustituyó a su hermano Fidel en el gobierno, Raúl Castro ha separado de sus cargos a una treintena de dirigentes, entre ellos al vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque.
Persistencia del miedo.
Una anécdota no demasiado divulgada refiere que, finalizando el encuentro de Fidel Castro con los artistas cubanos en 1961, donde este pronunciara sus polisémicas "Palabras a los Intelectuales", una desconcertante -por inesperada- voz solicitó intervenir.
Se trataba de Virgilio Piñera, acaso el más inmortal y lacerado dramaturgo que pariera nuestra Isla. Un hombre frágil, que ante el Comandante de verdeolivo, con su metro ochenta y tantos y su pistola al cinto, debió parecer una insignificante brizna de hierba.
Cuentan que, una vez frente al micrófono, pálido por color natural y por rejuego de sus nervios, la intervención del afeminado Virgilio no tardó ni diez segundos:
-Lo único que puedo decir es que yo siento mucho miedo –dijo-. Solo eso. Que no sé por qué, pero tengo miedo…
Su martirizada vida no le alcanzaría para saber que no estuvo equivocado aquella vez: que sí debía temer por su destino.
Pienso en Virgilio ahora que he escuchado en boca de otro intelectual, y amigo, palabras muy similares. Sólo que, a diferencia de aquel maestro, este joven escriba sí sabe a la perfección por qué siente temor.
Se llama Francis Sánchez, y al igual que yo, vive en una pequeña ciudad de provincia, Ciego de Ávila, donde el ejercicio de la individualidad implica más riesgos que en la cosmopolita capital. Desde hace mucho su nombre es conocido entre profesionales de las letras por sus lauros literarios, y sus publicaciones en diversas revistas del país.
Quien le mira, con su cuerpo bien provisto de carnes y su bigotillo recortado, podría pensar que se trata del más complaciente y dócil de los ciudadanos. Un perfecto pater familias que, como buen cubano de a pie, sortea carencias e insatisfacciones. Y calla.
Pero Francis Sánchez carga con una cruz de ceniza en la frente: jamás consiguió renunciar a su condición de hombre libre; su condición de cubano disconforme que no sabe cómo cerrar los ojos ante una realidad que no le gusta, que no está hecha para él.
Y como buen hombre de letras, sabedor de la imposibilidad absoluta de publicar en algún medio institucional sus artículos cuestionadores, sus crónicas personales sobre el país que añora tener y no tiene, ha decidido lo que muchos de nosotros: abrir su bitácora personal. Creo, si mal no recuerdo, acaba de inaugurarla con un excelente nombre: Hombre en las Nubes.
Pero Francis Sánchez tiene miedo, y no lo oculta. Me dice:
-Tú eres un muchacho solo, Ernesto. Nosotros somos cuatro. No es lo mismo.
Y yo me siento de repente minúsculo, desprovisto de razones ante una circunstancia como esta: un cubano honesto que ha decidido, a cuenta y riesgo, poner en peligro la estabilidad de tres personas aparte de sí mismo: su esposa, y sus dos hijos. Y que lo ha decidido no como escogemos una opción frente a otra, o como barajamos posibilidades en una mesa de negociación. No. Más bien, es alguien que no ha podido contradecir a su espíritu consecuente, y que sabe que ello le resultará muy costoso, muy duro, pero que aún así cruza la delgadísima línea.
Una de sus frases se me ha quedado dando vueltas dentro como una caprichosa hoja de trébol. Me ha dicho, con sutil indignación:
-Yo siento mucho miedo no de mí, sino de qué pueda pasar en lo adelante con mi familia. Y este miedo, lo único que hace es irritarme más. Porque mi miedo es la prueba más fehaciente que tengo para denunciar el país en que vivo: ¡Yo no debería sentir miedo! ¡Yo no debería temer si lo único que pretendo es expresar lo que pienso!
Su razonamiento es más que lapidario: no, definitivamente nadie debería temer por su integridad, por su estabilidad social, si lo que quiere hacer es lo que hacen en cualquier parte del mundo los hombres libres: alzar su voz contra lo imperfecto, lo deformado, lo que consideran inaceptable. Deberían temer los terroristas, los pederastas, los corruptores. Pero los hombres con voz propia, jamás.
Sin embargo, se trata del día a día de los cubanos.
He perdido la cuenta del número de veces que he escuchado ya, en boca de unos u otros, frases como esta: "Me encantaría hacer lo que tú estás haciendo, pero yo no puedo". Y después, un largo o breve etcétera de razones que dulcifican una dolorosa realidad: que el miedo ha sido más fuerte que su necesidad de expresión.
Así como jamás faltan máscaras para ocultar los rasgos desagradables de nuestra personalidad, también para camuflar el miedo se echa mano a los más variados pretextos.
¿Cuáles son los argumentos más frecuentes que escucho en este sentido? En primer lugar, la imposibilidad de sobrevivir sin el vínculo laboral que les ofrece el Estado. Algunos afirman: "Si al igual que tú, yo tuviera al menos un familiar fuera de este país que me ayudara con mi economía, estoy seguro de que habría fundado un Partido, habría dejado de ir a las elecciones, diría en las reuniones de mi trabajo lo que creo, o me habría abierto un blog".
Otros dicen: "Si yo no tuviera una familia que mantener, hace rato que hubiera explotado y les hubiera gritado a los dirigentes todo lo que pienso de ellos".
Hay algo inobjetable, al margen del juicio ético y moral que pueda efectuarse en torno a estas palabras: jamás ha existido mejor aliado para el totalitarismo que el miedo descarnado. Si la tecnología, en este siglo, ha sido el peor de todos los enemigos para quienes pretenden controlar las mentes de los hombres, ancestralmente ha sido el temor el combustible que ha sostenido el engranaje de las dictaduras.
¿A qué se le teme en verdad en mi Cuba socialista? Vale la pena preguntárselo. No se trata del miedo a la muerte o a las desapariciones, según la usanza de otras dictaduras tropicales tipo Trujillo o Somoza. El temor de los cubanos es más etéreo, menos previsible: es el miedo a la desintegración como ser social.
La pérdida del empleo sin posibilidad de encontrar otro sustento; la difamación constante en torno a su persona; la exclusión de espacios u organizaciones a las que hasta entonces se frecuentaba, y según el caso, la prohibición de acceder incluso a instituciones culturales públicas. Además, el acoso constante que sufrirá no sólo él, sino –y peor aún- sus seres queridos, sus amigos. Y en dependencia de la solidez de sus posturas y su activismo consecuente, la represión física, y la prisión.
Por eso mientras más pienso en casos como el de Francis Sánchez, y tantos otros que alguna vez rompieron sus cadenas y decidieron jugar su propio juego; mientras recuerdo las vibrantes palabras que escuché en boca del sacerdote José Conrado: "Todos sentimos miedo. La esencia del sistema totalitario es precisamente provocar una respuesta de temor paralizante. Y no sería honesto decir que no lo sentimos. Todos tenemos miedo. El problema es cuando uno tiene que vencerlo en nombre de una gran responsabilidad"; mientras más junto ejemplos dignificantes, hermosos, más creo que ampararse en presuntos argumentos acomodaticios es una irresponsabilidad que se paga más caro aún: con el eterno pesar de la conciencia.
Luego de escuchar a Pedro Luis Ferrer citar su frase predilecta: "Nadie sabe el pasado que le espera", descubrí cuál es en verdad el más grande de mis miedos, el temor supremo que sé que no podría enfrentar: el miedo a la circunstancia futura, ante mis hijos o mis nietos, cuando debiera explicarles dónde estaba yo, qué hacía yo mientras mi país sufría de tantos miedos.
Ahora que el Presidente Raúl Castro ha expresado, con motivo del 6to Congreso del Partido Comunista, que a partir de este momento lo único necesario es que cada cubano diga su verdad, sea cual sea, y que cada quien debe hacerlo sin ningún miedo (sus palabras textuales, que confirman un secreto a voces: los cubanos sí han sentido un raigal pánico de expresar sus criterios más veraces), creo que es el perfecto momento para que todos dediquemos cinco minutos a nuestro auto examen personal, y le tomemos la palabra al General Presidente, no sea que muy pronto se nos arrepienta.
Se trataba de Virgilio Piñera, acaso el más inmortal y lacerado dramaturgo que pariera nuestra Isla. Un hombre frágil, que ante el Comandante de verdeolivo, con su metro ochenta y tantos y su pistola al cinto, debió parecer una insignificante brizna de hierba.
Cuentan que, una vez frente al micrófono, pálido por color natural y por rejuego de sus nervios, la intervención del afeminado Virgilio no tardó ni diez segundos:
-Lo único que puedo decir es que yo siento mucho miedo –dijo-. Solo eso. Que no sé por qué, pero tengo miedo…
Su martirizada vida no le alcanzaría para saber que no estuvo equivocado aquella vez: que sí debía temer por su destino.
Pienso en Virgilio ahora que he escuchado en boca de otro intelectual, y amigo, palabras muy similares. Sólo que, a diferencia de aquel maestro, este joven escriba sí sabe a la perfección por qué siente temor.
Se llama Francis Sánchez, y al igual que yo, vive en una pequeña ciudad de provincia, Ciego de Ávila, donde el ejercicio de la individualidad implica más riesgos que en la cosmopolita capital. Desde hace mucho su nombre es conocido entre profesionales de las letras por sus lauros literarios, y sus publicaciones en diversas revistas del país.
Quien le mira, con su cuerpo bien provisto de carnes y su bigotillo recortado, podría pensar que se trata del más complaciente y dócil de los ciudadanos. Un perfecto pater familias que, como buen cubano de a pie, sortea carencias e insatisfacciones. Y calla.
Pero Francis Sánchez carga con una cruz de ceniza en la frente: jamás consiguió renunciar a su condición de hombre libre; su condición de cubano disconforme que no sabe cómo cerrar los ojos ante una realidad que no le gusta, que no está hecha para él.
Y como buen hombre de letras, sabedor de la imposibilidad absoluta de publicar en algún medio institucional sus artículos cuestionadores, sus crónicas personales sobre el país que añora tener y no tiene, ha decidido lo que muchos de nosotros: abrir su bitácora personal. Creo, si mal no recuerdo, acaba de inaugurarla con un excelente nombre: Hombre en las Nubes.
Pero Francis Sánchez tiene miedo, y no lo oculta. Me dice:
-Tú eres un muchacho solo, Ernesto. Nosotros somos cuatro. No es lo mismo.
Y yo me siento de repente minúsculo, desprovisto de razones ante una circunstancia como esta: un cubano honesto que ha decidido, a cuenta y riesgo, poner en peligro la estabilidad de tres personas aparte de sí mismo: su esposa, y sus dos hijos. Y que lo ha decidido no como escogemos una opción frente a otra, o como barajamos posibilidades en una mesa de negociación. No. Más bien, es alguien que no ha podido contradecir a su espíritu consecuente, y que sabe que ello le resultará muy costoso, muy duro, pero que aún así cruza la delgadísima línea.
Una de sus frases se me ha quedado dando vueltas dentro como una caprichosa hoja de trébol. Me ha dicho, con sutil indignación:
-Yo siento mucho miedo no de mí, sino de qué pueda pasar en lo adelante con mi familia. Y este miedo, lo único que hace es irritarme más. Porque mi miedo es la prueba más fehaciente que tengo para denunciar el país en que vivo: ¡Yo no debería sentir miedo! ¡Yo no debería temer si lo único que pretendo es expresar lo que pienso!
Su razonamiento es más que lapidario: no, definitivamente nadie debería temer por su integridad, por su estabilidad social, si lo que quiere hacer es lo que hacen en cualquier parte del mundo los hombres libres: alzar su voz contra lo imperfecto, lo deformado, lo que consideran inaceptable. Deberían temer los terroristas, los pederastas, los corruptores. Pero los hombres con voz propia, jamás.
Sin embargo, se trata del día a día de los cubanos.
He perdido la cuenta del número de veces que he escuchado ya, en boca de unos u otros, frases como esta: "Me encantaría hacer lo que tú estás haciendo, pero yo no puedo". Y después, un largo o breve etcétera de razones que dulcifican una dolorosa realidad: que el miedo ha sido más fuerte que su necesidad de expresión.
Así como jamás faltan máscaras para ocultar los rasgos desagradables de nuestra personalidad, también para camuflar el miedo se echa mano a los más variados pretextos.
¿Cuáles son los argumentos más frecuentes que escucho en este sentido? En primer lugar, la imposibilidad de sobrevivir sin el vínculo laboral que les ofrece el Estado. Algunos afirman: "Si al igual que tú, yo tuviera al menos un familiar fuera de este país que me ayudara con mi economía, estoy seguro de que habría fundado un Partido, habría dejado de ir a las elecciones, diría en las reuniones de mi trabajo lo que creo, o me habría abierto un blog".
Otros dicen: "Si yo no tuviera una familia que mantener, hace rato que hubiera explotado y les hubiera gritado a los dirigentes todo lo que pienso de ellos".
Hay algo inobjetable, al margen del juicio ético y moral que pueda efectuarse en torno a estas palabras: jamás ha existido mejor aliado para el totalitarismo que el miedo descarnado. Si la tecnología, en este siglo, ha sido el peor de todos los enemigos para quienes pretenden controlar las mentes de los hombres, ancestralmente ha sido el temor el combustible que ha sostenido el engranaje de las dictaduras.
¿A qué se le teme en verdad en mi Cuba socialista? Vale la pena preguntárselo. No se trata del miedo a la muerte o a las desapariciones, según la usanza de otras dictaduras tropicales tipo Trujillo o Somoza. El temor de los cubanos es más etéreo, menos previsible: es el miedo a la desintegración como ser social.
La pérdida del empleo sin posibilidad de encontrar otro sustento; la difamación constante en torno a su persona; la exclusión de espacios u organizaciones a las que hasta entonces se frecuentaba, y según el caso, la prohibición de acceder incluso a instituciones culturales públicas. Además, el acoso constante que sufrirá no sólo él, sino –y peor aún- sus seres queridos, sus amigos. Y en dependencia de la solidez de sus posturas y su activismo consecuente, la represión física, y la prisión.
Por eso mientras más pienso en casos como el de Francis Sánchez, y tantos otros que alguna vez rompieron sus cadenas y decidieron jugar su propio juego; mientras recuerdo las vibrantes palabras que escuché en boca del sacerdote José Conrado: "Todos sentimos miedo. La esencia del sistema totalitario es precisamente provocar una respuesta de temor paralizante. Y no sería honesto decir que no lo sentimos. Todos tenemos miedo. El problema es cuando uno tiene que vencerlo en nombre de una gran responsabilidad"; mientras más junto ejemplos dignificantes, hermosos, más creo que ampararse en presuntos argumentos acomodaticios es una irresponsabilidad que se paga más caro aún: con el eterno pesar de la conciencia.
Luego de escuchar a Pedro Luis Ferrer citar su frase predilecta: "Nadie sabe el pasado que le espera", descubrí cuál es en verdad el más grande de mis miedos, el temor supremo que sé que no podría enfrentar: el miedo a la circunstancia futura, ante mis hijos o mis nietos, cuando debiera explicarles dónde estaba yo, qué hacía yo mientras mi país sufría de tantos miedos.
Ahora que el Presidente Raúl Castro ha expresado, con motivo del 6to Congreso del Partido Comunista, que a partir de este momento lo único necesario es que cada cubano diga su verdad, sea cual sea, y que cada quien debe hacerlo sin ningún miedo (sus palabras textuales, que confirman un secreto a voces: los cubanos sí han sentido un raigal pánico de expresar sus criterios más veraces), creo que es el perfecto momento para que todos dediquemos cinco minutos a nuestro auto examen personal, y le tomemos la palabra al General Presidente, no sea que muy pronto se nos arrepienta.
martes, 21 de diciembre de 2010
Cuba ve mayor declive en producción de azúcar.
Por Mark Frank.
La zafra azucarera del 2011 en Cuba será inferior al récord mínimo de 1,1 millones de toneladas de la cosecha anterior, dijo el ministro de Economía. El pronóstico fue hecho por Marino Murillo durante una sesión del Parlamento el sábado.
La proyección sigue a los comentarios que el ministro realizó la semana pasada sobre una esperada reforma de la industria, que comenzaría cuando la cosecha azucarera termine en mayo.
Murillo dijo que Cuba produjo 195.700 toneladas menos de las 1,3 millones de toneladas previstas para este año.
"La producción de azúcar crudo (sin refinar) será ligeramente inferior a la producida este año, como consecuencia de la falta de caña", dijo Murillo.
El Gobierno cubano atribuye la baja producción a la sequía, el exceso de corte de caña en la zafra del 2010 y las elevadas pérdidas en las siembras.
El pronóstico parece contradecir comentarios del ministro del Azúcar, Orlando García, que había dicho este mes que "la industria ha recibido los insumos necesarios a fin de superar los resultados de la zafra anterior y cumplir con la metas en la próxima campaña".
En una sesión de preguntas y respuestas con los diputados, Murillo dijo que una reorganización de la industria azucarera comenzaría cuando termine la cosecha.
El objetivo, dijo, es obtener resultados razonables para el 2015, un año en el que según fuentes de la industria se espera lograr unas 2,5 millones de toneladas.
Un total de 39 ingenios participarán en la zafra del 2011, cinco menos que la cosecha anterior. Algunos de ellos ya están operando, aunque la zafra no comienza oficialmene hasta enero.
Operadores dijeron a Reuters que la industria azucarera cubana no tiene planes para importar azúcar ni exportar más de las 400.000 toneladas que envía cada año a China y pequeñas cantidades que vende en otros lugares.
Cuba consume unas 700.000 toneladas de azúcar anualmente pero logró bajar este año el promedio a 600.000 toneladas debido a una reducción de la ración mensual destinada a la población y otras medidas.
La isla obtenía en el pasado del azúcar un 90 por ciento de sus ingresos de exportación, comparado con apenas un 5 por ciento en la actualidad.
El sector ha elaborado planes para reorganizar la industria y permitir la inversión extranjera por primera vez desde que los ingenios fueron nacionalizados en la década de 1960.
Pero la reorganización aún no comenzó y las negociaciones con al menos dos empresas extranjeras para la administración conjunta de centrales durante un número limitado de años se han prolongado sin resultados, dijo una fuente extranjera cercana a los negocios.
La zafra azucarera del 2011 en Cuba será inferior al récord mínimo de 1,1 millones de toneladas de la cosecha anterior, dijo el ministro de Economía. El pronóstico fue hecho por Marino Murillo durante una sesión del Parlamento el sábado.
La proyección sigue a los comentarios que el ministro realizó la semana pasada sobre una esperada reforma de la industria, que comenzaría cuando la cosecha azucarera termine en mayo.
Murillo dijo que Cuba produjo 195.700 toneladas menos de las 1,3 millones de toneladas previstas para este año.
"La producción de azúcar crudo (sin refinar) será ligeramente inferior a la producida este año, como consecuencia de la falta de caña", dijo Murillo.
El Gobierno cubano atribuye la baja producción a la sequía, el exceso de corte de caña en la zafra del 2010 y las elevadas pérdidas en las siembras.
El pronóstico parece contradecir comentarios del ministro del Azúcar, Orlando García, que había dicho este mes que "la industria ha recibido los insumos necesarios a fin de superar los resultados de la zafra anterior y cumplir con la metas en la próxima campaña".
En una sesión de preguntas y respuestas con los diputados, Murillo dijo que una reorganización de la industria azucarera comenzaría cuando termine la cosecha.
El objetivo, dijo, es obtener resultados razonables para el 2015, un año en el que según fuentes de la industria se espera lograr unas 2,5 millones de toneladas.
Un total de 39 ingenios participarán en la zafra del 2011, cinco menos que la cosecha anterior. Algunos de ellos ya están operando, aunque la zafra no comienza oficialmene hasta enero.
Operadores dijeron a Reuters que la industria azucarera cubana no tiene planes para importar azúcar ni exportar más de las 400.000 toneladas que envía cada año a China y pequeñas cantidades que vende en otros lugares.
Cuba consume unas 700.000 toneladas de azúcar anualmente pero logró bajar este año el promedio a 600.000 toneladas debido a una reducción de la ración mensual destinada a la población y otras medidas.
La isla obtenía en el pasado del azúcar un 90 por ciento de sus ingresos de exportación, comparado con apenas un 5 por ciento en la actualidad.
El sector ha elaborado planes para reorganizar la industria y permitir la inversión extranjera por primera vez desde que los ingenios fueron nacionalizados en la década de 1960.
Pero la reorganización aún no comenzó y las negociaciones con al menos dos empresas extranjeras para la administración conjunta de centrales durante un número limitado de años se han prolongado sin resultados, dijo una fuente extranjera cercana a los negocios.
