Por Taimí.
El miércoles 21 de julio de 2010, forenses rumanos exhumaron los cadáveres presuntos del ex dictador Nicolae Ceausescu (1918-1989), el que murió sin comprender, y su esposa Elena, enterrados en el cementerio militar de Ghencea, al oeste de Bucharest. Una hija del matrimonio, Zoia Ceausescu, demandó (2005) al ministerio de Defensa por la incertidumbre de que sus padres no fueron inhumados allí.
Zoia murió (2006) y su hermano Valentin, el único hijo sobreviviente de aquella pareja, prosiguió el caso, que ahora desemboca en su fase probatoria final. Los resultados de las pruebas de ADN se esperan antes de fin de año. Lo que al parecer no puede esperarse son estos dimes y diretes con el cadáver de Fidel Castro: casi seguro que ordenará incinerar, por si las moscas.
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