Por CubaNet.
Camilo Cienfuegos, Fidel Castro y Huber Matos entran a La Habana, 8 de enero de 1959 (foto: hubermatos.org)
El caso del comandante Huber Matos, condenado por el régimen de Fidel Castro a 20 años de prisión por “actos de sedición y traición” supuso un momento de ruptura de la coalición revolucionaria.
Huber Matos, maestro de escuela del pueblo de Manzanillo, en la otrora provincia de Oriente, fue miembro del Partido Ortodoxo.
Pasó a formar parte del Movimiento 26 de Julio y más tarde se unió al ejército rebelde de Castro en la Sierra Maestra. En las montañas alcanzó el rango de comandante en 1958 y, en enero de 1959, entró a La Habana junto a Castro.
Sin embargo, ese mismo año, en octubre, escribió a Castro una carta personal renunciando a su mando, en la que expresaba su deseo de volver a trabajar como maestro y que estaría motivada, según ha apuntado Roberto Jesús Quiñones, por su preocupación por la creciente influencia de los comunistas en el gobierno revolucionario de Cuba.
El 11 de enero de 1959, Matos había sido nombrado gobernador militar de la provincia de Camagüey.
Pero meses después, habiendo visto que Castro había acusado al presidente Urrutia de acciones que “rayaban” en la traición, poniendo en su lugar a Osvaldo Dorticós, y con los signos de penetración comunista en las fuerzas armadas cubanas, el comandante Matos decidió renunciar. El gobierno que había apoyado no parecía estar en el futuro de Cuba.
Tras la carta de dimisión, Fidel Castro lo tachó públicamente de traidor, el 21 de octubre de 1959 y envió al comandante Camilo Cienfuegos, uno de los líderes más populares de Cuba, a detenerlo.
Castro convocó una reunión del gobierno para discutir el destino de Matos. Raúl Castro y el Che Guevara estaban a favor de la ejecución. Tres ministros clave, Manuel Ray, Faustino Pérez y Felipe Pazos, cuestionaron la versión castrista de los hechos y fueron sustituidos inmediatamente por hombres leales a Castro.
Según los testimonios de Huber Matos, Camilo Cienfuegos se presentó en Camagüey el 21 de octubre “con el rostro desencajado”, para informarle de su arresto. Ese día recibió una llamada de Fidel, y aunque Matos no pudo escuchar lo que este decía, sí la respuesta de Camilo: “Hemos metido la pata. Esto se debió haber manejado de otra manera. (…) Tú dirás lo que quieras, pero esto que se ha hecho es una metedura de pata”.
Una semana después, cuando debía regresar a La Habana, Cienfuegos desapareció. El 28 de octubre, presuntamente salió del aeropuerto de Camagüey a las seis de la tarde, en un Cessna 310 C, acompañado solo por el piloto y un ayudante. Debía llegar a la capital dos horas y media después, pero esto nunca ocurrió.
El dictador Castro, evitando convertir a Matos en un mártir, decidió no ya someterlo al paredón, sino, en cambio, condenarlo a la cárcel.
El 11 de diciembre de 1959 comenzó el juicio del comandante y duró cinco días, después de los cuales fue condenado a 20 años de prisión, una sentencia que cumplió en su mayoría en la Isla de Pinos.
Matos salió de la cárcel el 21 de octubre de 1979 después de haber cumplido todos y cada uno de los días de su sentencia y se reunió con su familia en el exilio. Falleció en 2014 en Miami, tras su sufrir un ataque al corazón, a sus 95 años.
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