Cuba abandona la planificación.
Si pinchas aquí podrás acceder a un excelente reportaje de Mauricio Vicent sobre Cuba y su proceso de apertura económica. Es el segundo proceso ya que tras la caída del Muro de Berlín comenzó lo que Fidel llamó el Periodo Especial. La extinta URSS finalizó el programa de cambio de azúcar por petróleo y la economía cubana colapsó. Veinte años después la renta por habitante oficial sigue un 30% por debajo de la de 1990. El régimen inició un proceso de apertura económica que abortó en 1995 por miedo a perder el control político.
El 31 de Julio de 2006 Fidel inesperadamente cedió los poderes a su hermano Raúl fruto de una enfermedad por primera vez desde 1959. Yo estaba de viaje de placer en la Habana pero las horas centrales del día el calor y la humedad hacen imposible disfrutar de la isla por lo que aproveché para entrevistarme con personal de nuestra embajada, con altos cargos del ministerio de economía y con periodistas. Ya entonces comenzaban a hablar del modelo vietnamita que ahora quieren implantar. Para un economista observador ir a un país con planificación económica es como para un bioquímico trabajar en un laboratorio.
Yo no tengo mucha información sobre Vietnam pero la suficiente para saber que han optado por una economía mixta y la renta por habitante crece con fuerza. El estado mantiene un peso importante en la economía pero deja que la iniciativa privada se encargue de la mayoría de sectores productivos. Es lo mismo que hicimos los españoles en 1959 y es el inicio de la historia de éxito de nuestro Pura Sangre.
En un solo mes ya hay 80.000 peticiones de empresarios casi el doble de las existentes y si el proceso continúa seguirán creciendo exponencialmente resolviendo el grave problema de eficiencia que padece la economía cubana fruto de medio siglo de planificación económica.
No obstante el proceso de liberalización tiene que ir acompañado de un Plan de Estabilización. La principal fuente de ingresos públicos son las materias primas, principalmente Niquel, y los impuestos que generan los sectores privatizados y en manos de multinacionales. Cuba tiene un sistema monetario dual con un peso convertible que vale 24 pesos cubanos. Las multinacionales pagan al Estado en pesos convertibles y éste paga a los trabajadores en pesos cubanos por lo que impone una tasa sobre el salario del 95%.
Ahora tendrán que eliminar el sistema dual y pasar todos los precios de la economía, incluyendo los salarios, a pesos convertibles. La subida de precios simplemente hará reflejar los precios reales de la economía pero después de la perturbación será importante que el Banco de Central controle la cantidad de dinero para evitar una espiral inflacionista precios salarios que podría arruinar el proceso de apertura.
El modelo estará orientado a la exportación y por eso es importante fijar una paridad con el dólar competitiva e infravalorada para favorecer las exportaciones y compensar los diferenciales de inflación del cambio de sistema monetario. Y sobre todo es fundamental que el Estado diseñe un sistema tributario y adecue sus gastos a los ingresos. La economía privada necesitará invertir en capital y la mayoría de bienes serán importados. Por eso es prioritario que toda la entrada de divisas vaya destinada a la inversión productiva generadora de empleo y el Estado debe tener fuentes de financiación exógenas que eviten entrar en competencia por esos recursos de financiación exterior tan escasos.
En 2006, tras mis conversaciones en la isla, era muy pesimista sobre la posibilidad de un proceso de apertura. Cuatro años después parece que se pone en marcha y es una excelente noticia para un economista. En estos procesos los problemas económicos son los más sencillos de resolver y lo más complicado es luchar contra el statu quo del régimen. El proceso necesita liderazgo y Raúl, uno de los líderes de la revolución es el elegido. Por el bien de la sociedad cubana les deseamos todo el acierto del mundo y que el proceso llegue a buen puerto. Lo deseable es que el proceso sea el preludio de una Cuba democrática. En España tuvimos que esperar quince años, aunque es cierto que el éxito económico también supuso una apertura social y política que acabó con el régimen tras la muerte del dictador.
El 31 de Julio de 2006 Fidel inesperadamente cedió los poderes a su hermano Raúl fruto de una enfermedad por primera vez desde 1959. Yo estaba de viaje de placer en la Habana pero las horas centrales del día el calor y la humedad hacen imposible disfrutar de la isla por lo que aproveché para entrevistarme con personal de nuestra embajada, con altos cargos del ministerio de economía y con periodistas. Ya entonces comenzaban a hablar del modelo vietnamita que ahora quieren implantar. Para un economista observador ir a un país con planificación económica es como para un bioquímico trabajar en un laboratorio.
Yo no tengo mucha información sobre Vietnam pero la suficiente para saber que han optado por una economía mixta y la renta por habitante crece con fuerza. El estado mantiene un peso importante en la economía pero deja que la iniciativa privada se encargue de la mayoría de sectores productivos. Es lo mismo que hicimos los españoles en 1959 y es el inicio de la historia de éxito de nuestro Pura Sangre.
En un solo mes ya hay 80.000 peticiones de empresarios casi el doble de las existentes y si el proceso continúa seguirán creciendo exponencialmente resolviendo el grave problema de eficiencia que padece la economía cubana fruto de medio siglo de planificación económica.
No obstante el proceso de liberalización tiene que ir acompañado de un Plan de Estabilización. La principal fuente de ingresos públicos son las materias primas, principalmente Niquel, y los impuestos que generan los sectores privatizados y en manos de multinacionales. Cuba tiene un sistema monetario dual con un peso convertible que vale 24 pesos cubanos. Las multinacionales pagan al Estado en pesos convertibles y éste paga a los trabajadores en pesos cubanos por lo que impone una tasa sobre el salario del 95%.
Ahora tendrán que eliminar el sistema dual y pasar todos los precios de la economía, incluyendo los salarios, a pesos convertibles. La subida de precios simplemente hará reflejar los precios reales de la economía pero después de la perturbación será importante que el Banco de Central controle la cantidad de dinero para evitar una espiral inflacionista precios salarios que podría arruinar el proceso de apertura.
El modelo estará orientado a la exportación y por eso es importante fijar una paridad con el dólar competitiva e infravalorada para favorecer las exportaciones y compensar los diferenciales de inflación del cambio de sistema monetario. Y sobre todo es fundamental que el Estado diseñe un sistema tributario y adecue sus gastos a los ingresos. La economía privada necesitará invertir en capital y la mayoría de bienes serán importados. Por eso es prioritario que toda la entrada de divisas vaya destinada a la inversión productiva generadora de empleo y el Estado debe tener fuentes de financiación exógenas que eviten entrar en competencia por esos recursos de financiación exterior tan escasos.
En 2006, tras mis conversaciones en la isla, era muy pesimista sobre la posibilidad de un proceso de apertura. Cuatro años después parece que se pone en marcha y es una excelente noticia para un economista. En estos procesos los problemas económicos son los más sencillos de resolver y lo más complicado es luchar contra el statu quo del régimen. El proceso necesita liderazgo y Raúl, uno de los líderes de la revolución es el elegido. Por el bien de la sociedad cubana les deseamos todo el acierto del mundo y que el proceso llegue a buen puerto. Lo deseable es que el proceso sea el preludio de una Cuba democrática. En España tuvimos que esperar quince años, aunque es cierto que el éxito económico también supuso una apertura social y política que acabó con el régimen tras la muerte del dictador.
lunes, 20 de diciembre de 2010
Cuba to remove all payment holds in 2011 for foreign suppliers.
Cuban leader Raul Castro said on Saturday that the Cuban government will remove in 2011 all payment holds affecting its foreign trade partners.
At a parliament session, Castro said Cuba has eased restrictions on its banks to pay foreign suppliers since 2008, and will lift them completely next year.
The government has given clear instructions not to take on new debts without granting assurance of complete payment by an agreed deadline, the leader said.
Cuba has renegotiated debts amounting to over 2 billion dollars, which would have remained unresolved after 2015, said Minister of Economy and Planning Marino Murillo.
At a parliament session, Castro said Cuba has eased restrictions on its banks to pay foreign suppliers since 2008, and will lift them completely next year.
The government has given clear instructions not to take on new debts without granting assurance of complete payment by an agreed deadline, the leader said.
Cuba has renegotiated debts amounting to over 2 billion dollars, which would have remained unresolved after 2015, said Minister of Economy and Planning Marino Murillo.
Lezama cumple 100 años.
Por Regina Coyula.
Todavía recuerdo mi primer encuentro con Lezama. En el año 1973, llamó mi atención un librero en mi primera oficina (otro librero, no uno que ya mencioné) atestado de un único libro. El mismo libro repetido perteneciente a la colección Letras Cubanas llenaba el estante de pared de tres tablas. En el tiempo que trabajé allí, nadie sacó jamás uno de aquellos libros, incluida yo, que no sabía de Lezama más allá de que se trataba de un escritor “que no estaba claro”, junto con Virgilio Piñera, lo que quedaba de Orígenes y otros, casi todos hoy, glorias de la cultura oficial. Lezama murió rodeado de silencio y sólo tres o cuatro enterados se atrevieron a ir a su velorio. La mayoría supo de su muerte al día siguiente de su entierro por la pequeña nota aparecida en una página interior del periódico.
Ahora un equipo CSI con Grissom a la cabeza, acaba de aterrizar en la Habana para levantar las huellas del Maestro, descubiertas por un Lezamólogo en una vidriera de la Manzana de Gómez. Se trata de las huellas anular corazón e índice de la mano derecha. Es de presumir que dichas huellas sean vendidas con gran puja en alguna subasta de curiosidades o hasta de arte, considerando que pertenecen a la mano que escribió la inmortal Paradiso. Pero eso no es todo.
El jubileo nacional que culmina hoy, incluye la reapertura de su restaurada casa-museo, la edición de sus Obras Completas, exposición en la Fototeca de sus retratos, con homenaje colateral para Chinolope; la edición de una medalla conmemorativa, la cancelación de un sello de correo y hasta la recreación de Muerte de Narciso en un ballet.
De creer en la vida de ultratumba, Lezama sonreirá enigmático envuelto en la nube de su tabaco.
Todavía recuerdo mi primer encuentro con Lezama. En el año 1973, llamó mi atención un librero en mi primera oficina (otro librero, no uno que ya mencioné) atestado de un único libro. El mismo libro repetido perteneciente a la colección Letras Cubanas llenaba el estante de pared de tres tablas. En el tiempo que trabajé allí, nadie sacó jamás uno de aquellos libros, incluida yo, que no sabía de Lezama más allá de que se trataba de un escritor “que no estaba claro”, junto con Virgilio Piñera, lo que quedaba de Orígenes y otros, casi todos hoy, glorias de la cultura oficial. Lezama murió rodeado de silencio y sólo tres o cuatro enterados se atrevieron a ir a su velorio. La mayoría supo de su muerte al día siguiente de su entierro por la pequeña nota aparecida en una página interior del periódico.
Ahora un equipo CSI con Grissom a la cabeza, acaba de aterrizar en la Habana para levantar las huellas del Maestro, descubiertas por un Lezamólogo en una vidriera de la Manzana de Gómez. Se trata de las huellas anular corazón e índice de la mano derecha. Es de presumir que dichas huellas sean vendidas con gran puja en alguna subasta de curiosidades o hasta de arte, considerando que pertenecen a la mano que escribió la inmortal Paradiso. Pero eso no es todo.
El jubileo nacional que culmina hoy, incluye la reapertura de su restaurada casa-museo, la edición de sus Obras Completas, exposición en la Fototeca de sus retratos, con homenaje colateral para Chinolope; la edición de una medalla conmemorativa, la cancelación de un sello de correo y hasta la recreación de Muerte de Narciso en un ballet.
De creer en la vida de ultratumba, Lezama sonreirá enigmático envuelto en la nube de su tabaco.
Lezama contra el tiempo.
Por Raúl Rivero.
José Lezama Lima escribía prosa cuando amanecía claro y poesía en los días oscuros que le permitían sentir la humedad matinal porque él creía que los versos necesitan una atmósfera nebulosa, unas veredas reservadas que van a dar a las encrucijadas o a los abismos. En ese juego se pasó la vida (1910- 1976) en su casa habanera de la calle Trocadero, 162, cerca del mar, de las arboledas y los leones quietos del Paseo del Prado.
Hizo una obra en solitario, con el fantasma de su padre sentado en el patio y Luis de Góngora como confidente y asesor, mientras afuera rompía una realidad que trataba de envolverlo y a la que el poeta entraba nada más que por la amistad, los libros, la correspondencia, los helados, las empanadillas, otras leves flaquezas de la carne y los compromisos de la subsistencia.
En su centenario, José Lezama Lima no podrá celebrar nada porque el día entrará por una puerta del cementerio de Colón y saldrá agotado, unas horas después, por la otra, ya lejos su tumba recién blanqueada. Las pequeñas fiestas son las relecturas, los recuerdos, los homenajes de sus seguidores, de los críticos, del mundo académico. La evocación obligada que provoca el asombro de que se pueda celebrar el primer siglo del nacimiento de un artista puro, sin más compromiso que con sus cuartillas trabajadas a golpe de máquina en lo que ahora se considera ya como otra edad de piedra. O de plomo.
El hombre de Paradiso y de Oppiano Licario hizo ese mundo particular en casa, asistido por su madre y por su esposa María Luisa. Pero su agorafobia tenía un límite previsto, sólo para evitar contaminaciones y cegueras. Porque, en e tiempo del sobre de carta y el sello de correos, ese abogado lento, asmático y enorme sabía, de primera mano, lo que se escribía en otras partes del mundo y concentraba toda la virtud de la ambición en la búsqueda de libros y revistas literarias.
Lezama Lima protegía y enriquecía su universo literario con un intercambio epistolar permanente con intelectuales amigos. Se olvidaba del olvido oficial y de las pendencias políticas de todas las épocas porque se sentía obligado a hacer una obra que no venía de la inspiración, ni de hallazgos casuales. Era un mandato interno, la necesidad de darle cobertura a su inteligencia y a su sensibilidad.
En unos años, fue víctima de la indiferencia de los funcionarios y en otros, después de enero de 1959, por su afán de aislarse y de defender unos metros de libertad en su hogar, llegó a ser considerado un enemigo peligroso.
En los momentos en que muchos cubanos (este redactor de lobregueces, por ejemplo) se habían entregado al fervor de los sueños probables y se marchaba con las milicias populares por las calles bajo la cantaleta de «uno dos tres, tres cuatro, comiendo mierda y rompiendo zapatos», el autor de Enemigo rumor se dedicaba a hacer antologías de los poetas clásicos cubanos del siglo XIX, releía a Platón con los himnos revolucionarios de fondo y escribía esta nota: «A veces, el tratado del verso en Góngora recuerda los usos y leyes del tratamiento de las aves cetreras. Cubre la testa de esas aves una capirota que les fabrica a sus sentidos una falsa noche. Desprendidas de sus copas nocturnas artificiosas, les queda aún el recuerdo de su acomodamiento a la visión nocturna, para ver en la lejanía la incitación de la grulla o la perdiz».
Lezama Lima era un hombre ajeno a los fuegos artificiales que después llegaron a quemar, a herir, a matar y desterrar. Era cubanísimo, amante del béisbol, del café con leche y de La Habana y, supongo, que de otros retazos que su ocupación de inventor de una catedral en el aire le podía permitir.
Éste es el centenario de un hombre querido en la distancia y en silencio. Un luchador sin equipo de prensa, un amparador de la familia (dispersa por la muerte y el exilio) y un escritor que creó, en la semipenumbra de su residencia, una fortaleza de torres inconquistables y suaves. Un señor de Centro Habana que tenía la facultad de convertir su buró de madera en un aparato silencioso que le servía para viajar en ayunas al mundo y a otros planetas sin permisos de vuelo y sin pasar por las aduanas.
«Hay viajes más espléndidos: los que un hombre puede intentar por los corredores de su casa, yéndose del dormitorio al baño, desfilando entre parqués y librerías. ¿Para qué tomar en cuenta los medios de transporte? Pienso en los aviones, donde los viajeros caminan sólo de proa a popa: eso no es viajar. El viaje es apenas un movimiento de la imaginación».
La literatura no es una carrera de 100 metros planos, pero el afán de la humanidad por dejar a los hombres célebres en un sitio seguro (ya sea en un pozo o en una montaña) obliga a muchos conocedores (y devotos) a que al poeta habanero se le considere el escritor más trascendente del siglo XX cubano.
Para dejarlo allá arriba, por encima de todos los demás, se apela a sus ensayos lúcidos; a Paradiso, su novela clásica, considerada pornográfica por las autoridades de su país; a sus cuentos; sus crónicas periodísticas y su labor como animador de la revista Orígenes y de otras publicaciones literarias. Y se suele colocar en primera línea el país sin fronteras ni claridades que ha inventado con sus libros de poesía.
Los expertos hacen análisis hondos y sabios sobre su obra, pero es ésa la zona más compleja, enigmática, cerrada y difícil de todo su trabajo. Nada más hay que tener en cuenta que para Lezama la poesía es un caracol nocturno en un rectángulo de agua. En cada poema o en cada verso -según la intensidad y la capacidad individual de los lectores- pueden hallarse remisiones y claves que sólo un hombre como él, culto, memorioso, curioso, profesional del enlace, puede dejar en la música terca de sus palabras en un estilo que consideraba despedazado y fragmentario.
Parece que al poeta no le importaba demasiado el sitio que le destinarían sus contemporáneos ni las generaciones que lo sobrevivieran. Sabía, lo dejó dicho, que el poema es un cuerpo resistente frente al tiempo.
Todo puede ser, en esencia, un gesto inocente. Habrá que creerle porque se lo contó a Tomás Eloy Martínez, que su primer impulso para escribir lo recibió una tarde, poco después de la muerte del coronel José María Lezama. Su madre, Rosa Lima, lo puso a jugar a los yaquis con sus dos hermanas y al lanzar el muchacho las crucetas al piso se formó la figura del rostro del padre. «¿Ves, Joseíto? -me dijo mamá-. Tu padre el coronel está ordenando que cuentes la historia de la familia».
Esa tarde, bajo la extraña orden del oficial de artillería muerto prematuramente, se supone que comenzó a nacer el compromiso de Lezama con las letras, gracias a la interpretación de un dibujo en el piso. Ese es, entonces, el origen de la obra del hombre que hoy cumpliría 100 años. Un personaje despierto, conocedor de que «el tiempo es el disfraz del diablo» porque es lo que nos destruye.
José Lezama Lima escribía prosa cuando amanecía claro y poesía en los días oscuros que le permitían sentir la humedad matinal porque él creía que los versos necesitan una atmósfera nebulosa, unas veredas reservadas que van a dar a las encrucijadas o a los abismos. En ese juego se pasó la vida (1910- 1976) en su casa habanera de la calle Trocadero, 162, cerca del mar, de las arboledas y los leones quietos del Paseo del Prado.
Hizo una obra en solitario, con el fantasma de su padre sentado en el patio y Luis de Góngora como confidente y asesor, mientras afuera rompía una realidad que trataba de envolverlo y a la que el poeta entraba nada más que por la amistad, los libros, la correspondencia, los helados, las empanadillas, otras leves flaquezas de la carne y los compromisos de la subsistencia.
En su centenario, José Lezama Lima no podrá celebrar nada porque el día entrará por una puerta del cementerio de Colón y saldrá agotado, unas horas después, por la otra, ya lejos su tumba recién blanqueada. Las pequeñas fiestas son las relecturas, los recuerdos, los homenajes de sus seguidores, de los críticos, del mundo académico. La evocación obligada que provoca el asombro de que se pueda celebrar el primer siglo del nacimiento de un artista puro, sin más compromiso que con sus cuartillas trabajadas a golpe de máquina en lo que ahora se considera ya como otra edad de piedra. O de plomo.
El hombre de Paradiso y de Oppiano Licario hizo ese mundo particular en casa, asistido por su madre y por su esposa María Luisa. Pero su agorafobia tenía un límite previsto, sólo para evitar contaminaciones y cegueras. Porque, en e tiempo del sobre de carta y el sello de correos, ese abogado lento, asmático y enorme sabía, de primera mano, lo que se escribía en otras partes del mundo y concentraba toda la virtud de la ambición en la búsqueda de libros y revistas literarias.
Lezama Lima protegía y enriquecía su universo literario con un intercambio epistolar permanente con intelectuales amigos. Se olvidaba del olvido oficial y de las pendencias políticas de todas las épocas porque se sentía obligado a hacer una obra que no venía de la inspiración, ni de hallazgos casuales. Era un mandato interno, la necesidad de darle cobertura a su inteligencia y a su sensibilidad.
