Por Lartiza Diversent.
"A votar por el merito y la capacidad". Esta es la propaganda gubernamental en la fase final del proceso electoral parcial, para elegir los diputados municipales que renovarán los órganos locales del Poder popular. Muchas consignas pero poca emotividad por parte de la ciudadanía, para ser, como dicen los comunistas, un proceso democrático por excelencia.
En este proceso los electores proponen, nomina y eligen, sin intervención de ningún "partido", a sus representantes políticos. Democracia significa "gobierno del pueblo" y esta solo se realiza mediante la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos.
En ese sentido los cubanos están totalmente desprovistos de los medios necesarios para transformar el medio en que viven, ni pueden controlar la actividad de los órganos políticos, económicos y administrativos de la comunidad.
Después de la elección, la única norma de relación entre delegados y electores se resume en la rendición de cuenta de los primeros a los segundo. Las reuniones se convierten en una recepción de quejas y lamentos, y los acuerdos, en casos sin solución. Precisamente porque el poder local es totalmente nulo.
La apatía de la población, respecto a estos cargos, es bastante visible. Elegir o ser elegido como delegado, no reporta utilidad en la vida social de la comunidad. Tampoco significa que las opiniones serán tenidas en cuenta a la hora de tomar decisiones políticas.
Los compromisos del elegido son de tipo ideológico, no con las necesidades de la población. Sus meritos se refieren a su vinculación con las organizaciones sociales y de masa y pesa mucho en ello su pertenencia a la membrecía del Partido Comunista de Cuba.
A nivel local, no hay resultados públicos verificables, gestionados por los delegados de la comunidad, que mostrar. Influye en gran medida, la falta de capacitación técnica de los nuevos electos para ejercer el cargo con eficiencia.
En la mayoría de los casos sucede que cuando están aprendiendo, llega nuevamente la renovación del órgano. Frente a las ineficiencias los electores tienen la revocación, igualmente innecesaria con el poco tiempo de mandato.
Sin embargo, votar cada dos años y medios no es suficiente para afirmar que en Cuba hay democracia. Principalmente porque el procedimiento de elección no garantiza la intervención de la población en los asuntos públicos que le afectan.
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