Por Laritza Diversent.
El vocabulario de los comunistas cubanos es difuso. El actual Presidente de los Consejos de Estado y de Ministro, en el mismos discurso dijo: "en 50 años de Revolución, en materia de consulta con el pueblo, tenemos suficiente experiencia". Quien lo escuche entendería que la dirigencia histórica tiene el hábito de preguntar al pueblo, sobre las decisiones que toman.
En términos políticos, las consultas populares se desarrollan por medio de referendos. Un proceso electoral, en el que el pueblo decide con su voto acerca de una ley, una acción del gobierno u otro asunto de interés común. En Cuba es diferente. Para los dirigentes cubanos, orientar el estudio de un discurso, como el Raúl castro el 26 de julio del 2007 en Camagüey, es sinónimo de consulta popular.
Por tanto cuando los escuchen decir, que consultaron al pueblo, entienda que 5 100 000 personas, menos de la mitad de los habitantes del país, asistieron a reuniones en sus centros de trabajo y Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Que solo 3.255.000 pidieron la palabra para opinar, y que de estos 1.301.203 hicieron planteamientos concretos, y críticos solo fue el 48 % de los mismos.
Las cifras las dio el mismo Raúl Castro, como para demostrar, que a la hora decidir las políticas tenía en cuenta la opinión de la población. En aquel entonces los datos que dio, según él, fueron la más reciente consulta que se realizo a nivel nacional.
Se le olvido mencionar la que realizaron a finales del 2008 con motivo de la adopción de la nueva ley de seguridad social. La ANPP encargo a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) someter a consulta popular el aumento en 5 años de los requisitos de edad y tiempo de servicios, para obtener el derecho a la pensión por vejez para ambos sexos de los trabajadores cubanos.
En este caso, sucedió lo mismo, 3.085.798 trabajadores, un 93, 8 % del total, en representación de más de 11 millones de habitantes, participaron de la consulta. Se produjeron más de 900.000 intervenciones, en las 85.301 asambleas que se celebraron al efecto.
Salvador Valdés Mesa, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, alegó ante el parlamento que se puso de manifiesto, la falta de conocimientos y dominio sobre las regulaciones de la seguridad social y los principios que la sustentan. En esas condiciones, no es de extrañar, que sólo un 0,9% de los trabajadores "consultados", no aprobaran la propuesta.
Por eso enfatizo en la necesidad de aprender a interpretar la retórica de la dirigencia comunista. Conocer el significado y extensión de los términos que utilizan para justificar, o aparentar una cierta legalidad, en sus maniobras. Estos es lo que nos ayudaría a predecir y prevenir, con argumentos sólidos, las reales intenciones de sus políticas.
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