En unos años, fue víctima de la indiferencia de los funcionarios y en otros, después de enero de 1959, por su afán de aislarse y de defender unos metros de libertad en su hogar, llegó a ser considerado un enemigo peligroso.
En los momentos en que muchos cubanos (este redactor de lobregueces, por ejemplo) se habían entregado al fervor de los sueños probables y se marchaba con las milicias populares por las calles bajo la cantaleta de «uno dos tres, tres cuatro, comiendo mierda y rompiendo zapatos», el autor de Enemigo rumor se dedicaba a hacer antologías de los poetas clásicos cubanos del siglo XIX, releía a Platón con los himnos revolucionarios de fondo y escribía esta nota: «A veces, el tratado del verso en Góngora recuerda los usos y leyes del tratamiento de las aves cetreras. Cubre la testa de esas aves una capirota que les fabrica a sus sentidos una falsa noche. Desprendidas de sus copas nocturnas artificiosas, les queda aún el recuerdo de su acomodamiento a la visión nocturna, para ver en la lejanía la incitación de la grulla o la perdiz».
Lezama Lima era un hombre ajeno a los fuegos artificiales que después llegaron a quemar, a herir, a matar y desterrar. Era cubanísimo, amante del béisbol, del café con leche y de La Habana y, supongo, que de otros retazos que su ocupación de inventor de una catedral en el aire le podía permitir.
Éste es el centenario de un hombre querido en la distancia y en silencio. Un luchador sin equipo de prensa, un amparador de la familia (dispersa por la muerte y el exilio) y un escritor que creó, en la semipenumbra de su residencia, una fortaleza de torres inconquistables y suaves. Un señor de Centro Habana que tenía la facultad de convertir su buró de madera en un aparato silencioso que le servía para viajar en ayunas al mundo y a otros planetas sin permisos de vuelo y sin pasar por las aduanas.
«Hay viajes más espléndidos: los que un hombre puede intentar por los corredores de su casa, yéndose del dormitorio al baño, desfilando entre parqués y librerías. ¿Para qué tomar en cuenta los medios de transporte? Pienso en los aviones, donde los viajeros caminan sólo de proa a popa: eso no es viajar. El viaje es apenas un movimiento de la imaginación».
La literatura no es una carrera de 100 metros planos, pero el afán de la humanidad por dejar a los hombres célebres en un sitio seguro (ya sea en un pozo o en una montaña) obliga a muchos conocedores (y devotos) a que al poeta habanero se le considere el escritor más trascendente del siglo XX cubano.
Para dejarlo allá arriba, por encima de todos los demás, se apela a sus ensayos lúcidos; a Paradiso, su novela clásica, considerada pornográfica por las autoridades de su país; a sus cuentos; sus crónicas periodísticas y su labor como animador de la revista Orígenes y de otras publicaciones literarias. Y se suele colocar en primera línea el país sin fronteras ni claridades que ha inventado con sus libros de poesía.
Los expertos hacen análisis hondos y sabios sobre su obra, pero es ésa la zona más compleja, enigmática, cerrada y difícil de todo su trabajo. Nada más hay que tener en cuenta que para Lezama la poesía es un caracol nocturno en un rectángulo de agua. En cada poema o en cada verso -según la intensidad y la capacidad individual de los lectores- pueden hallarse remisiones y claves que sólo un hombre como él, culto, memorioso, curioso, profesional del enlace, puede dejar en la música terca de sus palabras en un estilo que consideraba despedazado y fragmentario.
Parece que al poeta no le importaba demasiado el sitio que le destinarían sus contemporáneos ni las generaciones que lo sobrevivieran. Sabía, lo dejó dicho, que el poema es un cuerpo resistente frente al tiempo.
Todo puede ser, en esencia, un gesto inocente. Habrá que creerle porque se lo contó a Tomás Eloy Martínez, que su primer impulso para escribir lo recibió una tarde, poco después de la muerte del coronel José María Lezama. Su madre, Rosa Lima, lo puso a jugar a los yaquis con sus dos hermanas y al lanzar el muchacho las crucetas al piso se formó la figura del rostro del padre. «¿Ves, Joseíto? -me dijo mamá-. Tu padre el coronel está ordenando que cuentes la historia de la familia».
Esa tarde, bajo la extraña orden del oficial de artillería muerto prematuramente, se supone que comenzó a nacer el compromiso de Lezama con las letras, gracias a la interpretación de un dibujo en el piso. Ese es, entonces, el origen de la obra del hombre que hoy cumpliría 100 años. Un personaje despierto, conocedor de que «el tiempo es el disfraz del diablo» porque es lo que nos destruye.
El amargo porvenir del azúcar.
Por Sergio García.
La caída de los precios y el baile de alianzas internacionales sitúa a la industria de la caña al borde de la extinción en Cuba.
Silvino todavía recuerda cuando el Valle de los Ingenios hervía de brigadas de peones machete en mano y los trenes de la zafra abastecían de caña las fábricas azucareras de la Cuba revolucionaria. Las locomotoras se abrían paso entre los cultivos con machacona insistencia, porque una vez que se queman los tallos para despojarlos de hojas, el tiempo es oro y la caña pierde hasta un 10% de su valor por cada día que pasa sin tratarla. Pero los tiempos han cambiado. Haciendas como Guachinanga o la de Manaca-Iznaga se han convertido en reclamos para el turismo y apenas despiertan el interés de Silvino, que hace guardia a la puerta de un restaurante mientras un quinteto de cuerda se dedica a destrozar 'Dos gardenias para ti' y 'Guantanamera'.Cuando le preguntan por la caña, Silvino señala el llano donde ya sólo se cultiva cebolla, plátanos o forraje para el ganado. En el horizonte, a dos kilómetros de la carretera que une Sancti Spiritus y Trinidad, un grupo de jornaleros desmantelan una azucarera. Son como termitas que devoran su propio pasado; los camiones cargando toneladas de raíles, vigas y ruedas dentadas. «Se llevan la F.N.T.A. -exclama Silvino con resignación-. A Venezuela, nada menos». Su caso no es único. Desde Pinar del Río hasta Holguín, el país está salpicado de testigos de hierro a los que el clima del Trópico y la falta de repuestos han herido de muerte.Desde que los españoles introdujeron su cultivo en el siglo XVI, el azúcar ha sido la base económica de la isla, a larga distancia del tabaco o el café. Hace diez años, esta industria daba empleo directo a unas 400.000 personas, mucha gente para un país que apenas rebasa los 11 millones de habitantes. Era la segunda fuente de ingresos después del turismo, la gallina de los huevos de oro que ha sobrevivido a todos los bloqueos. Pero en Cuba todo es susceptible de empeorar. El desmembramiento de la Unión Soviética no tardó en hacer crujir los cimientos del paraíso caribeño. El país vio con impotencia cómo su aliado de décadas empezaba a marcar distancias y su economía, ya de por sí maltrecha, acusó el golpe.
Desde entonces, la situación no ha hecho sino empeorar. Hoy sólo quedan 61 ingenios y la última cosecha apenas se ha saldado con 1,4 millones de toneladas. Aunque la cotización de la materia prima ha subido, la mayoría de las fábricas y destilerías que han sobrevivido están en un estado ruinoso. Por si fuera poco, la inversión extranjera que sería necesaria para resucitar el sector tropieza con múltiples obstáculos. Una de las pocas excepciones es la empresa hispano-cubana Alficsa, que produce alcoholes finos de azúcar para un amplio abanico de usos, desde licorería hasta cosmética y farmacia.Mientras en Brasil el uso principal que se da a la caña es el de combustible, los cubanos han hecho del ron una de sus señas de identidad y el esfuerzo productivo se orienta hacia la comercialización de alcohol etílico procedente de la melaza, un residuo derivado de la sacarosa. Sólo Havana Club comercializó 3,4 millones de cajas de nueve litros el año pasado. Una razón de peso para que el futuro de la caña no se disuelva como un azucarillo.
La caída de los precios y el baile de alianzas internacionales sitúa a la industria de la caña al borde de la extinción en Cuba.
Silvino todavía recuerda cuando el Valle de los Ingenios hervía de brigadas de peones machete en mano y los trenes de la zafra abastecían de caña las fábricas azucareras de la Cuba revolucionaria. Las locomotoras se abrían paso entre los cultivos con machacona insistencia, porque una vez que se queman los tallos para despojarlos de hojas, el tiempo es oro y la caña pierde hasta un 10% de su valor por cada día que pasa sin tratarla. Pero los tiempos han cambiado. Haciendas como Guachinanga o la de Manaca-Iznaga se han convertido en reclamos para el turismo y apenas despiertan el interés de Silvino, que hace guardia a la puerta de un restaurante mientras un quinteto de cuerda se dedica a destrozar 'Dos gardenias para ti' y 'Guantanamera'.Cuando le preguntan por la caña, Silvino señala el llano donde ya sólo se cultiva cebolla, plátanos o forraje para el ganado. En el horizonte, a dos kilómetros de la carretera que une Sancti Spiritus y Trinidad, un grupo de jornaleros desmantelan una azucarera. Son como termitas que devoran su propio pasado; los camiones cargando toneladas de raíles, vigas y ruedas dentadas. «Se llevan la F.N.T.A. -exclama Silvino con resignación-. A Venezuela, nada menos». Su caso no es único. Desde Pinar del Río hasta Holguín, el país está salpicado de testigos de hierro a los que el clima del Trópico y la falta de repuestos han herido de muerte.Desde que los españoles introdujeron su cultivo en el siglo XVI, el azúcar ha sido la base económica de la isla, a larga distancia del tabaco o el café. Hace diez años, esta industria daba empleo directo a unas 400.000 personas, mucha gente para un país que apenas rebasa los 11 millones de habitantes. Era la segunda fuente de ingresos después del turismo, la gallina de los huevos de oro que ha sobrevivido a todos los bloqueos. Pero en Cuba todo es susceptible de empeorar. El desmembramiento de la Unión Soviética no tardó en hacer crujir los cimientos del paraíso caribeño. El país vio con impotencia cómo su aliado de décadas empezaba a marcar distancias y su economía, ya de por sí maltrecha, acusó el golpe.
Desde entonces, la situación no ha hecho sino empeorar. Hoy sólo quedan 61 ingenios y la última cosecha apenas se ha saldado con 1,4 millones de toneladas. Aunque la cotización de la materia prima ha subido, la mayoría de las fábricas y destilerías que han sobrevivido están en un estado ruinoso. Por si fuera poco, la inversión extranjera que sería necesaria para resucitar el sector tropieza con múltiples obstáculos. Una de las pocas excepciones es la empresa hispano-cubana Alficsa, que produce alcoholes finos de azúcar para un amplio abanico de usos, desde licorería hasta cosmética y farmacia.Mientras en Brasil el uso principal que se da a la caña es el de combustible, los cubanos han hecho del ron una de sus señas de identidad y el esfuerzo productivo se orienta hacia la comercialización de alcohol etílico procedente de la melaza, un residuo derivado de la sacarosa. Sólo Havana Club comercializó 3,4 millones de cajas de nueve litros el año pasado. Una razón de peso para que el futuro de la caña no se disuelva como un azucarillo.
EE UU tiene fichadas a 25 empresas españolas por invertir en Cuba.
Por Wikileaks.
La Embajada de Estados Unidos en Madrid remite periódicamente al Departamento de Estado informes sobre las inversiones de las empresas españolas en Cuba, informa el diario español El País.
En su lista negra de empresas que serían susceptibles de ser sancionadas figuran firmas turísticas como Sol Meliá, Iberostar, Barceló, Riu o NH Hoteles, pero también compañías de otros sectores como Aguas de Barcelona, Altadis, Freixenet, Repsol o Iberia hasta un total de 25 compañías.
Estados Unidos ha evitado por ahora imponer sanciones, aunque llegó a planteárselo tras la vuelta de los socialistas al Gobierno y el cambio de la política española hacia la Isla. Solo la pertenencia de España a la UE evitó que prosperase la idea de tomar represalias.
Los diplomáticos estadounidenses han vigilado con mucha atención la política española hacia La Habana desde que Zapatero llegó al Gobierno. Los papeles de la Embajada se deshacen en elogios con el Gobierno de Aznar que, con su línea dura de "crítica estridente", "hizo mucho para impulsar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba", según la versión estadounidense.
Llegado Zapatero al poder, la Embajada se planteó en julio de 2004 si era conveniente mantener la moratoria a la imposición de sanciones a las empresas españolas con inversiones en la Isla. En esa fecha, la idea era que aunque Zapatero no sería en sus planteamientos tan cercano a EE UU como Aznar, no había hecho aún nada para suavizar la línea dura.
El análisis de la Embajada concluía que imponer sanciones daría al Gobierno de España la excusa para la normalización del diálogo con La Habana. Además, España alegaría que con ello se rompía el acuerdo entre la UE y EE UU para dejar en suspenso las sanciones.
"El Gobierno de EE UU tiene poco que ganar y mucho que perder en sus objetivos de política exterior no renovando la moratoria", concluía la comunicación del embajador George L. Argyros al Departamento de Estado.
Pronto, sin embargo, los tímidos gestos de apertura al diálogo con La Habana del Gobierno español hicieron a EE UU replantearse esa política. En un despacho fechado el 1 de diciembre de 2004, EE UU volvía a plantearse la posibilidad de establecer sanciones ante ese giro. "En materia de derechos humanos, el Gobierno ha roto con el énfasis de la Administración de Aznar en apoyar a los activistas democráticos para buscar en su lugar un mayor diálogo con el régimen de Castro".
A continuación, sin embargo, la Embajada dudaba de la eficacia de imponer sanciones. "Pese a nuestro disgusto sobre la dirección de la política española con Cuba, debemos analizar si nos interesa ahondar nuestras diferencias con la UE autorizando sanciones contra entidades españolas", decía el cable. "Incluso los países que se han resistido a los esfuerzos españoles por debilitar las posiciones de la UE sobre Cuba podrían sentirse obligados a apoyar a un socio de la UE ante las acciones legales de EE UU" contra empresas españolas.
No obstante, ese despacho, a diferencia del anterior, incluía ya información sobre qué empresas españolas tienen inversiones en Cuba, con la localización de sus inversiones y, en unos pocos casos, una cuantificación de las mismas.
Las empresas identificadas por EE UU en esa comunicación como susceptibles de potenciales sanciones eran las siguientes: Sol Meliá, Inversiones Ibersuizas, Occidental Hoteles, Grupo Piñero, Iberostar, Barceló, NH Hoteles, Grupo Riu, Hotetur, Aguas de Barcelona, Altadis, Freixenet, Repsol e Iberia. No obstante, la Embajada se justificaba por la parquedad de sus datos diciendo que las compañías procuraban ser opacas en relación con Cuba ante la amenaza de sanciones.
Esa misma información se incluye en las comunicaciones del año 2005, con algunos añadidos sobre la evolución de las relaciones España-Cuba y con una consideración de política interna: aunque el Partido Popular (PP, derecha) está en desacuerdo con la política de Zapatero hacia la Isla, rechazaría que las compañías españolas recibiesen sanciones.
En 2006, el Consejo de Seguridad Nacional pidió a la Embajada en Madrid que ampliase la información sobre las relaciones económicas entre España y Cuba. En las respuestas, junto a las compañías antes citadas se menciona la presencia pasada de Iberdrola, Banesto y BBVA en Cuba.
El informe del año 2007 explicaba las dificultades que para inversores estadounidenses habían supuesto las inversiones en empresas españolas presentes en Cuba. Así, por ejemplo, Pullmantur trasladó su base en el Caribe de Cuba a República Dominicana tras ser adquirida por la estadounidense Royal Caribbean. La agencia de viajes digital eDreams dejó de ofrecer Cuba como destino tras ser adquirida por TA Associates, de Boston. En cambio, agencias de viajes de Orizonia han seguido ofreciendo Cuba como destino, pese a que la compañía pasó a estar controlada por la estadounidense Carlyle.
En paralelo, la Comisión del Mercado de Valores de EE UU (la SEC) remitió a Repsol una carta inquisitorial pidiendo explicaciones sobre sus operaciones tanto en Cuba como en Irán en la que pedía toda clase de datos así como una valoración del "potencial impacto de las actividades sobre la reputación de la compañía y el valor de sus acciones".
Con respecto a Cuba, Repsol contestó que tenía desde 2000 un acuerdo con la petrolera estatal para buscar petróleo en siete bloques de sus aguas territoriales, sin haber logrado resultados. Los activos en la Isla son mínimos y los pagos al Estado cubano, en concepto de impuestos, casi testimoniales.
La petrolera, eso sí, logró ingresos de 18 millones de dólares (cerca de 14 millones de euros) al ceder participaciones en sus derechos de exploración a otras dos compañías.
En el informe sobre inversiones españolas en Cuba de 2008, aparecen citadas nuevas compañías, aunque ya en forma de listado y sin especificar el grado de presencia. Junto a las anteriores, también se menciona a Marsans, Iberostar, Globalia, Endesa, Iberdrola, Peñasanta, y a las entidades financieras BBVA, Banco Sabadell, CAM, Caja Madrid (de las que se precisa que solo tienen pequeñas oficinas de representación para finanzas comerciales).
En 2009 fue la Administración Obama la que dio pasos para retirar restricciones a envío de remesas y viajes de familiares a Cuba y la comunicación de la Embajada refleja la felicitación del Gobierno español por esos pasos. Los telegramas de los últimos años no reabren el debate sobre imposición de sanciones a las empresas españolas, pero la Embajada sigue vigilante.
En el último despacho sobre inversiones españolas en Cuba, por ejemplo, se hace eco del interés manifestado por Telefónica por entrar en la Isla.
La Embajada de Estados Unidos en Madrid remite periódicamente al Departamento de Estado informes sobre las inversiones de las empresas españolas en Cuba, informa el diario español El País.
En su lista negra de empresas que serían susceptibles de ser sancionadas figuran firmas turísticas como Sol Meliá, Iberostar, Barceló, Riu o NH Hoteles, pero también compañías de otros sectores como Aguas de Barcelona, Altadis, Freixenet, Repsol o Iberia hasta un total de 25 compañías.
Estados Unidos ha evitado por ahora imponer sanciones, aunque llegó a planteárselo tras la vuelta de los socialistas al Gobierno y el cambio de la política española hacia la Isla. Solo la pertenencia de España a la UE evitó que prosperase la idea de tomar represalias.
Los diplomáticos estadounidenses han vigilado con mucha atención la política española hacia La Habana desde que Zapatero llegó al Gobierno. Los papeles de la Embajada se deshacen en elogios con el Gobierno de Aznar que, con su línea dura de "crítica estridente", "hizo mucho para impulsar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba", según la versión estadounidense.
Llegado Zapatero al poder, la Embajada se planteó en julio de 2004 si era conveniente mantener la moratoria a la imposición de sanciones a las empresas españolas con inversiones en la Isla. En esa fecha, la idea era que aunque Zapatero no sería en sus planteamientos tan cercano a EE UU como Aznar, no había hecho aún nada para suavizar la línea dura.
El análisis de la Embajada concluía que imponer sanciones daría al Gobierno de España la excusa para la normalización del diálogo con La Habana. Además, España alegaría que con ello se rompía el acuerdo entre la UE y EE UU para dejar en suspenso las sanciones.
"El Gobierno de EE UU tiene poco que ganar y mucho que perder en sus objetivos de política exterior no renovando la moratoria", concluía la comunicación del embajador George L. Argyros al Departamento de Estado.
Pronto, sin embargo, los tímidos gestos de apertura al diálogo con La Habana del Gobierno español hicieron a EE UU replantearse esa política. En un despacho fechado el 1 de diciembre de 2004, EE UU volvía a plantearse la posibilidad de establecer sanciones ante ese giro. "En materia de derechos humanos, el Gobierno ha roto con el énfasis de la Administración de Aznar en apoyar a los activistas democráticos para buscar en su lugar un mayor diálogo con el régimen de Castro".
A continuación, sin embargo, la Embajada dudaba de la eficacia de imponer sanciones. "Pese a nuestro disgusto sobre la dirección de la política española con Cuba, debemos analizar si nos interesa ahondar nuestras diferencias con la UE autorizando sanciones contra entidades españolas", decía el cable. "Incluso los países que se han resistido a los esfuerzos españoles por debilitar las posiciones de la UE sobre Cuba podrían sentirse obligados a apoyar a un socio de la UE ante las acciones legales de EE UU" contra empresas españolas.
No obstante, ese despacho, a diferencia del anterior, incluía ya información sobre qué empresas españolas tienen inversiones en Cuba, con la localización de sus inversiones y, en unos pocos casos, una cuantificación de las mismas.
