lunes, 9 de noviembre de 2020

Cuba y las elecciones en Estados Unidos.

Por Iván García.

Cubanos seguidores de Trump en Miami.

Mientras Yulia, 31 años, empleada de un hotel en Miami Beach, votaba en un colegio de Hialeah, su madre Miriam, que elabora cakes para bodas y cumpleaños, hacía una cola de tres horas en una sucursal de Western Union en La Habana para cobrar 200 dólares enviado por su hija desde Estados Unidos.

Después de votar, Yulia compartió con sus allegados un grupo de fotos por Instagram y WhatsApp vestida con una camiseta de las barras y las estrellas y un sombrero de copa con el lema Make America Great Again. Yulia votaba por primera vez. En las redes sociales contaba su experiencia. “Imagínate, acá la boleta de votación es inmensa. Hay una lista grandísima de candidatos. Además de elegir al presidente, se vota para elegir a congresistas y senadores. Y en el caso de la Florida, para aprobar una ley que suba el salario minino”, comentaba y añadía:

“Yo voté por Trump, pues en los meses que estuve sin trabajo el presidente aprobó un pago de 1,200 dólares y posteriormente de 750 a quienes quedamos desempleados. Con la pandemia, el turismo en Miami se afectó grandemente. Pero gracias a Trump, una parte importante de los que trabajamos no nos vimos afectados. Los demócratas son solos promesas que luego al final incumplen”.

Su madre, sin embargo, deseaba que Joe Biden saliera vencedor. “No sé mucho de política, pero Trump odia a los inmigrantes y a los latinoamericanos. Además sus medidas han afectado a la gente en Cuba, no al gobierno”.

Yulia dice entender la posición de su madre y de muchos cubanos. “El gobierno te hace ver todos los días que los problemas que padecen es por culpa del bloqueo y Trump. Entonces las personas creen que un presidente demócrata permitiría los cruceros, autorizaría los viajes a los estadounidenses y no pondría tope al envío de dinero a Cuba. Piensan de manera egoísta. No les importa que el régimen los tenga con el pie apretándole el cuello. Obama se dio la lengua con Raúl Castro y los cubanos siguieron igual de jodidos que como están ahora”.

Los cubanos residentes en la Florida tienen opiniones divididas a la hora de elegir un nuevo presidente. Como en las elecciones de 2016, el gran derrotado en estos comicios son las encuestadoras y la gran prensa estadounidense. Se optó por el camino más fácil. Ridiculizar a Trump, un ególatra y arrogante de libro, pero es evidente que debe tener cualidades que en cuatro años le han posibilitado sostener y aumentar su considerable base electoral.

La campaña de los medios, y sus repetidos clichés, tergiversó la realidad. No es posible que la mayoría de los votantes de Trump sean estadounidenses blancos, sin estudios universitarios, poco listos y residentes en la América profunda. Eso no es serio. Es evidente que incluso entre los hispanos y los afromericanos Trump también tiene seguidores.

Andrés, un cubano que lleva dos décadas viviendo en Estados Unidos, considera que la prensa sale mal parada de nuevo en estas elecciones. “Gane Trump o Biden, han pintado a Trump como una caricatura. Yo voté por Trump, porque soy dueño de un pequeño negocio y creo que sus políticas económicas me favorecen”.

Raydel Fernández, vice director de un banco, piensa que a pesar de que Trump es políticamente incorrecto y lo quieran pintar como un payaso, “es un tipo que supo plantarle cara a los chinos, exigirle a los países europeos de la OTAN el pago del dos por ciento del PIB en gastos de defensa, generar crecimiento económico sostenido hasta la llegada de la pandemia y uno de los pocos presidentes estadounidenses que no ha comenzado una guerra durante su mandato”.

Trump despierta pasión y odio en igual proporción. Es difícil enmárcalo en una determinada ideología. Altos funcionarios del régimen cubano esperan descorchar botellas de champán si Biden gana las elecciones. Sin embargo en Vietnam, regido por el partido comunista, pero con economía de mercado, un 80 por ciento de la población apoya a Trump, por su estrategia con China, acérrimo adversario de Hanoi.

Entre los cubanos de la Isla la victoria de Biden parecía cantada. Alberto, ex funcionario del MINREX, estaba convencido de que las elecciones de 2020 serían un paseo militar para el candidato demócrata. “Trump es el peor presidente que ha tenido Estados Unidos. Y con su mal desempeño en el tema de la pandemia creía que el 20 de enero abandonaría la Casa Blanca”.

En Cuba, donde más se han seguido las elecciones de Estados Unidos ha sido en el sector intelectual, la disidencia y los medios estatales. Para los cubanos que hacen colas todos los días, las elecciones no fueron una prioridad. “Me da igual quien gane en Estados Unidos. Mi problema lo tengo en Cuba y es pelear todos los días para resolver comida y conseguir dinero que me permita sobrevivir en esta locura”, comenta Ignacio, vendedor de jabas de nailon en un portal de la Calzada de Diez de Octubre, al sur de La Habana.

Ana, ingeniera, expresa que le llama la atención que en un país donde la gente vota como zombi para elegir un candidato del Poder Popular que nada resuelve, la gente se preocupe por el ganador de las elecciones en Estados Unidos. “Donde debemos exigir plebiscito y poder elegir directamente al presidente es en Cuba. Ni Trump ni Biden van a sacarnos del bache en que estamos. Me molesta que la prensa oficial sea experta en el tema de las elecciones en Estados Unidos y no diga una palabra del descontento que hay en las calles”.

En la noche del martes 3 de noviembre, muchos habaneros siguieron las elecciones por el canal Rusia Today en español, que durante 24 horas transmite en la Isla. Otros, a través de las ediciones digitales de Diario Las Américas, El País, Univisión y la edición en castellano del New York Times. Simultáneamente por WhatsApp un grupo de periodistas independientes compartíamos informaciones.

Al filo de las diez de la noche parecía que Biden saldría elegido. Tres horas después cambió el panorama. El mapa virtual se iba coloreando de rojo. Y a una velocidad alucinante Trump recortaba los votos electorales con respecto a Biden. La edición especial de Diario Las Américas tuvo que cerrar sin dar un ganador. Los seguidores de Biden buscaban explicaciones. Iliana Lavastida, directora de DLA, aclaró que no siempre el resultado de las encuestas se puede tomar como referencia, porque “muchas de esas encuestas son pagadas por grupos con determinados intereses partidistas”.

A las tres de la madrugada todos nos fuimos a la cama sin saber quién era el vencedor, aunque contradictoriamente Trump se declaraba ganador y a su vez expresó que iniciaría una demanda legal por supuesto fraude.

Por vez primera en Estados Unidos, un presidente de facto acusa de fraude al sistema electoral. La gran preocupación es qué va a pasar de ahora en adelante. La madurez de la democracia estadounidense está a prueba.

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