México tiene una política exterior "inexistente" y la postura española sobre Cuba es "cínica". El ex canciller mexicano Jorge G. Castañeda (Ciudad de México, 1953), que participó el miércoles en Madrid en la Conferencia Relaciones Internacionales Unión Europea-Estados Unidos-América Latina, afirma tajantemente en entrevista con EL PAÍS que la lucha del presidente mexicano, Felipe Calderón, contra el crimen organizado "nunca" tuvo una estrategia clara.
Quien fue ministro de Exteriores durante los primeros tres años del Gobierno de Vicente Fox (PAN) y más tarde precandidato independiente por la presidencia de México en 2006, afirma que Calderón ha tomado decisiones "sobre la marcha".
Cita una encuesta difundida en México la semana pasada, que indica que uno de cada cuatro mexicanos dice haber sufrido un delito y el 80% de la población cree que hay mayor inseguridad que hace tres años. Lo más alarmante: sólo el 23% piensa que Calderón ganará la guerra. "En Ciudad Juárez hay más violencia y la gente se siente más insegura que nunca. La decisión de sacar al Ejército y meter a la policía es lo que se debió de haber hecho desde un principio. Qué bueno que Calderón lo haga ahora, pero hubiera sido mejor que lo hiciera al inicio y no tanto tiempo después".
Pregunta. El FBI dijo la semana pasada que el cartel de Sinaloa ha ganado el control de Juárez tras dos años de pelear por la ciudad, la mayor vía de entrada de narcóticos a Estados Unidos. El semanario The Economist publicó en enero que de los más de 50.000 arrestos vinculados al crimen organizado realizados en México, sólo 941 correspondían a esta organización. ¿El Gobierno mexicano tiene una estrategia clara contra el narco?
Respuesta. Nunca la ha tenido. Yo no creo esas versiones que afirman que existe un pacto entre el Gobierno y el cartel de Sinaloa; más bien es que el presidente ha tomado decisiones sobre la marcha, y algunas han sido más atinadas que otras. El propio Gobierno reconoce que han muerto 22.700 personas desde que Calderón tomó el poder. La gente se siente más insegura que antes en el país y el deterioro de la imagen de México es inmenso.
P. ¿Cuál es la política exterior de Calderón?
R. Inexistente. Ha vuelto a las políticas priístas, de no buscar pleitos por el mundo salvo algunas pequeñas excepciones. La más importante, la posición mexicana con el cambio climático [la próxima Conferencia Internacional sobre Cambio Climático se efectuará en diciembre en Cancún]. Pero su posición con Cuba y Venezuela, de llevar la fiesta en paz sin opinar al respecto, es desafortunada. Al menos, aceptó volver al Consejo de Seguridad de la ONU. Será interesante ver su posición respecto al enriquecimiento de uranio de Irán.
P. ¿Y su opinión sobre la política exterior española?
R. La postura del Gobierno español con Cuba y Venezuela es vergonzosa, cínica, oportunista, indigna de un país como España y de un Gobierno socialista. Es anteponer los intereses mercantiles más mezquinos. Las posturas de los países no se miden con resultados, sino con la congruencia con los valores que cada país tiene.
P. A 10 años de que el PRI dejara el poder, ¿considera que la democracia en México se ha consolidado?
R. Creo que ha funcionado muy bien. Por primera vez en la historia del país el poder se gana y se pierde en las urnas. Parece fácil, pero no se había logrado hasta ahora. Es un avance enorme.
P. ¿Y si vuelve a la presidencia en las próximas elecciones presidenciales, en 2012?
R. No estoy tan seguro como otros de que el PRI volverá. Pero aunque volviera, no es el mismo partido ni el mismo sistema. Eso sí, son los mismos priístas, con los mismos defectos congénitos. Ellos no se curan, es como una condición. A mí no me preocupa la vuelta del PRI. Preferiría que no volviera, pero de ninguna manera significa un riesgo para la democracia en el país.
P. ¿Cuáles son los retos entonces?
R. El Estado de derecho en México es muy imperfecto. Los monopolios que controlan los poderes fácticos del país son más fuertes que nunca, el Estado no tiene la fuerza que tenía antes para controlarlos. Y no se ha roto con esta inercia porque no hay instituciones nuevas. Cuando hubo alternancia, el Gobierno decidió mantener las instituciones que existían en la época autoritaria. Se pensó que podían funcionar bien y no. No se toman decisiones, ni de derechas, ni de izquierdas, ni liberales, ni socialistas. Existe la misma relación entre poderes que existía cuando estaba el PRI. Sigue sin haber una segunda vuelta en las elecciones, no se puede llamar a un referéndum para modificar la Constitución. El gran defecto de la democracia mexicana es su parálisis. La iniciativa de reforma que Calderón envió en diciembre es esperanzadora pero no ha pasado nada. Ojalá suceda pronto.
P. ¿México ha perdido liderazgo en América Latina?
R. Eso es una falacia. México nunca tuvo liderazgo en la región. Eso es un invento de algunos mexicanos y de los periodistas. Las posiciones que le dieron prestigio, las condenas a los golpes de Estado, la decisión de no romper relaciones con Cuba, son posiciones que asumió solo, sin que le siguieran otros Gobiernos latinoamericanos.
P. ¿Brasil sí cumple con ese papel?
R. No es comparable. México tiene frontera con tres países y Brasil con nueve. Aunque no me parece que la discusión sobre quién tiene liderazgo o no sea útil.
P. La discusión viene a cuento por la supuesta relevancia de la región como economía emergente.
R. Son exageraciones que tienen que ver con el optimismo, que qué bueno que lo haya, pero yo no exageraría. En realidad la región tiene menor peso en el mundo que el que tenía hace unos años.
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