Las empresas identificadas por EE UU en esa comunicación como susceptibles de potenciales sanciones eran las siguientes: Sol Meliá, Inversiones Ibersuizas, Occidental Hoteles, Grupo Piñero, Iberostar, Barceló, NH Hoteles, Grupo Riu, Hotetur, Aguas de Barcelona, Altadis, Freixenet, Repsol e Iberia. No obstante, la Embajada se justificaba por la parquedad de sus datos diciendo que las compañías procuraban ser opacas en relación con Cuba ante la amenaza de sanciones.
Esa misma información se incluye en las comunicaciones del año 2005, con algunos añadidos sobre la evolución de las relaciones España-Cuba y con una consideración de política interna: aunque el Partido Popular (PP, derecha) está en desacuerdo con la política de Zapatero hacia la Isla, rechazaría que las compañías españolas recibiesen sanciones.
En 2006, el Consejo de Seguridad Nacional pidió a la Embajada en Madrid que ampliase la información sobre las relaciones económicas entre España y Cuba. En las respuestas, junto a las compañías antes citadas se menciona la presencia pasada de Iberdrola, Banesto y BBVA en Cuba.
El informe del año 2007 explicaba las dificultades que para inversores estadounidenses habían supuesto las inversiones en empresas españolas presentes en Cuba. Así, por ejemplo, Pullmantur trasladó su base en el Caribe de Cuba a República Dominicana tras ser adquirida por la estadounidense Royal Caribbean. La agencia de viajes digital eDreams dejó de ofrecer Cuba como destino tras ser adquirida por TA Associates, de Boston. En cambio, agencias de viajes de Orizonia han seguido ofreciendo Cuba como destino, pese a que la compañía pasó a estar controlada por la estadounidense Carlyle.
En paralelo, la Comisión del Mercado de Valores de EE UU (la SEC) remitió a Repsol una carta inquisitorial pidiendo explicaciones sobre sus operaciones tanto en Cuba como en Irán en la que pedía toda clase de datos así como una valoración del "potencial impacto de las actividades sobre la reputación de la compañía y el valor de sus acciones".
Con respecto a Cuba, Repsol contestó que tenía desde 2000 un acuerdo con la petrolera estatal para buscar petróleo en siete bloques de sus aguas territoriales, sin haber logrado resultados. Los activos en la Isla son mínimos y los pagos al Estado cubano, en concepto de impuestos, casi testimoniales.
La petrolera, eso sí, logró ingresos de 18 millones de dólares (cerca de 14 millones de euros) al ceder participaciones en sus derechos de exploración a otras dos compañías.
En el informe sobre inversiones españolas en Cuba de 2008, aparecen citadas nuevas compañías, aunque ya en forma de listado y sin especificar el grado de presencia. Junto a las anteriores, también se menciona a Marsans, Iberostar, Globalia, Endesa, Iberdrola, Peñasanta, y a las entidades financieras BBVA, Banco Sabadell, CAM, Caja Madrid (de las que se precisa que solo tienen pequeñas oficinas de representación para finanzas comerciales).
En 2009 fue la Administración Obama la que dio pasos para retirar restricciones a envío de remesas y viajes de familiares a Cuba y la comunicación de la Embajada refleja la felicitación del Gobierno español por esos pasos. Los telegramas de los últimos años no reabren el debate sobre imposición de sanciones a las empresas españolas, pero la Embajada sigue vigilante.
En el último despacho sobre inversiones españolas en Cuba, por ejemplo, se hace eco del interés manifestado por Telefónica por entrar en la Isla.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Raúl Castro: “Casi todo está dicho”.
Por Emilio Ichikawa.
Las factorías ideológicas tienen dos líneas bien diferenciadas para el mercado relacionado con Cuba. La que produce discurso utópico y la que produce discurso apocalíptico. No son discursos opuestos, solo diferentes. Este fin de semana, con tiempo extra, ha salido en oferta especial una interpretación tremendista del discurso de Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. Sin embargo, puede demostrarse fácilmente que el "desespero" del cual se habla, si acaso, asoma en ciertas partes de la intervención. Y aquí aclaro algo urgente.
Tratar de moderar el sentido de inminencia del fin del castrismo que proponen algunos medios, específicamente en Miami, no es deseo de incordiar con otras interpretaciones ni de defender un gobierno. Es sencillamente un intento de ajustar la percepción de lo que sucede en Cuba y, a partir de eso, estimular el planteamiento de (micro) políticas personales, familiares y locales realistas, que no paralicen la salida práctica con la exigencia de esta premisa: "hasta que no se acabe el castrismo". Porque el castrismo, en su sentido más concreto, ni está desesperado, ni está a punto de desaparecer, ni tiene un sustituto visible en la oposición interna o en la externa (sabemos de la española y no de la de Miami porque, como dice el chiste, en la Calle 8 no hay Embajada Norteamericana que filtre WikiLeaks).
Mantener el discurso del fin inminente solo es entendible en el caso de la conservación de cierto estado de cosas que se nutre específicamente de esa tensión. Un existir en el límite y la posibilidad que, igual que no contempla la eternización, tampoco puede trabajar con el fin real del sistema instaurado en Cuba.
En el referido discurso de Raúl Castro, contra lo que se ha dicho, predomina el tono futurista. Llega incluso a confiscar el tiempo: cuando proyecta la Conferencia del Partido para después del Congreso de abril del 2011, o cuando dice que "El año 2011 es el primero de los cinco (ya está en el 2015-EI) incluidos en la proyección a mediano plazo de nuestra economía…"; sin contar que hace poco advirtió que el convenio actualizado con Venezuela llegaba hasta… el 2020. Es cierto que Raúl Castro enunció la frase -esta sí- tremendista de que el VI Congreso podía ser el último de "la mayoría" de los miembros de la generación histórica de la Revolución; pero… ¿cuándo se hizo el V Congreso? Pues entre el 8-10 de octubre de 1997: hace 13 años; así que estaríamos pensando en un VII Congreso que pudiera realizarse en el 2023. Con una "minoría" de históricos aún vivos.
Los llamados de Raúl Castro al control, a la sinceridad, a la exigencia, a la aplicación de sanciones a cualquier dirigente que viole la ley, etc., no son reclamos caóticos. Son ingredientes probados de un discurso populista que se ha adjudicado Raúl Castro a lo largo de la historia ideológica de la Revolución; y cuyo antecedente más notable fue el "Llamamiento al IV Congreso del PCC" (1991), en vísperas de otro "ambiente reformista" que culminó después en la legalización del dólar. La sanción o "truene" al burócrata es el cheque de bonficación con que el líder socialista resarce al obrero. Y esto no es improvisación sino la más pura ortodoxia leninista.
Por demás, en sus palabras a la Asamblea Nacional Raúl Castro descubre con claridad la que será fuente doctrinal y autoridad textual bajo la que los (primeros) "herederos" o "sucesores" legitimen sus actos: los discursos, escritos y demás pronunciamientos de Fidel Castro. Sin descontar que Raúl se anima ocasionalmente a citarse a sí mismo. Por último, hace un elogio de la juventud y presenta un diagnóstico de la política norteamericana hacia Cuba; resumiendo en un programa mínimo la forma de encararla.
Es lo que hay. Ante esto se impone diseñar una reacción útil, sana, conveniente; una mirada sincera de la situación creada, de lo que es: en lo político general y en lo político personal.
Las factorías ideológicas tienen dos líneas bien diferenciadas para el mercado relacionado con Cuba. La que produce discurso utópico y la que produce discurso apocalíptico. No son discursos opuestos, solo diferentes. Este fin de semana, con tiempo extra, ha salido en oferta especial una interpretación tremendista del discurso de Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba. Sin embargo, puede demostrarse fácilmente que el "desespero" del cual se habla, si acaso, asoma en ciertas partes de la intervención. Y aquí aclaro algo urgente.
Tratar de moderar el sentido de inminencia del fin del castrismo que proponen algunos medios, específicamente en Miami, no es deseo de incordiar con otras interpretaciones ni de defender un gobierno. Es sencillamente un intento de ajustar la percepción de lo que sucede en Cuba y, a partir de eso, estimular el planteamiento de (micro) políticas personales, familiares y locales realistas, que no paralicen la salida práctica con la exigencia de esta premisa: "hasta que no se acabe el castrismo". Porque el castrismo, en su sentido más concreto, ni está desesperado, ni está a punto de desaparecer, ni tiene un sustituto visible en la oposición interna o en la externa (sabemos de la española y no de la de Miami porque, como dice el chiste, en la Calle 8 no hay Embajada Norteamericana que filtre WikiLeaks).
Mantener el discurso del fin inminente solo es entendible en el caso de la conservación de cierto estado de cosas que se nutre específicamente de esa tensión. Un existir en el límite y la posibilidad que, igual que no contempla la eternización, tampoco puede trabajar con el fin real del sistema instaurado en Cuba.
En el referido discurso de Raúl Castro, contra lo que se ha dicho, predomina el tono futurista. Llega incluso a confiscar el tiempo: cuando proyecta la Conferencia del Partido para después del Congreso de abril del 2011, o cuando dice que "El año 2011 es el primero de los cinco (ya está en el 2015-EI) incluidos en la proyección a mediano plazo de nuestra economía…"; sin contar que hace poco advirtió que el convenio actualizado con Venezuela llegaba hasta… el 2020. Es cierto que Raúl Castro enunció la frase -esta sí- tremendista de que el VI Congreso podía ser el último de "la mayoría" de los miembros de la generación histórica de la Revolución; pero… ¿cuándo se hizo el V Congreso? Pues entre el 8-10 de octubre de 1997: hace 13 años; así que estaríamos pensando en un VII Congreso que pudiera realizarse en el 2023. Con una "minoría" de históricos aún vivos.
Los llamados de Raúl Castro al control, a la sinceridad, a la exigencia, a la aplicación de sanciones a cualquier dirigente que viole la ley, etc., no son reclamos caóticos. Son ingredientes probados de un discurso populista que se ha adjudicado Raúl Castro a lo largo de la historia ideológica de la Revolución; y cuyo antecedente más notable fue el "Llamamiento al IV Congreso del PCC" (1991), en vísperas de otro "ambiente reformista" que culminó después en la legalización del dólar. La sanción o "truene" al burócrata es el cheque de bonficación con que el líder socialista resarce al obrero. Y esto no es improvisación sino la más pura ortodoxia leninista.
Por demás, en sus palabras a la Asamblea Nacional Raúl Castro descubre con claridad la que será fuente doctrinal y autoridad textual bajo la que los (primeros) "herederos" o "sucesores" legitimen sus actos: los discursos, escritos y demás pronunciamientos de Fidel Castro. Sin descontar que Raúl se anima ocasionalmente a citarse a sí mismo. Por último, hace un elogio de la juventud y presenta un diagnóstico de la política norteamericana hacia Cuba; resumiendo en un programa mínimo la forma de encararla.
Es lo que hay. Ante esto se impone diseñar una reacción útil, sana, conveniente; una mirada sincera de la situación creada, de lo que es: en lo político general y en lo político personal.
Raúl Castro: “Las medidas que estamos aplicando están dirigidas a preservar el socialismo”.
Discurso del General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, en la Asamblea Nacional, el 18 de diciembre de 2010
Compañeras y compañeros:
Llevamos varios días reunidos debatiendo asuntos trascendentales para el futuro de la nación. En esta oportunidad, además del habitual trabajo en comisiones, los diputados han sesionado en plenaria, con el propósito de analizar los detalles de la situación económica actual, así como las propuestas del presupuesto y el plan de la economía para el año 2011.
También los diputados han dedicado largas horas a valorar a profundidad y esclarecer dudas e inquietudes acerca del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Nuestros medios de difusión han publicado con amplitud el desarrollo de estos debates, para facilitar la información de la población.
A pesar de la incidencia en la economía nacional de los efectos de la crisis mundial, el irregular comportamiento de las lluvias durante 19 meses, desde noviembre de 2008 hasta junio del actual año, y sin excluir errores propios, puedo afirmar que el plan del 2010 ha tenido un desempeño aceptable para los tiempos que vivimos. Se alcanzará la meta de crecimiento de 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto, más conocido por sus siglas P.I.B; se elevaron las exportaciones de mercancías y servicios, sin concluir el año ya se alcanzó la cifra prevista de visitantes extranjeros, aunque nuevamente se incumplirán los ingresos, se consolida el equilibrio financiero interno y, por vez primera en varios años, comienza a apreciarse una dinámica favorable, todavía limitada, en la productividad del trabajo en comparación con el salario medio.
Continúan disminuyendo las retenciones de transferencias al exterior, o lo que es lo mismo, las limitaciones que nos vimos obligados a imponer a finales del año 2008 en los pagos desde los bancos cubanos a los suministradores extranjeros, las cuales serán suprimidas totalmente el próximo año y, al propio tiempo, se han logrado significativos avances en la renegociación de la deuda con nuestros principales acreedores.
Nuevamente deseo agradecer la confianza y comprensión de nuestros socios comerciales y financieros, a quienes ratifico el más firme propósito de honrar puntualmente los compromisos contraídos. El Gobierno ha impartido instrucciones precisas de no asumir nuevas deudas sin la seguridad de cumplimentar su pago en los plazos pactados.
Como fue explicado por el Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, el plan del próximo año prevé un crecimiento del P.I.B del 3.1%, que deberá alcanzarse en medio de un escenario no menos complejo y tenso.
El año 2011 es el primero de los cinco incluidos en la proyección a mediano plazo de nuestra economía, período en el que, de manera gradual y progresiva, se irán introduciendo cambios estructurales y de conceptos en el modelo económico cubano.
Durante el próximo año proseguiremos de manera decidida en la reducción de los gastos superfluos, promoviendo el ahorro de todo tipo de recursos, el cual, como hemos dicho en varias ocasiones, constituye la fuente de ingresos más rápida y segura a nuestra disposición.
Igualmente haremos, sin descuidar en lo más mínimo, sino elevando la calidad de los programas sociales en las esferas de la salud, la educación, la cultura y el deporte, en las cuales se han identificado enormes reservas de eficiencia en el uso más racional de la infraestructura existente. También incrementaremos las exportaciones de bienes y servicios, al tiempo que continuaremos concentrando las inversiones en aquellas actividades de más rápida recuperación.
En materia del plan y el presupuesto, hemos insistido en que tiene que acabarse la historia repetida de los incumplimientos y los sobregiros. El plan y el presupuesto son sagrados, repito, desde ahora el plan y el presupuesto son sagrados y se elaboran para ser cumplidos, no para conformarnos con justificaciones de cualquier tipo y hasta con imprecisiones y mentiras, intencionadas o no, cuando no se logran las metas trazadas.
A veces algunos compañeros, sin un propósito fraudulento, aportan informaciones inexactas de sus subordinados sin haberlas comprobado y caen en la mentira inconcientemente, pero esos datos falsos nos pueden conducir a decisiones erradas con mayor o menor repercusión en la nación. Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe ser demovido definitiva y no temporalmente del cargo que ocupa y, después del análisis de los organismos correspondientes, también separado de las filas del Partido si milita en él.
La mentira y sus nocivos efectos han acompañado a los hombres desde que aprendimos a hablar en épocas remotas, motivando la repulsa de la sociedad. Recordemos que en los diez mandamientos bíblicos, el número ocho dispone: "No darás falso testimonio ni mentirás". Igualmente en los tres principios éticos morales fundamentales de la civilización inca se establecía: no mentir, no robar, no ser holgazán.
Hay que luchar para desterrar definitivamente la mentira y el engaño de la conducta de los cuadros, de cualquier nivel. No por gusto el compañero Fidel en su brillante definición del concepto Revolución, entre otros criterios, señaló: "No mentir jamás ni violar principios éticos".
Tras la publicación el pasado 9 de noviembre del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, el tren del VI Congreso del Partido está en marcha, ya que el verdadero congreso será la discusión abierta y franca con los militantes y todo el pueblo de sus enunciados, lo que en un genuino ejercicio democrático, permitirá enriquecerlos, al tiempo que, sin excluir opiniones divergentes, logremos la conformación de un consenso nacional acerca de la necesidad y urgencia de introducir cambios estratégicos en el funcionamiento de la economía, con el propósito de hacer sustentable e irreversible el Socialismo en Cuba.
No hay que temerle a las discrepancias de criterios y esta orientación, que no es nueva, no debe interpretarse como circunscrita al debate sobre los Lineamientos; las diferencias de opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma, o sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie.
Mientras más ideas seamos capaces de provocar en el análisis de un problema, más cerca estaremos de su solución apropiada.
La Comisión de Política Económica del Partido y los 11 grupos que la conformaron, trabajaron durante largos meses en la elaboración de los citados lineamientos, que como se ha explicado, constituirán el tema central del Congreso, partiendo de la convicción de que la situación económica es la principal tarea del Partido y del Gobierno y la asignatura básica de los cuadros a todos los niveles.
Durante los últimos años habíamos insistido en que no podíamos dejarnos llevar por improvisaciones y apresuramientos en esta esfera, teniendo en cuenta la magnitud, complejidad y las interrelaciones de las decisiones a adoptar. Es por ello que pienso que hicimos bien en aplazar el Congreso del Partido, aunque hemos debido resistir, pacientemente, los reclamos honestos y también los mal intencionados dentro y fuera de Cuba para que apuráramos la adopción de múltiples medidas. Nuestros adversarios en el exterior, como era de esperar, han impugnado cada paso que dimos, primero los descalificaban como cosméticos e insuficientes, ahora tratan de confundir a la opinión pública presagiando el seguro fracaso y concentran sus campañas en la exaltación del supuesto desencanto y escepticismo con que dicen nuestro pueblo ha acogido este proyecto.
A veces da la impresión de que sus deseos más íntimos les impiden apreciar la realidad. Haciendo evidentes sus verdaderas pretensiones, nos exigen sin tapujos desmontar el régimen económico y social que conquistamos, como si esta Revolución estuviera dispuesta a someterse a la más humillante rendición o lo que es igual, regir su destino por condicionamientos degradantes.
A lo largo de 500 años, desde Hatuey hasta Fidel, es mucha la sangre derramada por nuestro pueblo para aceptar ahora el desmantelamiento de lo logrado al precio de tanto sacrificio.
A quienes abriguen esas infundadas ilusiones, vale recordarles, otra vez, lo expresado en este Parlamento el 1ro de agosto de 2009: cito: "A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo", fin de la cita.
Hoy añado que las medidas que estamos aplicando y todas las modificaciones que resulte necesario introducir en la actualización del modelo económico, están dirigidas a preservar el socialismo, fortalecerlo y hacerlo verdaderamente irrevocable, como quedó incorporado en la Constitución de la República a solicitud de la inmensa mayoría de nuestra población en el año 2002.
Es preciso poner sobre la mesa toda la información y los argumentos que fundamentan cada decisión y de paso, suprimir el exceso de secretismo a que nos habituamos durante más de 50 años de cerco enemigo. Siempre un Estado tendrá que mantener en lógico secreto algunos asuntos, eso es algo que nadie discute, pero no las cuestiones que definen el curso político y económico de la nación. Es vital explicar, fundamentar y convencer al pueblo de la justeza, necesidad y urgencia de una medida, por dura que parezca.
El Partido y la Juventud Comunista, además de la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos junto al resto de las organizaciones de masas y sociales, tienen la capacidad de movilizar el apoyo y la confianza de la población mediante el debate sin ataduras a dogmas y esquemas inviables, que constituyen una barrera psicológica colosal, que es imprescindible desmontar poco a poco y lo lograremos entre todos.
Ese es precisamente el contenido fundamental que reservamos a la Conferencia Nacional del Partido a celebrarse en el año 2011, después del Congreso, en fecha que se fijará más adelante; en ella analizaremos, entre otras cuestiones, las modificaciones a los métodos y estilos de trabajo de la organización partidista, ya que, a consecuencia de las deficiencias presentadas en el desempeño de los órganos administrativos del Gobierno, el Partido a lo largo de los años se tuvo que involucrar en el ejercicio de funciones que no le corresponden, lo cual limitó y comprometió su condición de vanguardia organizada de la nación cubana y fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, en consonancia con el artículo cinco de la Constitución de la República.
El Partido debe dirigir y controlar y no interferir en las actividades del Gobierno, a ningún nivel, que es a quien corresponde gobernar, cada uno con sus propias normas y procedimientos, según sus misiones en la sociedad.
Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse. Se trata sencillamente de transformar conceptos erróneos e insostenibles acerca del Socialismo, muy enraizados en amplios sectores de la población durante años, como consecuencia del excesivo enfoque paternalista, idealista e igualitarista que instituyó la Revolución en aras de la justicia social.
Muchos cubanos confundimos el socialismo con las gratuidades y subsidios, la igualdad con el igualitarismo, no pocos identificamos la libreta de abastecimientos como un logro social que nunca debiera suprimirse.
