Por Gustavo Silva.
Che Guevara entró a Bolivia por el camino trillado de los agentes ilegales de la Dirección General de Inteligencia (DGI) castrista: vía Praga. Llegó al campamento de Ñancahuazú (noviembre 7, 1966) y comenzó a organizar el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que nunca pasó de medio centenar de hombres. La fase preparatoria concluyó al entablarse de repente el primer combate (marzo 23, 1967), luego de que tres bolivianos desertaran y revelaran a las autoridades dónde se instalaba "el foco". De marzo a julio el ELN se batió con más o menos suerte contra el ejército, pero tuvo que dividirse a mediados de abril para ganar movilidad y cayó en aislamiento total. Hasta el Congreso Nacional de Trabajadores del Campo (junio de 1968) declaró que la guerrilla guevarista era "antinacional".
De julio a septiembre, el grupúsculo de Guevara se redujo de 25 a 16 hombres y el otro de 17, al mando de Vilo Acuña, fue aniquilado en Vado del Yeso (agosto 31). De paso quedó desarticulada la red urbana que Tamara Bunke había montado en La Paz. Entre septiembre 26 y agosto 8 de 1968, el "el foco" fue apagándose sin remedio. No podía ser menos, porque la reconstrucción ideológica de "ese fenómeno histórico denominado revolución cubana" no tiene arraigo dónde y cuándo solo cabe aplicar reglas de doctrina militar conforme al terreno. Así puede explicarse también que Castro perviva, sin ideólogos, como jefe del campamento "República de Cuba".
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