Durante su intervención en las comisiones de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, no fue muy explícito en cuanto a cifras que definieran la marcha de la economía en el primer semestre del actual 2019. No obstante, algunas de sus evaluaciones cualitativas reflejaron varios de los problemas existentes.
Se mantiene la cadena de impagos entre las empresas estatales. Una anomalía que influye en las pérdidas que reportan no pocas entidades al finalizar el semestre. Además, se trata de un fenómeno asociado a lo que las autoridades definen como “delito económico”, pues muchos empresarios no pagan sus deudas porque se apropian del dinero recaudado por la entidad.
Persisten las deficiencias en la contabilidad de empresas y entidades. En ese sentido abundan los centros laborales a los que les cuelga el membrete de “Contabilidad no certificada”. Es decir, que sus estados financieros son pura formalidad, ya que no reflejan realmente los hechos económicos que allí tienen lugar.
Por último, dos noticias que deben de preocupar sobremanera al presidente Díaz-Canel, por cuanto atentan contra su llamado a adoptar medidas que impidan la aparición de un proceso inflacionario como consecuencia de un exceso de circulante sin contrapartida en bienes y servicios. Una de ellas se relaciona con los pagos sin respaldo productivo que ejecutaron algunas empresas. Y la otra información da cuenta de que al cierre de junio se incumplió el plan de circulación mercantil minorista.
En lo relacionado con la construcción de viviendas, se dio a conocer que de un plan anual de 32 mil 899 viviendas a terminar, al cierre del semestre se habían terminado 15 mil 242, lo que significa un 46%. Lo anterior implica que habrá que trabajar mucho para llegar al referido plan anual. Por otra parte, las autoridades reconocieron que no se está cumpliendo con la exhortación de Díaz-Canel de que cada municipio del país construya una vivienda por día. La carencia de materiales de construcción, sobre todo aquellos que deben de fabricarse a nivel territorial, ha incidido en los citados incumplimientos.
A pesar de la algarabía montada en torno a la entrada en servicio de los nuevos coches ferroviarios de procedencia china, el sector del transporte ha salido mal parado durante las sesiones de las comisiones de trabajo. Una reciente fiscalización de su actividad arrojó las siguientes deficiencias en el servicio de ómnibus urbanos: insuficiente oferta y mala calidad del servicio, impuntualidades e incumplimientos de itinerarios, paradas indebidas, maltrato a pasajeros, condiciones inadecuadas en varias terminales, así como la no correspondencia del precio con la calidad del servicio que ofertan.
No se cumple con el plan de transportación de pasajeros, cuya ejecución real resulta inferior a igual período del año anterior. A ello contribuyen la falta de piezas de repuesto para los ómnibus, la poca organización del trabajo, las indisciplinas y la escasez de combustible. Se dijo que, solo en La Habana, existe un déficit de 150 choferes de ómnibus urbanos, lo que ocasiona que se dejen de transportar diariamente alrededor de 25 mil personas.
Al final, los directivos del Ministerio del Transporte anunciaron que ya se estudian las normas jurídicas para un nuevo “reordenamiento” del servicio de taxis privados en la capital, pues el experimento puesto en práctica meses atrás no había dado los resultados previstos.
Sin dudas, un motivo de preocupación para esos cuentapropistas, y también para los pasajeros que necesitamos de ese servicio.
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