Al respecto, estoy convencido de que varios de los problemas que hoy afrontamos tienen su origen en esta medida de distribución, que si bien estuvo animada en su momento por el sano empeño de asegurar al pueblo un abastecimiento estable de alimentos y otras mercancías en contraposición al acaparamiento inescrupuloso por algunos con fines de lucro, constituye una expresión manifiesta de igualitarismo, que beneficia lo mismo a los que trabajan y a aquellos que no lo hacen o que no la necesitan y genera prácticas de trueque y reventa en el mercado sumergido, etc, etc.
La solución a este complejo y sensible asunto no es sencilla, pues guarda estrecha relación con el fortalecimiento del papel del salario en la sociedad y ello sólo será posible, si a la par de reducir gratuidades y subsidios, elevamos la productividad del trabajo y la oferta de productos a la población.
En esta cuestión, como en la reducción de las plantillas abultadas, el Estado Socialista no dejará desamparado a ningún ciudadano y mediante el sistema de asistencia social, asegurará que las personas impedidas para trabajar reciban la protección mínima requerida. En el futuro existirán subsidios, pero no a los productos, sino a las cubanas y cubanos que por una u otra razón realmente los necesiten.
Como se conoce, desde el mes de septiembre se eliminó la distribución normada de cigarros, un artículo que recibía sólo una parte de la población y que es obvio, por sus nocivos efectos a la salud, no constituye un producto de primera necesidad.
El próximo año no podremos darnos el lujo de gastar casi 50 millones de dólares en importaciones de café para mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada, mientras que aquel tiene un precio de 390 dólares.
Si queremos seguir tomando café puro y sin racionamiento, la única solución es producirlo en Cuba, donde está probado que existen todas las condiciones para su cultivo, en cantidades suficientes que satisfagan la demanda y hasta exportarlo con la más alta calidad.
Estas decisiones, y otras que será necesario aplicar, aunque sabemos que no son populares, sí son obligadas para poder mantener y mejorar incluso los servicios gratuitos de salud pública, educación y la seguridad social a todos los ciudadanos.
El propio líder de la Revolución Cubana, el compañero Fidel, en su histórico discurso el 17 de noviembre de 2005, expresó: cito: "Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo", fin de la cita. Hace apenas un mes, exactamente al cabo de cinco años, Fidel a través de su mensaje en ocasión del día Internacional del Estudiante, ratificó esos conceptos que conservan total vigencia.
Por mi parte, recuerdo los planteamientos de un laureado científico soviético que hace alrededor de medio siglo, consideraba que aunque teóricamente se había documentado la posibilidad del vuelo del hombre al espacio, no dejaba de ser un viaje a lo ignoto, a lo desconocido.
Si bien hemos contado con el legado teórico marxista leninista, donde científicamente está demostrada la factibilidad del socialismo y la experiencia práctica de los intentos de su construcción en otros países, la edificación de la nueva sociedad en el orden económico es, en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo ignoto, por lo cual cada paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes del próximo, donde los errores se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la solución al tiempo, que los acrecentará y al final nos pasará la factura aún más costosa.
Tenemos plena conciencia de los errores que hemos cometido y precisamente, los Lineamientos marcan el inicio del camino de la rectificación y la necesaria actualización de nuestro modelo económico socialista.
Nadie debe llamarse a engaño, los Lineamientos señalan el rumbo hacia el futuro socialista, ajustado a las condiciones de Cuba, no al pasado capitalista y neocolonial derrocado por la Revolución. La planificación y no el libre mercado será el rasgo distintivo de la economía y no se permitirá, como se recoge en el tercero de los lineamientos generales, la concentración de la propiedad. Más claro ni el agua, aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
La construcción del socialismo debe realizarse en correspondencia con las peculiaridades de cada país. Es una lección histórica que hemos aprendido muy bien. No pensamos volver a copiar de nadie, bastantes problemas nos trajo hacerlo y porque además copiamos mal; aunque no ignoramos las experiencias de otros y aprendemos de ellas, incluyendo las positivas de los capitalistas.
Abundando sobre el necesario cambio de mentalidad mencionaré un ejemplo: si hemos arribado a la conclusión de que el ejercicio del trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta de bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas actividades para concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que corresponde hacer al Partido y al Gobierno es facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia ellos y para eso es fundamental modificar la apreciación negativa existente en no pocos de nosotros hacia esta forma de trabajo privado. Los clásicos del marxismo leninismo al proyectar los rasgos que debían caracterizar la construcción de la nueva sociedad, definieron, entre otros, que el Estado, en representación de todo el pueblo, mantendría la propiedad sobre los fundamentales medios de producción.
Nosotros absolutizamos ese principio y pasamos a propiedad estatal casi toda la actividad económica del país. Los pasos que hemos venido dando y daremos en la ampliación y flexibilización del trabajo por cuenta propia, son el fruto de profundas meditaciones y análisis y podemos asegurar que esta vez no habrá retroceso.
Por su parte, la Central de Trabajadores de Cuba y los respectivos sindicatos nacionales, se encuentran estudiando las formas y métodos para organizar la atención a esta fuerza laboral, promover el cumplimiento estricto de la Ley y los tributos y motivar en estos trabajadores el rechazo a las ilegalidades. Debemos defender sus intereses igual que hacemos con cualquier otro ciudadano, siempre que actúen en cumplimiento de las normas jurídicas aprobadas.
En esta dirección reviste gran importancia la introducción en los diferentes niveles de la enseñanza de los conceptos básicos del sistema tributario con el objetivo de familiarizar, de manera permanente y concreta, a las nuevas generaciones en la aplicación de los impuestos como la forma más universal de redistribución de la renta nacional, en interés del sostenimiento de los gastos sociales.
A escala de toda la sociedad, debemos fomentar los valores cívicos de respeto y cumplimiento por los contribuyentes de sus obligaciones tributarias, crear en las personas esa cultura y disciplina, bonificar a los que cumplen y sancionar la evasión de impuestos.
Otra tarea en la cual, a pesar del avance logrado, falta mucho por hacer es la atención a las distintas formas productivas en la agricultura, de modo que se eliminen las diversas trabas existentes para potenciar las fuerzas productivas en nuestros campos y que, en correspondencia con el ahorro en la importación de alimentos, los agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada labor, lo cual no justifica que se impongan precios abusivos a la población.
A más de dos años de iniciada la entrega de tierras ociosas en usufructo, pienso que estamos en condiciones de valorar la asignación de áreas adicionales, por encima de los límites que regula el Decreto-Ley 259, de julio de 2008, a aquellos productores agropecuarios con resultados destacados en la utilización intensiva de los suelos bajo su responsabilidad.
Considero oportuno aclarar que las tierras entregadas en usufructo constituyen propiedad de todo el pueblo, por lo que si se requirieran para otros usos en el futuro, el Estado compensaría a los usufructuarios lo invertido y les abonaría el valor de las bienhechurías.
En su momento, una vez que concluyamos los estudios, a partir de las experiencias que hemos ido acumulando, presentaremos al Consejo de Estado las correspondientes propuestas de modificación del citado Decreto-Ley.
Una de las barreras más difíciles de sortear en el empeño de formar una visión diferente, y así debemos reconocerlo públicamente, es la ausencia de una cultura económica en la población, incluidos no pocos cuadros de dirección, los cuales, evidenciando una ignorancia supina en la materia, al enfrentar problemas cotidianos adoptan o proponen decisiones sin detenerse un instante a valorar sus efectos y los gastos que se generan, ni si existen recursos asignados en el plan y el presupuesto con ese destino.
No descubro nada cuando afirmo que improvisar, en general, y en la economía en particular, conduce a un seguro fracaso, con independencia de los buenos propósitos que se pretenda alcanzar.
El pasado 2 de diciembre, en ocasión del 54 aniversario del desembarco del Granma, el órgano oficial de nuestro Partido reprodujo un fragmento del discurso que pronunciara Fidel en 1976, en igual fecha, cuando se conmemoraban apenas 20 años del suceso y que por su vigencia y actualidad he considerado oportuno citar: "La fuerza de un pueblo y de una revolución consiste precisamente en su capacidad de comprender y enfrentar las dificultades. A pesar de todo avanzaremos en numerosos campos y lucharemos denodadamente por elevar la eficiencia de la economía, ahorrar recursos, reducir gastos no esenciales, aumentar las exportaciones y crear en cada ciudadano una conciencia económica. Antes dije que todos somos políticos, ahora añado que todos debemos ser también economistas y, repito, economistas, no economicistas, que no es lo mismo una mentalidad de ahorro y eficiencia que una mentalidad de consumo", fin de la cita.
Diez años después, el primero de diciembre de 1986, durante la sesión diferida del III Congreso del Partido, Fidel expresó cito: "Mucha gente no entiende que el Estado Socialista, ningún Estado, ningún sistema puede dar lo que no tiene, y mucho menos va a tener si no se produce; si se está dando dinero sin respaldo productivo. Estoy seguro de que las plantillas infladas, el exceso de dinero entregado a la gente, los inventarios ociosos, los despilfarros, tienen que ver mucho con el gran número de empresas irrentables que hay en el país…" fin de la cita
A 34 y 24 años, respectivamente, de estas orientaciones del Jefe de la Revolución, esos y muchos otros problemas siguen estando presentes.
Fidel con su genialidad iba abriendo brechas y señalaba el camino y los demás no supimos asegurar y consolidar el avance en pos de esos objetivos.
Nos faltó cohesión, organización y coordinación entre el Partido y el Gobierno; en medio de las amenazas y urgencias cotidianas descuidamos la planificación a mediano y largo plazos, no fuimos suficientemente exigentes ante violaciones y errores de carácter económico cometidos por algunos dirigentes y también demoramos en rectificar decisiones que no tuvieron el efecto esperado.
Más de una vez me he referido a que en esta Revolución casi todo está dicho y que debemos revisar qué orientaciones del Jefe de la Revolución hemos cumplido y cuáles no, desde su vibrante alegato "La Historia me Absolverá" hasta hoy. Recuperaremos las ideas de Fidel que siguen vigentes y no permitiremos que nos vuelva a pasar lo mismo.
Los errores, si simplemente son analizados con honestidad, pueden transformarse en experiencias y lecciones para superarlos y no volver a incurrir en ellos. Esa es precisamente la gran utilidad que tiene el análisis profundo de los errores y esa debe empezar a ser una norma permanente de conducta de todos los dirigentes.
La realidad de los números está por encima de todas nuestras aspiraciones y deseos. En la aritmética elemental del primer grado de la escuela primaria, se aprende a temprana edad que dos más dos da cuatro, no cinco ni seis; no hay que ser economista para comprenderlo, por tanto, si en un momento dado tenemos que hacer algo en materia económica y social por encima de los recursos disponibles, hagámoslo con conciencia de las consecuencias y sabiendo de antemano que al final la crudeza de los hechos se impondrá irremisiblemente.
Cuba dispone de decenas y decenas de miles de profesionales graduados por la Revolución en las especialidades de economía, contabilidad y finanzas, por sólo mencionar algunas de este perfil, que no hemos sabido utilizar adecuadamente en provecho del desarrollo ordenado de la nación.
Contamos con lo más preciado, el capital humano, que debemos cohesionar con el concurso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) para emprender la tarea de educar en esta materia, de manera constante y sistemática, a nuestro pueblo instruido y a sus dirigentes en todos los niveles. Una numerosa representación del Comité Nacional de la ANEC participó en los primeros seminarios sobre los lineamientos que organizamos y muchos de sus miembros están inmersos en el proceso de discusiones en marcha.
En este sentido, cabe destacar la contribución decisiva de miles y miles de contadores para recuperar el lugar que corresponde a la contabilidad en la dirección de la actividad económica, que como sabemos es una condición indispensable para asegurar el éxito y el orden en todo lo que nos proponemos.
En estas circunstancias, nadie debe perder de vista la relevancia de mantener un enfoque diferenciado hacia la juventud, y en correspondencia con ello, debo resaltar la decisión de excluir de los procesos de disponibilidad laboral a los recién graduados en el plazo del cumplimiento del Servicio Social.
Ahora bien, no se trata de ubicarlos en funciones no afines a su perfil profesional, como ha sucedido en el pasado, que han llegado a ponerlos hasta de porteros del centro laboral, porque precisamente ese período está diseñado para adiestrarlos en la base de la producción y los servicios, completar en la práctica la formación teórica de las escuelas y cultivar en ellos el amor al trabajo.
No menos importante resulta la labor que corresponde a los cuadros y especialistas involucrados en la elaboración y revisión de los documentos legales, a tono con las modificaciones que se vayan instrumentando; por ejemplo, sólo para dar cobertura jurídica a dos lineamientos (los números 158 y 159), referidos al ejercicio del trabajo por cuenta propia, su régimen tributario y los procesos de disponibilidad laboral, se ha requerido emitir casi 30 disposiciones, entre decretos-leyes, acuerdos del Gobierno y resoluciones de varios ministerios e institutos nacionales.
Hace sólo unos días una resolución del Ministerio de Finanzas que modificó los precios de acopio de un grupo de productos agropecuarios, tuvo que dejar sin efectos otras 36 resoluciones de ese propio organismo, emitidas en diferentes fechas de años anteriores, pero todas vigentes.
Estos hechos dan una idea del trabajo que en materia de ordenamiento jurídico tenemos por delante con el fin de reforzar la institucionalidad del país, y eliminar tantas prohibiciones irracionales que han perdurado por años, sin tener en cuenta las circunstancias existentes, creando el caldo de cultivo para múltiples actuaciones al margen de la ley, que frecuentemente dan lugar a la corrupción en distintos grados. Puede llegarse a una conclusión probada por la vida: las prohibiciones irracionales propician las violaciones, lo que a su vez conduce a la corrupción y la impunidad, por eso creo que la población tiene razón en sus preocupaciones respecto a los engorrosos trámites asociados a la vivienda y la compra-venta de vehículos entre las personas, por solo citar dos ejemplos, que actualmente son objeto de estudio para su solución de manera ordenada.
Al propio tiempo, se impone simplificar y agrupar la legislación vigente, por lo general bastante dispersa. Los documentos rectores se elaboran para ser del dominio de aquellos responsabilizados con su cumplimiento, no para ser engavetados. En consecuencia, es preciso educar a todos los cuadros y exigirles trabajar con las disposiciones legales que rigen sus funciones y controlar que esto se cumpla como un requisito de idoneidad para ocupar un cargo determinado.
Vale recordar, otra vez, que el desconocimiento de la ley no exime a nadie de su cumplimiento y que, según la Constitución, todos los ciudadanos tienen iguales derechos y deberes, por lo cual quien cometa un delito en Cuba, con independencia del cargo que ocupe, sea quien sea, tendrá que enfrentar las consecuencias de sus errores y el peso de la justicia.
Pasando a otro asunto, también recogido en los Lineamientos, del plan del próximo año se han excluido 68 inversiones de importancia para el país por no cumplir los requerimientos establecidos, entre ellos, la determinación del financiamiento, la preparación técnica y de proyectos, la definición de las fuerzas constructoras capaces de acometerlas en los plazos fijados y la evaluación de los estudios de factibilidad. No permitiremos el derroche de los recursos destinados a inversiones a causa de la espontaneidad, la improvisación y la superficialidad, que en no pocos casos, han caracterizado al proceso inversionista.
Al tratar estos temas es obligado referirme al papel determinante que corresponde jugar a los cuadros del Partido, el Estado, el Gobierno, las organizaciones de masas y juveniles en la conducción coordinada y armónica del proceso de actualización del modelo económico cubano.
En el curso de la paulatina descentralización que desplegamos, se han adoptado diversas medidas en favor de elevar la autoridad de los dirigentes administrativos y empresariales, a quienes continuaremos delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los procedimientos de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a las manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas incompatibles con el desempeño de cargos públicos.
Igualmente, tenemos plena conciencia del daño que ha ocasionado a la política de cuadros durante años el fenómeno de la "pirámide invertida", es decir, que los salarios no están en correspondencia con la importancia y jerarquía de los puestos de dirección ocupados, ni existe la diferenciación adecuada entre unos y otros, lo cual desestimula la promoción de los más capaces hacia responsabilidades superiores en las empresas y en los propios ministerios. Esta es una cuestión fundamental que debe ser solucionada de acuerdo con lo señalado en los lineamientos números 156 y 161, referidos a la política salarial.
El VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida, el último de la mayoría de los que integramos la Generación Histórica; el tiempo que nos queda es corto y, sin el menor asomo de inmodestia o vanidad personal, pienso que estamos en la obligación de aprovechar el peso de la autoridad moral que poseemos ante el pueblo para dejar el rumbo trazado.
No nos creemos más inteligentes o capaces que nadie, ni nada por el estilo, pero sí estamos convencidos que tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del Socialismo en Cuba y en ese propósito emplearemos todas las energías que nos quedan, que afortunadamente no son pocas.
Redoblaremos la constancia y la intransigencia ante lo mal hecho, los ministros del gobierno y otros dirigentes políticos y administrativos conocen que contarán con todo nuestro respaldo cuando, en el cumplimiento de sus funciones, eduquen y a su vez exijan a sus subordinados y no teman buscarse problemas. Buscarse problemas por enfrentar lo mal hecho es en estos momentos una de nuestras tareas principales.
También para todos está claro que no nos encontramos en aquellos años iniciales tras el triunfo en 1959, cuando algunos que ocuparon cargos gubernamentales renunciaban para patentizar su oposición a los primeros pasos radicales que emprendía la Revolución y por ello esa actitud se catalogaba entonces de contrarrevolucionaria. Hoy lo verdaderamente revolucionario y honesto, cuando un cuadro se sienta cansado o incapaz de ejercer su cargo a cabalidad, es solicitar su renuncia, con dignidad y sin ningún temor, lo que siempre será preferible a ser destituido.
Con relación a este asunto, debo hacer referencia a tres compañeros que ocuparon importantes responsabilidades en la dirección del Partido y el Gobierno, y que por las faltas que cometieron, el Buró Político les solicitó la renuncia a su condición de miembros de ese organismo de dirección, del Comité Central y de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Se trata de Jorge Luis Sierra Cruz, Yadira García Vera y Pedro Sáez Montejo. Los dos primeros fueron liberados además de las responsabilidades como ministros del Transporte y la Industria Básica, respectivamente. Sierra por tomarse atribuciones que no le correspondían y que le condujeron a serios errores en la dirección y Yadira García por un pésimo trabajo al frente del ministerio, reflejado de manera particular en el débil control sobre los recursos destinados al proceso inversionista, propiciando el derroche de estos, como se comprobó en el proyecto de expansión de la empresa niquelífera Pedro Soto Alba, en Moa, provincia de Holguín. Ambos compañeros fueron criticados severamente en sendas reuniones conjuntas de la Comisión del Buró Político y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Por su parte, Pedro Sáez Montejo, dando muestras de superficialidad incompatibles con el cargo de Primer Secretario del Partido en Ciudad de La Habana, infringió normas del trabajo partidista, lo cual fue discutido con él por una comisión del Buró Político, presidida por mí e integrada por los compañeros Machado Ventura y Esteban Lazo.
Es justo hacer constar que los tres reconocieron los errores señalados a cada uno y asumieron una actitud correcta, razón por la cual la Comisión del Buró Político decidió mantener su condición de militantes del Partido. Igualmente, se consideró conveniente ubicarlos a todos en trabajos afines a sus respectivas especialidades.
En el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero yo solo tengo compromisos con el pueblo y muy especialmente con los caídos en estos 58 años de lucha ininterrumpida desde el golpe de estado de 1952. Si así hemos procedido con tres altos dirigentes, sépase que esta es la línea que seguirá el Partido y el Gobierno con todos los cuadros. Mayor exigencia, a la vez que alertaremos y adoptaremos las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones de lo establecido.
Como estipuló la Ley modificativa de la División Político Administrativa, el próximo mes de enero se constituirán las nuevas provincias Artemisa y Mayabeque, cuyos órganos de gobierno iniciarán su funcionamiento bajo nuevas concepciones organizativas y estructurales, mucho más racionales que las existentes en la actual provincia La Habana.
Se han definido las funciones, estructuras y plantillas. Se trabaja en la definición de sus atribuciones, así como en las relaciones con los organismos de la Administración Central del Estado, las empresas nacionales y las organizaciones políticas y de masas. Seguiremos muy de cerca esta experiencia para su gradual generalización al resto de los órganos locales de gobierno, o sea, de todo el país, en el transcurso de los próximos cinco años. Defendemos la utilidad de proseguir elevando paulatinamente la autoridad de los gobiernos provinciales y municipales y dotarlos de mayores facultades para el manejo de los presupuestos locales, a los cuales se destinará parte de los impuestos generados en la actividad económica con el fin de contribuir a su desarrollo.
