Por Martha Beatriz Roque Cabello.
Cuba y su historia, más Fidel Castro.
Hace algunos años corrió por las redes un video que mostraba la ignorancia sobre la historia y la geografía de algunas personas en Cuba. Una de las más graciosas -si se pudiera decir que algo tan bochornoso cause gracia- fue una maestra que daba clases en un preescolar, a quien le preguntaron de qué provincia era Maceo y no lo supo decir, a lo que respondió: “lo mío son las feméride (efemérides)”. ¡Pobres niños con ese mal comienzo!
Pero hace apenas un mes el debate de unas estudiantes de Secundaria Básica se llevó el trofeo al “desconocimiento histórico”. Las adolescentes, al parecer de séptimo grado, estaban en uniforme, escondidas detrás de una columna y fumando. Allí discutían de un trabajo práctico o algo así, y una afirmaba que Martí había ido a Santiago de Cuba para dirigir el Asalto al Moncada. Las otras le rebatieron, a lo que ella contestó: “¿Y cómo fue el autor intelectual?”.
Estas dos anécdotas pueden dar una idea del desconocimiento de la historia en Cuba, y no solo de los estudiantes, sino también de personas graduadas con títulos universitarios, incapaces de situar en tiempo y espacio muchos hechos relevantes de las guerras de independencia de nuestro país.
Si usted pone atención a las figuras estampadas en los billetes de pesos cubanos que ahora circulan hasta la denominación de 1.000 se percatará de lo irrespetuosos que han sido hasta con los mártires. Entre el billete de un peso y el de cinco apareció el de 3 pesos, con la imagen del Che, convirtiéndolo en una figura más importante que algunos de los que lucharon en las guerras de independencia. Entre la denominación de 10 y 50 está la de 20, con Camilo Cienfuegos. La de 200 muestra a Frank País, antes que a Ignacio Agramonte, que es el billete de 500. Y por último, el billete de mil tiene el retrato de Julio Antonio Mella.
Como se puede apreciar, el régimen ha querido convertir en personajes de mayor importancia histórica a algunos que no tuvieron participación en la independencia de Cuba de la metrópoli española, y de esa forma tergiversan los hechos.
El grupo contestatario “Compromiso Democrático” pretende, dentro de sus líneas de trabajo, colocar en diferentes lugares del país pensamientos de José Martí y de otros destacados luchadores de las guerras del Siglo XIX. Pero esto resulta inadmisible para la dictadura, ya que en estos pensamientos se difunden las inclinaciones democráticas del Apóstol, que no tienen nada que ver con el “antimperialismo” que quieren venderle al mundo, y con el que embuten el cerebro de los estudiantes. Cada vez que detectan un disidente con octavillas con cualquier tipo de pensamiento los arrestan, les hacen Actas de Advertencias y en algunos casos hasta los multan.
El próximo 28 de enero es el aniversario del nacimiento de José Julián Martí Pérez, algunos niños lo asocian a la casita de la calle Paula, lugar donde hace algún tiempo los llevaban ese día. Las condiciones económicas ya no permiten el traslado de los estudiantes de la capital a tan histórico lugar. Sin embargo, en las calles Prado y Cárcel hay un monumento al Apóstol que contiene una réplica de cuatro celdas bartolinas y la capilla de la Real Cárcel de La Habana, donde cumplió prisión a los 16 años.
Estos restos permanecen allí gracias al primer historiador de la Ciudad, Emilio Roig de Leuchsenring. En ese lugar fue internado Martí el 4 de abril de 1870, con el número de recluso 113, por el delito de infidencia, y a pesar de su corta edad fue condenado a 6 años de trabajo forzado.
Aunque los restos de esta prisión permanecen allí como monumento y un lugar de interés histórico, no todos los que pasan por el Parque de los Enamorados saben su significado.
Cuando Cuba alcance la democracia hay que escribir de nuevo la historia, tomando como base los antiguos libros de texto que narraban la verdadera situación de los que combatieron por la libertad de la nación.
También sería bueno que otros grupos trasladaran a la sociedad el pensamiento martiano como lo hace Compromiso Democrático, sería una forma de dignificar el natalicio del Apóstol en su 168 aniversario, a pesar de que la dictadura hostiga sin piedad a todo el que quiere difundir sus ideas fuera de los cánones establecidos.
Está demostrado que cuando en Cuba se quiere hacer algo de forma masiva se puede hacer, y en estos días está el ejemplo del apagón al Noticiero Nacional de Televisión de las 8 de la noche. Si usted camina por las calles de la capital son pocas las casas que tienen encendido el televisor en ese momento en el que se transmite lo que el pueblo ha dado por llamar “el menticiero”.
No se puede dejar a un lado uno de los pensamientos más cortos de Martí, pero también de los más conocidos: “Honrar, Honra”.
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