Por Raúl Rivero.
La visita que realizarán a Cuba los Reyes de España, entre el 12 y el 14 de noviembre próximo, no tiene siquiera la intención de simular un viaje a un país democrático. El anuncio de que no recibirán a ningún representante de la oposición pacífica cubana, revela claramente que el viaje de los monarcas se realiza, con todas las de la ley, a una dictadura genuina que el gobierno español bendice.
A lo largo de su estadía en La Habana, Felipe y Letizia tendrán reuniones y pachangas con representantes del régimen y con personajes de la colonia española que vive en Cuba, empresarios y gente de la sociedad civil. Estarán también en festejos oficiales por el 500 aniversario de la ciudad con mojitos, tríos y manganzones con guayaberas de hilo y, cómo no, depositarán una ofrenda floral dedicada a José Martí.
Algunos medios madrileños de prensa admiten que el hecho de que los Reyes no se encuentren con opositores, se debe a una agenda específica del gobierno de Pedro Sánchez, quien ya dio el ejemplo y marcó las distancias de España con los demócratas cubanos, porque a principios de año, visitó la Isla y no recibió a ningún representante de los derechos humanos ni de la oposición.
Así las cosas, el viaje real puede verse como un respaldo pleno y sin vergüenza al régimen cubano, mientras que las autoridades ibéricas ordeñan con pasión de aficionado, la retórica política para expresar que con el viaje se trata de “resaltar lo histórico, corregir una anomalía y normalizar las relaciones con la isla caribeña.”
Los Reyes viajarán a acompañados de Josep Borrell, el canciller español, y una nota publicada en la prensa oficial cubana, destaca que la visita “servirá para reflejar, al más alto nivel, la excelencia e intensidad de las relaciones bilaterales, entre la República de Cuba y el Reino de España».
Uno de los funcionarios más felices y entusiasmados por la llegada de los Reyes de España a Cuba es Bruno Rodríguez Parrilla, el ministro isleño de relaciones exteriores. El hombre dijo que el viaje será una contribución significativa de las relaciones entre La Habana y Madrid y que los viajeros “recibirán la cálida acogida y hospitalidad de todos los cubanos.”
La realidad es que los Reyes sólo verán a los funcionarios inscritos en la nómina gubernamental y no visitarán un país, conocerán un segmento enfermo de la sociedad, donde se mueven los que mandan.
Los hombres libres estarán lejos, en su batalla de todos los días.
0 comments:
Publicar un comentario