En medio de la convulsa situación internacional avanzan las relaciones con los pueblos y gobiernos de casi todas las naciones.
El mundo ha recibido asombrado las escandalosas revelaciones de cientos de miles de documentos clasificados del gobierno de los Estados Unidos, una parte de ellos muy recientes, sobre las guerras en Irak y Afganistán y, luego, sobre los más variados temas de sus relaciones con decenas de Estados.
Aunque todos se preguntan qué estará ocurriendo verdaderamente y cómo podría relacionarse esto con los vericuetos de la política norteamericana, lo difundido hasta ahora demuestra que ese país, aunque disimule con una retórica amable, sigue en lo esencial las políticas de siempre y actúa como un gendarme global.
En las relaciones con los Estados Unidos no se aprecia la menor voluntad de rectificar la política contra Cuba, ni siquiera para eliminar sus aspectos más irracionales. Se hace evidente que en esta cuestión sigue prevaleciendo una minoría reaccionaria y poderosa que sirve de sustento a la mafia anticubana.
Estados Unidos no solo desprecia el reclamo abrumador de 187 países que demandan poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestro país, sino que en el año 2010 endureció su aplicación e incluyó nuevamente a Cuba en sus listas espurias, mediante las cuales se arrogan el derecho de calificar y difamar a Estados soberanos para justificar acciones punitivas o incluso actos de agresión.
La política de Estados Unidos contra Cuba no tiene la menor credibilidad. No les queda más remedio que acudir a la mentira para reiterar acusaciones entre las que sobresalen, por su escandalosa falsedad, que somos un país patrocinador del terrorismo internacional, tolerante ante el tráfico interno de niños y mujeres con fines de explotación sexual, violador flagrante de los derechos humanos y responsable de restringir, de manera significativa, las libertades religiosas.
El gobierno norteamericano trata de esconder sus propios pecados y pretende evadir su responsabilidad en el hecho de que sigan impunes en ese país notorios terroristas internacionales, reclamados por la justicia de varios países, al mismo tiempo que se mantienen en injusta prisión nuestros Cinco hermanos por luchar contra el terrorismo.
En sus calumniosas campañas sobre el tema de los Derechos Humanos en Cuba, los Estados Unidos han encontrado la connivencia de países europeos conocidos por su complicidad con los vuelos secretos de la CIA, el establecimiento de centros de detención y tortura, por descargar los efectos de la crisis económica sobre los trabajadores de menores ingresos, la violenta represión contra los manifestantes y la aplicación de políticas discriminatorias hacia los inmigrantes y minorías.
Junto a las naciones hermanas de América Latina proseguiremos luchando por la integración emancipadora y en los marcos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, trabajaremos por afianzar la solidaridad y unidad que nos fortalecerá a todos, cada vez más.
Así continuaremos apoyando a la fraterna nación de Haití, donde nuestro personal de la salud, junto a médicos latinoamericanos y haitianos graduados en Cuba, enfrenta con abnegación y de forma desinteresada y humanitaria la epidemia de cólera, los daños del terremoto y la secuela de siglos de explotación y saqueo de ese noble pueblo, que necesita de la comunidad internacional recursos para la reconstrucción y, especialmente, para el desarrollo sostenible.
También es propicia la ocasión para desde este Parlamento enviar, en nombre de todos los cubanos, un mensaje de aliento y solidaridad al hermano pueblo de Venezuela, que sufre los embates de lluvias torrenciales con cuantiosas pérdidas de vidas humanas y daños materiales. Las decenas de miles de colaboradores cubanos que prestan servicios en ese país, recibieron tempranamente instrucciones de ponerse a disposición de los venezolanos y del Presidente Hugo Chávez para lo que sea necesario.
El próximo mes de abril se cumplirán 50 años de la proclamación del carácter Socialista de nuestra Revolución. En las arenas de Playa Girón nuestras fuerzas combatieron por primera vez en defensa del socialismo y en apenas 72 horas, bajo la conducción personal del Comandante en Jefe, derrotaron la invasión mercenaria patrocinada por el gobierno norteamericano.
En ocasión de tan relevante acontecimiento, el 16 de abril realizaremos una Revista Militar, con participación de tropas y medios de combate, a la que asistirán los delegados al VI Congreso del Partido que esa propia tarde se congregarán para el inicio de sus trabajos, que esperamos concluir el 19 de abril, Día de la Victoria de Playa Girón. El cierre de la Revista lo protagonizarán varias decenas de miles de jóvenes, representando a las nuevas generaciones, que constituyen la garantía de la continuidad de la Revolución.
Esta conmemoración estará dedicada a nuestra juventud, que nunca le ha fallado a la Revolución. Jóvenes fueron los que cayeron en el asalto a los cuarteles Moncada y de Bayamo;
jóvenes fueron los que se sublevaron en Santiago de Cuba bajo la dirección de Frank País;
jóvenes eran los expedicionarios del Granma, que tras la debacle de Alegría de Pío formaron el Ejército Rebelde, fortalecidos por oleadas también de jóvenes provenientes del campo y las ciudades, en primer lugar el refuerzo santiaguero organizado personalmente y enviado por el propio Frank;
Esta Revolución la conducirán adelante los jóvenes plenos de optimismo e inconmovible fe en la victoria.
Grandes han sido los retos y también los peligros desde el triunfo de la Revolución y muy especialmente a partir de Girón, mas ninguna dificultad ha podido doblegarnos. Estamos aquí y estaremos por la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica y el espíritu de sacrificio y revolucionario del pueblo de Cuba, que hace mucho tiempo hizo suyo el concepto de que el socialismo es la única garantía para seguir siendo libres e independientes.
Muchas gracias.
Compañeras y compañeros:
Llevamos varios días reunidos debatiendo asuntos trascendentales para el futuro de la nación. En esta oportunidad, además del habitual trabajo en comisiones, los diputados han sesionado en plenaria, con el propósito de analizar los detalles de la situación económica actual, así como las propuestas del presupuesto y el plan de la economía para el año 2011.
También los diputados han dedicado largas horas a valorar a profundidad y esclarecer dudas e inquietudes acerca del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Nuestros medios de difusión han publicado con amplitud el desarrollo de estos debates, para facilitar la información de la población.
A pesar de la incidencia en la economía nacional de los efectos de la crisis mundial, el irregular comportamiento de las lluvias durante 19 meses, desde noviembre de 2008 hasta junio del actual año, y sin excluir errores propios, puedo afirmar que el plan del 2010 ha tenido un desempeño aceptable para los tiempos que vivimos. Se alcanzará la meta de crecimiento de 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto, más conocido por sus siglas P.I.B; se elevaron las exportaciones de mercancías y servicios, sin concluir el año ya se alcanzó la cifra prevista de visitantes extranjeros, aunque nuevamente se incumplirán los ingresos, se consolida el equilibrio financiero interno y, por vez primera en varios años, comienza a apreciarse una dinámica favorable, todavía limitada, en la productividad del trabajo en comparación con el salario medio.
Continúan disminuyendo las retenciones de transferencias al exterior, o lo que es lo mismo, las limitaciones que nos vimos obligados a imponer a finales del año 2008 en los pagos desde los bancos cubanos a los suministradores extranjeros, las cuales serán suprimidas totalmente el próximo año y, al propio tiempo, se han logrado significativos avances en la renegociación de la deuda con nuestros principales acreedores.
Nuevamente deseo agradecer la confianza y comprensión de nuestros socios comerciales y financieros, a quienes ratifico el más firme propósito de honrar puntualmente los compromisos contraídos. El Gobierno ha impartido instrucciones precisas de no asumir nuevas deudas sin la seguridad de cumplimentar su pago en los plazos pactados.
Como fue explicado por el Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, el plan del próximo año prevé un crecimiento del P.I.B del 3.1%, que deberá alcanzarse en medio de un escenario no menos complejo y tenso.
El año 2011 es el primero de los cinco incluidos en la proyección a mediano plazo de nuestra economía, período en el que, de manera gradual y progresiva, se irán introduciendo cambios estructurales y de conceptos en el modelo económico cubano.
Durante el próximo año proseguiremos de manera decidida en la reducción de los gastos superfluos, promoviendo el ahorro de todo tipo de recursos, el cual, como hemos dicho en varias ocasiones, constituye la fuente de ingresos más rápida y segura a nuestra disposición.
Igualmente haremos, sin descuidar en lo más mínimo, sino elevando la calidad de los programas sociales en las esferas de la salud, la educación, la cultura y el deporte, en las cuales se han identificado enormes reservas de eficiencia en el uso más racional de la infraestructura existente. También incrementaremos las exportaciones de bienes y servicios, al tiempo que continuaremos concentrando las inversiones en aquellas actividades de más rápida recuperación.
En materia del plan y el presupuesto, hemos insistido en que tiene que acabarse la historia repetida de los incumplimientos y los sobregiros. El plan y el presupuesto son sagrados, repito, desde ahora el plan y el presupuesto son sagrados y se elaboran para ser cumplidos, no para conformarnos con justificaciones de cualquier tipo y hasta con imprecisiones y mentiras, intencionadas o no, cuando no se logran las metas trazadas.
A veces algunos compañeros, sin un propósito fraudulento, aportan informaciones inexactas de sus subordinados sin haberlas comprobado y caen en la mentira inconcientemente, pero esos datos falsos nos pueden conducir a decisiones erradas con mayor o menor repercusión en la nación. Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe ser demovido definitiva y no temporalmente del cargo que ocupa y, después del análisis de los organismos correspondientes, también separado de las filas del Partido si milita en él.
La mentira y sus nocivos efectos han acompañado a los hombres desde que aprendimos a hablar en épocas remotas, motivando la repulsa de la sociedad. Recordemos que en los diez mandamientos bíblicos, el número ocho dispone: "No darás falso testimonio ni mentirás". Igualmente en los tres principios éticos morales fundamentales de la civilización inca se establecía: no mentir, no robar, no ser holgazán.
Hay que luchar para desterrar definitivamente la mentira y el engaño de la conducta de los cuadros, de cualquier nivel. No por gusto el compañero Fidel en su brillante definición del concepto Revolución, entre otros criterios, señaló: "No mentir jamás ni violar principios éticos".
Tras la publicación el pasado 9 de noviembre del Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, el tren del VI Congreso del Partido está en marcha, ya que el verdadero congreso será la discusión abierta y franca con los militantes y todo el pueblo de sus enunciados, lo que en un genuino ejercicio democrático, permitirá enriquecerlos, al tiempo que, sin excluir opiniones divergentes, logremos la conformación de un consenso nacional acerca de la necesidad y urgencia de introducir cambios estratégicos en el funcionamiento de la economía, con el propósito de hacer sustentable e irreversible el Socialismo en Cuba.
No hay que temerle a las discrepancias de criterios y esta orientación, que no es nueva, no debe interpretarse como circunscrita al debate sobre los Lineamientos; las diferencias de opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma, o sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie.
Mientras más ideas seamos capaces de provocar en el análisis de un problema, más cerca estaremos de su solución apropiada.
La Comisión de Política Económica del Partido y los 11 grupos que la conformaron, trabajaron durante largos meses en la elaboración de los citados lineamientos, que como se ha explicado, constituirán el tema central del Congreso, partiendo de la convicción de que la situación económica es la principal tarea del Partido y del Gobierno y la asignatura básica de los cuadros a todos los niveles.
Durante los últimos años habíamos insistido en que no podíamos dejarnos llevar por improvisaciones y apresuramientos en esta esfera, teniendo en cuenta la magnitud, complejidad y las interrelaciones de las decisiones a adoptar. Es por ello que pienso que hicimos bien en aplazar el Congreso del Partido, aunque hemos debido resistir, pacientemente, los reclamos honestos y también los mal intencionados dentro y fuera de Cuba para que apuráramos la adopción de múltiples medidas. Nuestros adversarios en el exterior, como era de esperar, han impugnado cada paso que dimos, primero los descalificaban como cosméticos e insuficientes, ahora tratan de confundir a la opinión pública presagiando el seguro fracaso y concentran sus campañas en la exaltación del supuesto desencanto y escepticismo con que dicen nuestro pueblo ha acogido este proyecto.
A veces da la impresión de que sus deseos más íntimos les impiden apreciar la realidad. Haciendo evidentes sus verdaderas pretensiones, nos exigen sin tapujos desmontar el régimen económico y social que conquistamos, como si esta Revolución estuviera dispuesta a someterse a la más humillante rendición o lo que es igual, regir su destino por condicionamientos degradantes.
A lo largo de 500 años, desde Hatuey hasta Fidel, es mucha la sangre derramada por nuestro pueblo para aceptar ahora el desmantelamiento de lo logrado al precio de tanto sacrificio.
A quienes abriguen esas infundadas ilusiones, vale recordarles, otra vez, lo expresado en este Parlamento el 1ro de agosto de 2009: cito: "A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo", fin de la cita.
Hoy añado que las medidas que estamos aplicando y todas las modificaciones que resulte necesario introducir en la actualización del modelo económico, están dirigidas a preservar el socialismo, fortalecerlo y hacerlo verdaderamente irrevocable, como quedó incorporado en la Constitución de la República a solicitud de la inmensa mayoría de nuestra población en el año 2002.
Es preciso poner sobre la mesa toda la información y los argumentos que fundamentan cada decisión y de paso, suprimir el exceso de secretismo a que nos habituamos durante más de 50 años de cerco enemigo. Siempre un Estado tendrá que mantener en lógico secreto algunos asuntos, eso es algo que nadie discute, pero no las cuestiones que definen el curso político y económico de la nación. Es vital explicar, fundamentar y convencer al pueblo de la justeza, necesidad y urgencia de una medida, por dura que parezca.
El Partido y la Juventud Comunista, además de la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos junto al resto de las organizaciones de masas y sociales, tienen la capacidad de movilizar el apoyo y la confianza de la población mediante el debate sin ataduras a dogmas y esquemas inviables, que constituyen una barrera psicológica colosal, que es imprescindible desmontar poco a poco y lo lograremos entre todos.
Ese es precisamente el contenido fundamental que reservamos a la Conferencia Nacional del Partido a celebrarse en el año 2011, después del Congreso, en fecha que se fijará más adelante; en ella analizaremos, entre otras cuestiones, las modificaciones a los métodos y estilos de trabajo de la organización partidista, ya que, a consecuencia de las deficiencias presentadas en el desempeño de los órganos administrativos del Gobierno, el Partido a lo largo de los años se tuvo que involucrar en el ejercicio de funciones que no le corresponden, lo cual limitó y comprometió su condición de vanguardia organizada de la nación cubana y fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, en consonancia con el artículo cinco de la Constitución de la República.
El Partido debe dirigir y controlar y no interferir en las actividades del Gobierno, a ningún nivel, que es a quien corresponde gobernar, cada uno con sus propias normas y procedimientos, según sus misiones en la sociedad.
Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse. Se trata sencillamente de transformar conceptos erróneos e insostenibles acerca del Socialismo, muy enraizados en amplios sectores de la población durante años, como consecuencia del excesivo enfoque paternalista, idealista e igualitarista que instituyó la Revolución en aras de la justicia social.
Muchos cubanos confundimos el socialismo con las gratuidades y subsidios, la igualdad con el igualitarismo, no pocos identificamos la libreta de abastecimientos como un logro social que nunca debiera suprimirse.
Al respecto, estoy convencido de que varios de los problemas que hoy afrontamos tienen su origen en esta medida de distribución, que si bien estuvo animada en su momento por el sano empeño de asegurar al pueblo un abastecimiento estable de alimentos y otras mercancías en contraposición al acaparamiento inescrupuloso por algunos con fines de lucro, constituye una expresión manifiesta de igualitarismo, que beneficia lo mismo a los que trabajan y a aquellos que no lo hacen o que no la necesitan y genera prácticas de trueque y reventa en el mercado sumergido, etc, etc.
La solución a este complejo y sensible asunto no es sencilla, pues guarda estrecha relación con el fortalecimiento del papel del salario en la sociedad y ello sólo será posible, si a la par de reducir gratuidades y subsidios, elevamos la productividad del trabajo y la oferta de productos a la población.
En esta cuestión, como en la reducción de las plantillas abultadas, el Estado Socialista no dejará desamparado a ningún ciudadano y mediante el sistema de asistencia social, asegurará que las personas impedidas para trabajar reciban la protección mínima requerida. En el futuro existirán subsidios, pero no a los productos, sino a las cubanas y cubanos que por una u otra razón realmente los necesiten.
Como se conoce, desde el mes de septiembre se eliminó la distribución normada de cigarros, un artículo que recibía sólo una parte de la población y que es obvio, por sus nocivos efectos a la salud, no constituye un producto de primera necesidad.
El próximo año no podremos darnos el lujo de gastar casi 50 millones de dólares en importaciones de café para mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada, mientras que aquel tiene un precio de 390 dólares.
Si queremos seguir tomando café puro y sin racionamiento, la única solución es producirlo en Cuba, donde está probado que existen todas las condiciones para su cultivo, en cantidades suficientes que satisfagan la demanda y hasta exportarlo con la más alta calidad.
Estas decisiones, y otras que será necesario aplicar, aunque sabemos que no son populares, sí son obligadas para poder mantener y mejorar incluso los servicios gratuitos de salud pública, educación y la seguridad social a todos los ciudadanos.
El propio líder de la Revolución Cubana, el compañero Fidel, en su histórico discurso el 17 de noviembre de 2005, expresó: cito: "Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo", fin de la cita. Hace apenas un mes, exactamente al cabo de cinco años, Fidel a través de su mensaje en ocasión del día Internacional del Estudiante, ratificó esos conceptos que conservan total vigencia.
Por mi parte, recuerdo los planteamientos de un laureado científico soviético que hace alrededor de medio siglo, consideraba que aunque teóricamente se había documentado la posibilidad del vuelo del hombre al espacio, no dejaba de ser un viaje a lo ignoto, a lo desconocido.
Si bien hemos contado con el legado teórico marxista leninista, donde científicamente está demostrada la factibilidad del socialismo y la experiencia práctica de los intentos de su construcción en otros países, la edificación de la nueva sociedad en el orden económico es, en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo ignoto, por lo cual cada paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes del próximo, donde los errores se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la solución al tiempo, que los acrecentará y al final nos pasará la factura aún más costosa.
Tenemos plena conciencia de los errores que hemos cometido y precisamente, los Lineamientos marcan el inicio del camino de la rectificación y la necesaria actualización de nuestro modelo económico socialista.
Nadie debe llamarse a engaño, los Lineamientos señalan el rumbo hacia el futuro socialista, ajustado a las condiciones de Cuba, no al pasado capitalista y neocolonial derrocado por la Revolución. La planificación y no el libre mercado será el rasgo distintivo de la economía y no se permitirá, como se recoge en el tercero de los lineamientos generales, la concentración de la propiedad. Más claro ni el agua, aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
La construcción del socialismo debe realizarse en correspondencia con las peculiaridades de cada país. Es una lección histórica que hemos aprendido muy bien. No pensamos volver a copiar de nadie, bastantes problemas nos trajo hacerlo y porque además copiamos mal; aunque no ignoramos las experiencias de otros y aprendemos de ellas, incluyendo las positivas de los capitalistas.
Abundando sobre el necesario cambio de mentalidad mencionaré un ejemplo: si hemos arribado a la conclusión de que el ejercicio del trabajo por cuenta propia constituye una alternativa más de empleo para los ciudadanos en edad laboral, con el fin de elevar la oferta de bienes y servicios a la población y liberar al Estado de esas actividades para concentrarse en lo verdaderamente decisivo, lo que corresponde hacer al Partido y al Gobierno es facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia ellos y para eso es fundamental modificar la apreciación negativa existente en no pocos de nosotros hacia esta forma de trabajo privado. Los clásicos del marxismo leninismo al proyectar los rasgos que debían caracterizar la construcción de la nueva sociedad, definieron, entre otros, que el Estado, en representación de todo el pueblo, mantendría la propiedad sobre los fundamentales medios de producción.
Nosotros absolutizamos ese principio y pasamos a propiedad estatal casi toda la actividad económica del país. Los pasos que hemos venido dando y daremos en la ampliación y flexibilización del trabajo por cuenta propia, son el fruto de profundas meditaciones y análisis y podemos asegurar que esta vez no habrá retroceso.
Por su parte, la Central de Trabajadores de Cuba y los respectivos sindicatos nacionales, se encuentran estudiando las formas y métodos para organizar la atención a esta fuerza laboral, promover el cumplimiento estricto de la Ley y los tributos y motivar en estos trabajadores el rechazo a las ilegalidades. Debemos defender sus intereses igual que hacemos con cualquier otro ciudadano, siempre que actúen en cumplimiento de las normas jurídicas aprobadas.
En esta dirección reviste gran importancia la introducción en los diferentes niveles de la enseñanza de los conceptos básicos del sistema tributario con el objetivo de familiarizar, de manera permanente y concreta, a las nuevas generaciones en la aplicación de los impuestos como la forma más universal de redistribución de la renta nacional, en interés del sostenimiento de los gastos sociales.
A escala de toda la sociedad, debemos fomentar los valores cívicos de respeto y cumplimiento por los contribuyentes de sus obligaciones tributarias, crear en las personas esa cultura y disciplina, bonificar a los que cumplen y sancionar la evasión de impuestos.
Otra tarea en la cual, a pesar del avance logrado, falta mucho por hacer es la atención a las distintas formas productivas en la agricultura, de modo que se eliminen las diversas trabas existentes para potenciar las fuerzas productivas en nuestros campos y que, en correspondencia con el ahorro en la importación de alimentos, los agricultores obtengan ingresos justos y razonables por su sacrificada labor, lo cual no justifica que se impongan precios abusivos a la población.
A más de dos años de iniciada la entrega de tierras ociosas en usufructo, pienso que estamos en condiciones de valorar la asignación de áreas adicionales, por encima de los límites que regula el Decreto-Ley 259, de julio de 2008, a aquellos productores agropecuarios con resultados destacados en la utilización intensiva de los suelos bajo su responsabilidad.
Considero oportuno aclarar que las tierras entregadas en usufructo constituyen propiedad de todo el pueblo, por lo que si se requirieran para otros usos en el futuro, el Estado compensaría a los usufructuarios lo invertido y les abonaría el valor de las bienhechurías.
En su momento, una vez que concluyamos los estudios, a partir de las experiencias que hemos ido acumulando, presentaremos al Consejo de Estado las correspondientes propuestas de modificación del citado Decreto-Ley.
Una de las barreras más difíciles de sortear en el empeño de formar una visión diferente, y así debemos reconocerlo públicamente, es la ausencia de una cultura económica en la población, incluidos no pocos cuadros de dirección, los cuales, evidenciando una ignorancia supina en la materia, al enfrentar problemas cotidianos adoptan o proponen decisiones sin detenerse un instante a valorar sus efectos y los gastos que se generan, ni si existen recursos asignados en el plan y el presupuesto con ese destino.
No descubro nada cuando afirmo que improvisar, en general, y en la economía en particular, conduce a un seguro fracaso, con independencia de los buenos propósitos que se pretenda alcanzar.
El pasado 2 de diciembre, en ocasión del 54 aniversario del desembarco del Granma, el órgano oficial de nuestro Partido reprodujo un fragmento del discurso que pronunciara Fidel en 1976, en igual fecha, cuando se conmemoraban apenas 20 años del suceso y que por su vigencia y actualidad he considerado oportuno citar: "La fuerza de un pueblo y de una revolución consiste precisamente en su capacidad de comprender y enfrentar las dificultades. A pesar de todo avanzaremos en numerosos campos y lucharemos denodadamente por elevar la eficiencia de la economía, ahorrar recursos, reducir gastos no esenciales, aumentar las exportaciones y crear en cada ciudadano una conciencia económica. Antes dije que todos somos políticos, ahora añado que todos debemos ser también economistas y, repito, economistas, no economicistas, que no es lo mismo una mentalidad de ahorro y eficiencia que una mentalidad de consumo", fin de la cita.
Diez años después, el primero de diciembre de 1986, durante la sesión diferida del III Congreso del Partido, Fidel expresó cito: "Mucha gente no entiende que el Estado Socialista, ningún Estado, ningún sistema puede dar lo que no tiene, y mucho menos va a tener si no se produce; si se está dando dinero sin respaldo productivo. Estoy seguro de que las plantillas infladas, el exceso de dinero entregado a la gente, los inventarios ociosos, los despilfarros, tienen que ver mucho con el gran número de empresas irrentables que hay en el país…" fin de la cita
A 34 y 24 años, respectivamente, de estas orientaciones del Jefe de la Revolución, esos y muchos otros problemas siguen estando presentes.
Fidel con su genialidad iba abriendo brechas y señalaba el camino y los demás no supimos asegurar y consolidar el avance en pos de esos objetivos.
Nos faltó cohesión, organización y coordinación entre el Partido y el Gobierno; en medio de las amenazas y urgencias cotidianas descuidamos la planificación a mediano y largo plazos, no fuimos suficientemente exigentes ante violaciones y errores de carácter económico cometidos por algunos dirigentes y también demoramos en rectificar decisiones que no tuvieron el efecto esperado.
Más de una vez me he referido a que en esta Revolución casi todo está dicho y que debemos revisar qué orientaciones del Jefe de la Revolución hemos cumplido y cuáles no, desde su vibrante alegato "La Historia me Absolverá" hasta hoy. Recuperaremos las ideas de Fidel que siguen vigentes y no permitiremos que nos vuelva a pasar lo mismo.
Los errores, si simplemente son analizados con honestidad, pueden transformarse en experiencias y lecciones para superarlos y no volver a incurrir en ellos. Esa es precisamente la gran utilidad que tiene el análisis profundo de los errores y esa debe empezar a ser una norma permanente de conducta de todos los dirigentes.
La realidad de los números está por encima de todas nuestras aspiraciones y deseos. En la aritmética elemental del primer grado de la escuela primaria, se aprende a temprana edad que dos más dos da cuatro, no cinco ni seis; no hay que ser economista para comprenderlo, por tanto, si en un momento dado tenemos que hacer algo en materia económica y social por encima de los recursos disponibles, hagámoslo con conciencia de las consecuencias y sabiendo de antemano que al final la crudeza de los hechos se impondrá irremisiblemente.
Cuba dispone de decenas y decenas de miles de profesionales graduados por la Revolución en las especialidades de economía, contabilidad y finanzas, por sólo mencionar algunas de este perfil, que no hemos sabido utilizar adecuadamente en provecho del desarrollo ordenado de la nación.
Contamos con lo más preciado, el capital humano, que debemos cohesionar con el concurso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) para emprender la tarea de educar en esta materia, de manera constante y sistemática, a nuestro pueblo instruido y a sus dirigentes en todos los niveles. Una numerosa representación del Comité Nacional de la ANEC participó en los primeros seminarios sobre los lineamientos que organizamos y muchos de sus miembros están inmersos en el proceso de discusiones en marcha.
En este sentido, cabe destacar la contribución decisiva de miles y miles de contadores para recuperar el lugar que corresponde a la contabilidad en la dirección de la actividad económica, que como sabemos es una condición indispensable para asegurar el éxito y el orden en todo lo que nos proponemos.
En estas circunstancias, nadie debe perder de vista la relevancia de mantener un enfoque diferenciado hacia la juventud, y en correspondencia con ello, debo resaltar la decisión de excluir de los procesos de disponibilidad laboral a los recién graduados en el plazo del cumplimiento del Servicio Social.
Ahora bien, no se trata de ubicarlos en funciones no afines a su perfil profesional, como ha sucedido en el pasado, que han llegado a ponerlos hasta de porteros del centro laboral, porque precisamente ese período está diseñado para adiestrarlos en la base de la producción y los servicios, completar en la práctica la formación teórica de las escuelas y cultivar en ellos el amor al trabajo.
No menos importante resulta la labor que corresponde a los cuadros y especialistas involucrados en la elaboración y revisión de los documentos legales, a tono con las modificaciones que se vayan instrumentando; por ejemplo, sólo para dar cobertura jurídica a dos lineamientos (los números 158 y 159), referidos al ejercicio del trabajo por cuenta propia, su régimen tributario y los procesos de disponibilidad laboral, se ha requerido emitir casi 30 disposiciones, entre decretos-leyes, acuerdos del Gobierno y resoluciones de varios ministerios e institutos nacionales.
Hace sólo unos días una resolución del Ministerio de Finanzas que modificó los precios de acopio de un grupo de productos agropecuarios, tuvo que dejar sin efectos otras 36 resoluciones de ese propio organismo, emitidas en diferentes fechas de años anteriores, pero todas vigentes.
Estos hechos dan una idea del trabajo que en materia de ordenamiento jurídico tenemos por delante con el fin de reforzar la institucionalidad del país, y eliminar tantas prohibiciones irracionales que han perdurado por años, sin tener en cuenta las circunstancias existentes, creando el caldo de cultivo para múltiples actuaciones al margen de la ley, que frecuentemente dan lugar a la corrupción en distintos grados. Puede llegarse a una conclusión probada por la vida: las prohibiciones irracionales propician las violaciones, lo que a su vez conduce a la corrupción y la impunidad, por eso creo que la población tiene razón en sus preocupaciones respecto a los engorrosos trámites asociados a la vivienda y la compra-venta de vehículos entre las personas, por solo citar dos ejemplos, que actualmente son objeto de estudio para su solución de manera ordenada.
Al propio tiempo, se impone simplificar y agrupar la legislación vigente, por lo general bastante dispersa. Los documentos rectores se elaboran para ser del dominio de aquellos responsabilizados con su cumplimiento, no para ser engavetados. En consecuencia, es preciso educar a todos los cuadros y exigirles trabajar con las disposiciones legales que rigen sus funciones y controlar que esto se cumpla como un requisito de idoneidad para ocupar un cargo determinado.
Vale recordar, otra vez, que el desconocimiento de la ley no exime a nadie de su cumplimiento y que, según la Constitución, todos los ciudadanos tienen iguales derechos y deberes, por lo cual quien cometa un delito en Cuba, con independencia del cargo que ocupe, sea quien sea, tendrá que enfrentar las consecuencias de sus errores y el peso de la justicia.
Pasando a otro asunto, también recogido en los Lineamientos, del plan del próximo año se han excluido 68 inversiones de importancia para el país por no cumplir los requerimientos establecidos, entre ellos, la determinación del financiamiento, la preparación técnica y de proyectos, la definición de las fuerzas constructoras capaces de acometerlas en los plazos fijados y la evaluación de los estudios de factibilidad. No permitiremos el derroche de los recursos destinados a inversiones a causa de la espontaneidad, la improvisación y la superficialidad, que en no pocos casos, han caracterizado al proceso inversionista.
Al tratar estos temas es obligado referirme al papel determinante que corresponde jugar a los cuadros del Partido, el Estado, el Gobierno, las organizaciones de masas y juveniles en la conducción coordinada y armónica del proceso de actualización del modelo económico cubano.
En el curso de la paulatina descentralización que desplegamos, se han adoptado diversas medidas en favor de elevar la autoridad de los dirigentes administrativos y empresariales, a quienes continuaremos delegando facultades. En paralelo se perfeccionan los procedimientos de control y se eleva a niveles superiores la exigencia frente a las manifestaciones de negligencia, indolencia y otras conductas incompatibles con el desempeño de cargos públicos.
Igualmente, tenemos plena conciencia del daño que ha ocasionado a la política de cuadros durante años el fenómeno de la "pirámide invertida", es decir, que los salarios no están en correspondencia con la importancia y jerarquía de los puestos de dirección ocupados, ni existe la diferenciación adecuada entre unos y otros, lo cual desestimula la promoción de los más capaces hacia responsabilidades superiores en las empresas y en los propios ministerios. Esta es una cuestión fundamental que debe ser solucionada de acuerdo con lo señalado en los lineamientos números 156 y 161, referidos a la política salarial.
El VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida, el último de la mayoría de los que integramos la Generación Histórica; el tiempo que nos queda es corto y, sin el menor asomo de inmodestia o vanidad personal, pienso que estamos en la obligación de aprovechar el peso de la autoridad moral que poseemos ante el pueblo para dejar el rumbo trazado.
No nos creemos más inteligentes o capaces que nadie, ni nada por el estilo, pero sí estamos convencidos que tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del Socialismo en Cuba y en ese propósito emplearemos todas las energías que nos quedan, que afortunadamente no son pocas.
Redoblaremos la constancia y la intransigencia ante lo mal hecho, los ministros del gobierno y otros dirigentes políticos y administrativos conocen que contarán con todo nuestro respaldo cuando, en el cumplimiento de sus funciones, eduquen y a su vez exijan a sus subordinados y no teman buscarse problemas. Buscarse problemas por enfrentar lo mal hecho es en estos momentos una de nuestras tareas principales.
También para todos está claro que no nos encontramos en aquellos años iniciales tras el triunfo en 1959, cuando algunos que ocuparon cargos gubernamentales renunciaban para patentizar su oposición a los primeros pasos radicales que emprendía la Revolución y por ello esa actitud se catalogaba entonces de contrarrevolucionaria. Hoy lo verdaderamente revolucionario y honesto, cuando un cuadro se sienta cansado o incapaz de ejercer su cargo a cabalidad, es solicitar su renuncia, con dignidad y sin ningún temor, lo que siempre será preferible a ser destituido.
Con relación a este asunto, debo hacer referencia a tres compañeros que ocuparon importantes responsabilidades en la dirección del Partido y el Gobierno, y que por las faltas que cometieron, el Buró Político les solicitó la renuncia a su condición de miembros de ese organismo de dirección, del Comité Central y de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Se trata de Jorge Luis Sierra Cruz, Yadira García Vera y Pedro Sáez Montejo. Los dos primeros fueron liberados además de las responsabilidades como ministros del Transporte y la Industria Básica, respectivamente. Sierra por tomarse atribuciones que no le correspondían y que le condujeron a serios errores en la dirección y Yadira García por un pésimo trabajo al frente del ministerio, reflejado de manera particular en el débil control sobre los recursos destinados al proceso inversionista, propiciando el derroche de estos, como se comprobó en el proyecto de expansión de la empresa niquelífera Pedro Soto Alba, en Moa, provincia de Holguín. Ambos compañeros fueron criticados severamente en sendas reuniones conjuntas de la Comisión del Buró Político y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Por su parte, Pedro Sáez Montejo, dando muestras de superficialidad incompatibles con el cargo de Primer Secretario del Partido en Ciudad de La Habana, infringió normas del trabajo partidista, lo cual fue discutido con él por una comisión del Buró Político, presidida por mí e integrada por los compañeros Machado Ventura y Esteban Lazo.
Es justo hacer constar que los tres reconocieron los errores señalados a cada uno y asumieron una actitud correcta, razón por la cual la Comisión del Buró Político decidió mantener su condición de militantes del Partido. Igualmente, se consideró conveniente ubicarlos a todos en trabajos afines a sus respectivas especialidades.
En el plano personal, los tres seguirán siendo mis amigos, pero yo solo tengo compromisos con el pueblo y muy especialmente con los caídos en estos 58 años de lucha ininterrumpida desde el golpe de estado de 1952. Si así hemos procedido con tres altos dirigentes, sépase que esta es la línea que seguirá el Partido y el Gobierno con todos los cuadros. Mayor exigencia, a la vez que alertaremos y adoptaremos las medidas disciplinarias pertinentes cuando se detecten transgresiones de lo establecido.
Como estipuló la Ley modificativa de la División Político Administrativa, el próximo mes de enero se constituirán las nuevas provincias Artemisa y Mayabeque, cuyos órganos de gobierno iniciarán su funcionamiento bajo nuevas concepciones organizativas y estructurales, mucho más racionales que las existentes en la actual provincia La Habana.
Se han definido las funciones, estructuras y plantillas. Se trabaja en la definición de sus atribuciones, así como en las relaciones con los organismos de la Administración Central del Estado, las empresas nacionales y las organizaciones políticas y de masas. Seguiremos muy de cerca esta experiencia para su gradual generalización al resto de los órganos locales de gobierno, o sea, de todo el país, en el transcurso de los próximos cinco años. Defendemos la utilidad de proseguir elevando paulatinamente la autoridad de los gobiernos provinciales y municipales y dotarlos de mayores facultades para el manejo de los presupuestos locales, a los cuales se destinará parte de los impuestos generados en la actividad económica con el fin de contribuir a su desarrollo.
En medio de la convulsa situación internacional avanzan las relaciones con los pueblos y gobiernos de casi todas las naciones.
El mundo ha recibido asombrado las escandalosas revelaciones de cientos de miles de documentos clasificados del gobierno de los Estados Unidos, una parte de ellos muy recientes, sobre las guerras en Irak y Afganistán y, luego, sobre los más variados temas de sus relaciones con decenas de Estados.
Aunque todos se preguntan qué estará ocurriendo verdaderamente y cómo podría relacionarse esto con los vericuetos de la política norteamericana, lo difundido hasta ahora demuestra que ese país, aunque disimule con una retórica amable, sigue en lo esencial las políticas de siempre y actúa como un gendarme global.
En las relaciones con los Estados Unidos no se aprecia la menor voluntad de rectificar la política contra Cuba, ni siquiera para eliminar sus aspectos más irracionales. Se hace evidente que en esta cuestión sigue prevaleciendo una minoría reaccionaria y poderosa que sirve de sustento a la mafia anticubana.
Estados Unidos no solo desprecia el reclamo abrumador de 187 países que demandan poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra nuestro país, sino que en el año 2010 endureció su aplicación e incluyó nuevamente a Cuba en sus listas espurias, mediante las cuales se arrogan el derecho de calificar y difamar a Estados soberanos para justificar acciones punitivas o incluso actos de agresión.
La política de Estados Unidos contra Cuba no tiene la menor credibilidad. No les queda más remedio que acudir a la mentira para reiterar acusaciones entre las que sobresalen, por su escandalosa falsedad, que somos un país patrocinador del terrorismo internacional, tolerante ante el tráfico interno de niños y mujeres con fines de explotación sexual, violador flagrante de los derechos humanos y responsable de restringir, de manera significativa, las libertades religiosas.
El gobierno norteamericano trata de esconder sus propios pecados y pretende evadir su responsabilidad en el hecho de que sigan impunes en ese país notorios terroristas internacionales, reclamados por la justicia de varios países, al mismo tiempo que se mantienen en injusta prisión nuestros Cinco hermanos por luchar contra el terrorismo.
En sus calumniosas campañas sobre el tema de los Derechos Humanos en Cuba, los Estados Unidos han encontrado la connivencia de países europeos conocidos por su complicidad con los vuelos secretos de la CIA, el establecimiento de centros de detención y tortura, por descargar los efectos de la crisis económica sobre los trabajadores de menores ingresos, la violenta represión contra los manifestantes y la aplicación de políticas discriminatorias hacia los inmigrantes y minorías.
Junto a las naciones hermanas de América Latina proseguiremos luchando por la integración emancipadora y en los marcos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, trabajaremos por afianzar la solidaridad y unidad que nos fortalecerá a todos, cada vez más.
Así continuaremos apoyando a la fraterna nación de Haití, donde nuestro personal de la salud, junto a médicos latinoamericanos y haitianos graduados en Cuba, enfrenta con abnegación y de forma desinteresada y humanitaria la epidemia de cólera, los daños del terremoto y la secuela de siglos de explotación y saqueo de ese noble pueblo, que necesita de la comunidad internacional recursos para la reconstrucción y, especialmente, para el desarrollo sostenible.
También es propicia la ocasión para desde este Parlamento enviar, en nombre de todos los cubanos, un mensaje de aliento y solidaridad al hermano pueblo de Venezuela, que sufre los embates de lluvias torrenciales con cuantiosas pérdidas de vidas humanas y daños materiales. Las decenas de miles de colaboradores cubanos que prestan servicios en ese país, recibieron tempranamente instrucciones de ponerse a disposición de los venezolanos y del Presidente Hugo Chávez para lo que sea necesario.
El próximo mes de abril se cumplirán 50 años de la proclamación del carácter Socialista de nuestra Revolución. En las arenas de Playa Girón nuestras fuerzas combatieron por primera vez en defensa del socialismo y en apenas 72 horas, bajo la conducción personal del Comandante en Jefe, derrotaron la invasión mercenaria patrocinada por el gobierno norteamericano.
En ocasión de tan relevante acontecimiento, el 16 de abril realizaremos una Revista Militar, con participación de tropas y medios de combate, a la que asistirán los delegados al VI Congreso del Partido que esa propia tarde se congregarán para el inicio de sus trabajos, que esperamos concluir el 19 de abril, Día de la Victoria de Playa Girón. El cierre de la Revista lo protagonizarán varias decenas de miles de jóvenes, representando a las nuevas generaciones, que constituyen la garantía de la continuidad de la Revolución.
Esta conmemoración estará dedicada a nuestra juventud, que nunca le ha fallado a la Revolución. Jóvenes fueron los que cayeron en el asalto a los cuarteles Moncada y de Bayamo;
jóvenes fueron los que se sublevaron en Santiago de Cuba bajo la dirección de Frank País;
jóvenes eran los expedicionarios del Granma, que tras la debacle de Alegría de Pío formaron el Ejército Rebelde, fortalecidos por oleadas también de jóvenes provenientes del campo y las ciudades, en primer lugar el refuerzo santiaguero organizado personalmente y enviado por el propio Frank;
jóvenes eran los integrantes del poderoso movimiento clandestino;Esta Revolución es obra del sacrificio de la juventud cubana: obrera, campesina, estudiantil, intelectual, militar; de todos los jóvenes en todas las épocas que les ha tocado vivir y luchar.
Jóvenes fueron los valerosos asaltantes al Palacio Presidencial y a la emisora Radio Reloj el 13 de marzo de 1957, encabezados por José Antonio Echeverría;
jóvenes fueron los que combatieron heroicamente en Girón;
jóvenes y adolescentes se sumaron a la campaña de alfabetización hace también 50 años;
jóvenes eran la mayoría de los combatientes en la lucha contra las bandas mercenarias que organizó la CIA;
jóvenes fueron los que protagonizaron hermosas páginas de coraje y estoicismo en las misiones internacionalistas en varias naciones, particularmente en ayuda a los movimientos de liberación en África;
jóvenes son nuestros Cinco Héroes que arriesgaron sus vidas luchando contra el terrorismo y sufren ya más de doce años de cruel prisión;
jóvenes son muchos de los miles y miles de colaboradores cubanos que defienden la vida humana curando enfermedades erradicadas en Cuba, apoyan programas de alfabetización y difunden cultura y la práctica deportiva a niños y adultos por todo el mundo.
Esta Revolución la conducirán adelante los jóvenes plenos de optimismo e inconmovible fe en la victoria.
Grandes han sido los retos y también los peligros desde el triunfo de la Revolución y muy especialmente a partir de Girón, mas ninguna dificultad ha podido doblegarnos. Estamos aquí y estaremos por la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica y el espíritu de sacrificio y revolucionario del pueblo de Cuba, que hace mucho tiempo hizo suyo el concepto de que el socialismo es la única garantía para seguir siendo libres e independientes.
Muchas gracias.
sábado, 18 de diciembre de 2010
Los cien años del gordo de Trocadero.
Por Iván García.
José Lezama Lima (1910-1976) aún no se ha ido. Esa es la vibración personal que se siente cuando usted visita la casa museo del maestro de la prosa cubana en la calle Trocadero, en el centro de La Habana.
No hace falta ser médium para notar la respiración asmática y cansina del gordo Lezama mientras se recorre la vivienda de uno de los más grandes escritores de este verde caimán.
El intelectual cubano nació el 19 de diciembre de 1910. Y como casi todos los genios, fue un tipo incomprendido por su tiempo. Su padre, José Lezama Rodda, de ascendencia vasca, fundó y perdió en Cuba sus negocios en la producción de azúcar.
Rosa Lima Rosado, la madre, formaba parte de una familia de pensamiento independentista. A fines del siglo 19 se vio obligada a partir de la isla. Conoció y colaboró con el prócer humanista José Martí en su exilio de la Florida.
Lezama Lima tuvo dos hermanas: Rosa y Eloísa, ya fallecidas. De chico, como todo buen habanero, jugó béisbol y formó piquetes encendidos con sus amigos del barrio. Era ‘infielder’ (jugador defensivo) y no tenía malas manos.
Pero un día, siendo adolescente, sus amigos fueron a buscarlo para un partido y Lezama les dijo: "Hoy no salgo, me voy a quedar leyendo". Había comenzado la lectura del Banquete de Platón. Tenía 15 años y desde los 8 leía con avidez a Salgari y Dumas. También a Cervantes y su Quijote.
Luego se hizo abogado. Y comienza a trabajar en un simple puesto de secretario del Consejo Superior de Defensa Social, en la cárcel del Castillo del Príncipe, la principal de La Habana de entonces. Ya por esa fecha era un grande de las letras.
En 1937 se publica el poemario La Muerte de Narciso, escrito en 1931. En su día, otro gigante, Cintio Vitier, afirmó: "Toda la poesía de Mariano Brull, Emilio Ballagas, Eugenio Florit, como brujas montadas en escobas, salieron disparadas por una ventana cuando yo leía Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo, el verso inicial de La Muerte de Narciso. La poesía cubana había cambiado en una sola noche".
Después vino su andar por revistas culturales de altos vuelos, editadas en Cuba en las décadas de 1940-50. Fue en Orígenes, quizás, donde Lezama Lima dejó su impronta de escritor.
En 1959 llega el comandante Fidel Castro y su huracán de reformas radicales.Tanto machismo y testosteronas inquietas; el estilo caudillista y un desprecio olímpico a los libre pensadores, causó más de un problema al descomunal José Lezama.
A pesar de estar casado desde 1964 con María Luisa Bautista, destacada profesora de literatura, el gordo Lezama era un gay discreto. Sin salir del armario. Ya se sabe cómo el gobierno de Castro se las gastaba por esa época con los homosexuales.
Eran tiempos turbulentos. Quienes tuvieran orientaciones sexuales diferentes podían a prisión o a especie de campos de concentración denominados UMAP (unidades militares de apoyo a la producción). Y aunque Lezama nunca llegó a recibir un castigo severo, sufrió lo suyo. El escándalo mayúsculo llegó en 1966.
El nombre de ese escándalo fue la novela suprema de la literatura cubana: Paradiso. Tuvo una edición limitada. Y puso en jaque a la férrea censura estatal, que siempre la tuvo como literatura sospechosa, burguesa y contrarrevolucionaria. Las aventuras sexuales de José Cemí inquietaron a los jerarcas criollos, que veían en los maricones y la sodomia, un peligro latente al hombre nuevo soñado por el Che.
Pese a todo, el Maestro jamás quiso abandonar su patria. En ella estaba su musa. Su casa de Trocadero era su "cogollito", como solía decir. Y allí se enclaustró entre lecturas. A cal y canto.
Años duros. Las penurias económicas afectaban a la población. Y Lezama, un sibarita incurable, sufría de hambre real. Se desquitaba con creces cuando algún amigo foráneo lo invitaba a cenar. Cuentan que en recepciones en embajadas occidentales, ciertas noches de apetito feroz, Lezama devoraba un ejército de croquetas y canapés.
Murió en agosto de 1976, con una fama apagada por la censura y un reconocimiento oficial de bajo perfil. Después convirtieron en exquisito su cadáver. Una norma del gobierno de Fidel Castro con las figuras de intelectuales críticos o poco leales al régimen. Una vez enterrados, claro.
Cien años cumple el gordo que vivió y murió en la casa número 162 de la calle Trocadero. Su gruesa anatomía anda suelta por el hogar reconvertido en museo. Si mientras recorre el recinto siente la tos y el resuello asmático del Maestro, no se asuste. Es Lezama que quiere darle su saludo.
José Lezama Lima (1910-1976) aún no se ha ido. Esa es la vibración personal que se siente cuando usted visita la casa museo del maestro de la prosa cubana en la calle Trocadero, en el centro de La Habana.
No hace falta ser médium para notar la respiración asmática y cansina del gordo Lezama mientras se recorre la vivienda de uno de los más grandes escritores de este verde caimán.
El intelectual cubano nació el 19 de diciembre de 1910. Y como casi todos los genios, fue un tipo incomprendido por su tiempo. Su padre, José Lezama Rodda, de ascendencia vasca, fundó y perdió en Cuba sus negocios en la producción de azúcar.
Rosa Lima Rosado, la madre, formaba parte de una familia de pensamiento independentista. A fines del siglo 19 se vio obligada a partir de la isla. Conoció y colaboró con el prócer humanista José Martí en su exilio de la Florida.
Lezama Lima tuvo dos hermanas: Rosa y Eloísa, ya fallecidas. De chico, como todo buen habanero, jugó béisbol y formó piquetes encendidos con sus amigos del barrio. Era ‘infielder’ (jugador defensivo) y no tenía malas manos.
Pero un día, siendo adolescente, sus amigos fueron a buscarlo para un partido y Lezama les dijo: "Hoy no salgo, me voy a quedar leyendo". Había comenzado la lectura del Banquete de Platón. Tenía 15 años y desde los 8 leía con avidez a Salgari y Dumas. También a Cervantes y su Quijote.
Luego se hizo abogado. Y comienza a trabajar en un simple puesto de secretario del Consejo Superior de Defensa Social, en la cárcel del Castillo del Príncipe, la principal de La Habana de entonces. Ya por esa fecha era un grande de las letras.
En 1937 se publica el poemario La Muerte de Narciso, escrito en 1931. En su día, otro gigante, Cintio Vitier, afirmó: "Toda la poesía de Mariano Brull, Emilio Ballagas, Eugenio Florit, como brujas montadas en escobas, salieron disparadas por una ventana cuando yo leía Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo, el verso inicial de La Muerte de Narciso. La poesía cubana había cambiado en una sola noche".
Después vino su andar por revistas culturales de altos vuelos, editadas en Cuba en las décadas de 1940-50. Fue en Orígenes, quizás, donde Lezama Lima dejó su impronta de escritor.
En 1959 llega el comandante Fidel Castro y su huracán de reformas radicales.Tanto machismo y testosteronas inquietas; el estilo caudillista y un desprecio olímpico a los libre pensadores, causó más de un problema al descomunal José Lezama.
A pesar de estar casado desde 1964 con María Luisa Bautista, destacada profesora de literatura, el gordo Lezama era un gay discreto. Sin salir del armario. Ya se sabe cómo el gobierno de Castro se las gastaba por esa época con los homosexuales.
Eran tiempos turbulentos. Quienes tuvieran orientaciones sexuales diferentes podían a prisión o a especie de campos de concentración denominados UMAP (unidades militares de apoyo a la producción). Y aunque Lezama nunca llegó a recibir un castigo severo, sufrió lo suyo. El escándalo mayúsculo llegó en 1966.
El nombre de ese escándalo fue la novela suprema de la literatura cubana: Paradiso. Tuvo una edición limitada. Y puso en jaque a la férrea censura estatal, que siempre la tuvo como literatura sospechosa, burguesa y contrarrevolucionaria. Las aventuras sexuales de José Cemí inquietaron a los jerarcas criollos, que veían en los maricones y la sodomia, un peligro latente al hombre nuevo soñado por el Che.
Pese a todo, el Maestro jamás quiso abandonar su patria. En ella estaba su musa. Su casa de Trocadero era su "cogollito", como solía decir. Y allí se enclaustró entre lecturas. A cal y canto.
Años duros. Las penurias económicas afectaban a la población. Y Lezama, un sibarita incurable, sufría de hambre real. Se desquitaba con creces cuando algún amigo foráneo lo invitaba a cenar. Cuentan que en recepciones en embajadas occidentales, ciertas noches de apetito feroz, Lezama devoraba un ejército de croquetas y canapés.
Murió en agosto de 1976, con una fama apagada por la censura y un reconocimiento oficial de bajo perfil. Después convirtieron en exquisito su cadáver. Una norma del gobierno de Fidel Castro con las figuras de intelectuales críticos o poco leales al régimen. Una vez enterrados, claro.
Cien años cumple el gordo que vivió y murió en la casa número 162 de la calle Trocadero. Su gruesa anatomía anda suelta por el hogar reconvertido en museo. Si mientras recorre el recinto siente la tos y el resuello asmático del Maestro, no se asuste. Es Lezama que quiere darle su saludo.
Cinco cadáveres políticos del 2011.
Por Moisés Naim.
Hosni Mubarak tiene 81 años y ha sido presidente de Egipto desde 1981. Fidel Castro ha cumplido 85 y durante medio siglo ejerció el poder supremo de Cuba. A sus 83 años, el rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, es el jefe de Estado más longevo: comenzó en 1946. Abdalá ibn Abdulaziz, el rey de Arabia Saudí, ya sobrepasa los 86 años. El "Líder Supremo" que también se hace llamar "El Querido Líder", "Nuestro Padre", "El General" y "Generalísimo" va a cumplir 70 años y es, en realidad, el cruel tirano de Corea del Norte: Kim Jong-il.
Los cinco están muy enfermos, y es probable que alguno muera en 2011. Pero aunque ello no suceda, su debilidad física se traduce en una debilidad política que obligará a sus países a pasar por complicados e impredecibles cambios en la estructura de poder. Las convulsiones políticas provocadas por estas transiciones trascenderán las fronteras de estos cinco países.
Egipto es un jugador fundamental en el mundo árabe y la influencia cubana en América Latina es conocida. Lo que sucede en Arabia Saudí determina lo que usted paga por la gasolina de su coche, y un conflicto armado entre las dos Coreas tendría efectos inmediatos sobre la economía mundial. De hecho, la reciente exacerbación de la belicosidad de Corea del Norte esta íntimamente ligada al proceso de sucesión. El precario equilibrio político de Tailandia podría fácilmente saltar en pedazos con el fallecimiento de su rey, y el eventual desbordamiento de las tensiones hacia sus vecinos desestabilizaría el Sureste asiático.
A pesar de las inmensas diferencias de todo tipo -culturales, económicas, geográficas, sociales-, es sorprendente descubrir cuán similares son estos cinco países en cuanto a los procesos de sucesión de sus actuales líderes.
Todo queda en familia. Fidel le ha dejado el poder a su hermano Raúl. Kim Jong-il ha designado como sucesor a su hijo de 26 años, Kim Jong-un, quien, gracias a sus desconocidos méritos militares, acaba de ser ascendido a general de cuatro estrellas. Por ley hay que referirse a él como "Brillante Camarada". Hosni Mubarak está haciendo lo posible para que su hijo Gamal asuma el poder. Si George H. Bush y George W. Bush fueron presidentes, se preguntan los Kim o los Mubarak, ¿por qué nosotros no?
En el caso de los reyes la sucesión familiar es más obvia. Y también más complicada. El rey Abdalá designó como heredero a su hermanastro, el príncipe Sultán bin Abdulaziz. El problema es que el delfín también es octogenario. Y ha sufrido, o aún sufre, de cáncer. Allí las decisiones sucesorias se toman en un complicado y secreto proceso de negociación entre las diferentes facciones de la familia real saudí. Lo mismo ocurre en Tailandia. El hijo del rey, el príncipe Maha Vajiralongkorn (57 años) es el heredero natural. Pero mientras que su padre es venerado, el príncipe es temido e impopular. Su controvertida vida amorosa, su adoración por Fu-Fu, su perro poodle que tiene rango militar y al que a veces sienta en los banquetes, y los constantes rumores sobre sus malas amistades contrastan con la admiración hacia su hermana, la princesa Sirindhorn. Uno de los escenarios posibles es que, en el lecho de muerte, el rey pueda saltarse a su hijo y designar a la princesa o a uno de sus nietos. En todo caso, lo último que necesita la atribulada Tailandia es que a las violentas confrontaciones políticas en la calle se le sumen confrontaciones en el palacio real.
Hijos, hermanos y… generales. Otro denominador común en estos cinco países es el papel determinante que desempeñan las fuerzas armadas en la selección del sucesor del líder actual. Todos estos gobiernos dependen de los militares para mantenerse en el poder. En Egipto, la falta de experiencia castrense del hijo del presidente y sus promesas de reformas económicas y políticas no le han granjeado simpatías entre los generales. Raúl Castro no solo es el hermano de Fidel, sino que durante décadas estuvo al frente de las fuerzas armadas. En Arabia Saudí, los príncipes que controlan el estamento militar o los servicios de inteligencia son los mejor situados para la sucesión, o al menos tienen una influencia determinante en el proceso de selección. En Corea del Norte, lo más probable es que quien gobierne, una vez desaparecido el "Querido Líder", no sea su hijo el "Brillante Camarada", sino una junta militar. En Tailandia, los generales tienen una larga tradición de golpes y de intervención en asuntos de Estado. La muerte del rey exacerbaría estas propensiones.
La edad no perdona. "No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista", reza el viejo dicho. Los autócratas que buscan extender su mandato mas allá de su muerte, dejando en el poder a su hijo o a su hermano, violan este precepto y tratan de que haya males que duren más de cien años. En algunos casos lo lograrán. En otros, el cuerpo (es decir, la sociedad) no lo aguantará. Ya lo veremos en 2011.
Hosni Mubarak tiene 81 años y ha sido presidente de Egipto desde 1981. Fidel Castro ha cumplido 85 y durante medio siglo ejerció el poder supremo de Cuba. A sus 83 años, el rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, es el jefe de Estado más longevo: comenzó en 1946. Abdalá ibn Abdulaziz, el rey de Arabia Saudí, ya sobrepasa los 86 años. El "Líder Supremo" que también se hace llamar "El Querido Líder", "Nuestro Padre", "El General" y "Generalísimo" va a cumplir 70 años y es, en realidad, el cruel tirano de Corea del Norte: Kim Jong-il.
Los cinco están muy enfermos, y es probable que alguno muera en 2011. Pero aunque ello no suceda, su debilidad física se traduce en una debilidad política que obligará a sus países a pasar por complicados e impredecibles cambios en la estructura de poder. Las convulsiones políticas provocadas por estas transiciones trascenderán las fronteras de estos cinco países.
Egipto es un jugador fundamental en el mundo árabe y la influencia cubana en América Latina es conocida. Lo que sucede en Arabia Saudí determina lo que usted paga por la gasolina de su coche, y un conflicto armado entre las dos Coreas tendría efectos inmediatos sobre la economía mundial. De hecho, la reciente exacerbación de la belicosidad de Corea del Norte esta íntimamente ligada al proceso de sucesión. El precario equilibrio político de Tailandia podría fácilmente saltar en pedazos con el fallecimiento de su rey, y el eventual desbordamiento de las tensiones hacia sus vecinos desestabilizaría el Sureste asiático.
A pesar de las inmensas diferencias de todo tipo -culturales, económicas, geográficas, sociales-, es sorprendente descubrir cuán similares son estos cinco países en cuanto a los procesos de sucesión de sus actuales líderes.
Todo queda en familia. Fidel le ha dejado el poder a su hermano Raúl. Kim Jong-il ha designado como sucesor a su hijo de 26 años, Kim Jong-un, quien, gracias a sus desconocidos méritos militares, acaba de ser ascendido a general de cuatro estrellas. Por ley hay que referirse a él como "Brillante Camarada". Hosni Mubarak está haciendo lo posible para que su hijo Gamal asuma el poder. Si George H. Bush y George W. Bush fueron presidentes, se preguntan los Kim o los Mubarak, ¿por qué nosotros no?
En el caso de los reyes la sucesión familiar es más obvia. Y también más complicada. El rey Abdalá designó como heredero a su hermanastro, el príncipe Sultán bin Abdulaziz. El problema es que el delfín también es octogenario. Y ha sufrido, o aún sufre, de cáncer. Allí las decisiones sucesorias se toman en un complicado y secreto proceso de negociación entre las diferentes facciones de la familia real saudí. Lo mismo ocurre en Tailandia. El hijo del rey, el príncipe Maha Vajiralongkorn (57 años) es el heredero natural. Pero mientras que su padre es venerado, el príncipe es temido e impopular. Su controvertida vida amorosa, su adoración por Fu-Fu, su perro poodle que tiene rango militar y al que a veces sienta en los banquetes, y los constantes rumores sobre sus malas amistades contrastan con la admiración hacia su hermana, la princesa Sirindhorn. Uno de los escenarios posibles es que, en el lecho de muerte, el rey pueda saltarse a su hijo y designar a la princesa o a uno de sus nietos. En todo caso, lo último que necesita la atribulada Tailandia es que a las violentas confrontaciones políticas en la calle se le sumen confrontaciones en el palacio real.
Hijos, hermanos y… generales. Otro denominador común en estos cinco países es el papel determinante que desempeñan las fuerzas armadas en la selección del sucesor del líder actual. Todos estos gobiernos dependen de los militares para mantenerse en el poder. En Egipto, la falta de experiencia castrense del hijo del presidente y sus promesas de reformas económicas y políticas no le han granjeado simpatías entre los generales. Raúl Castro no solo es el hermano de Fidel, sino que durante décadas estuvo al frente de las fuerzas armadas. En Arabia Saudí, los príncipes que controlan el estamento militar o los servicios de inteligencia son los mejor situados para la sucesión, o al menos tienen una influencia determinante en el proceso de selección. En Corea del Norte, lo más probable es que quien gobierne, una vez desaparecido el "Querido Líder", no sea su hijo el "Brillante Camarada", sino una junta militar. En Tailandia, los generales tienen una larga tradición de golpes y de intervención en asuntos de Estado. La muerte del rey exacerbaría estas propensiones.
La edad no perdona. "No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista", reza el viejo dicho. Los autócratas que buscan extender su mandato mas allá de su muerte, dejando en el poder a su hijo o a su hermano, violan este precepto y tratan de que haya males que duren más de cien años. En algunos casos lo lograrán. En otros, el cuerpo (es decir, la sociedad) no lo aguantará. Ya lo veremos en 2011.