domingo, 2 de enero de 2011

¿La 'cuenta propia' o la cuenta de todos?

Por Luis Felipe Rojas.

Ahora ha comenzado la cuenta regresiva para el gobierno cubano. Un enjambre de hombres y mujeres hambrientos, perseguidos por el séquito de los Inspectores estatales y la chivatearía más ramplona se ha lanzado a la nueva ola de la iniciativa individual, la primigenia correa de transmisión de cualquier país en la era moderna, la pequeña empresa. Elaboradores de alimentos ligeros, molineros de piensos animales, bicitaxistas, recaderos, costureras y repasadores de ciencias y letras alistan sus mecanismos de marketing: la promoción y venta de sus productos.

Semanas atrás cuando fui a Bayamo, me encontré con Mirurgia, había llegado la noche antes de Cienfuegos donde compró unas telas a 'muy buen precio'. Con ellas confecciona trajes de payaso para niños, tanto para la venta como para alquiler. Los vi, tienen una factura impecable, su hermana que radica en Estados Unidos le envía revistas con los modelos, le compra botones y colgantes y los trajecillos parecen salidos de las mejores tiendas del 'primer mundo', no exagero, ya tiene pedidos desde Manzanillo y Santiago de Cuba. 'Ahora estoy sola, pero en cuanto recupere una inversión de hace dos meses, pongo a dos costureras más, cada una en su casa e intentaremos subir la producción, por ahora estamos solas en el mercado?, me dijo con el rostro iluminado'.

Desde que vino de la Bulgaria dominada por los soviéticos en los años '80, Adrián no se sentía tan animado por su negocio propio. 'Vendía carne de cerdo o carnero, uno o dos animales a la semana, pero cada vez que venden picadillo, masa cárnica o huevos por la libreta de racionamiento bajan las compras y eso atrasa las ventas', dijo y me enseñó el "Taller". 'Estudié tornería, esto es lo mío, con tres equipos que ponga a rodar será mejor que la compraventa de animales', indica.
Ahora ha armado tres bicitaxis, los pintará en una dos semanas y los arrendará a cualquier buen hijo de vecino.

Hoy alquilan los portales para vender discos con películas, rompen las rejas y sacan mostradores que entorpecen las aceras, arman un timbiriche para vender flores, o se ponen a vocear cualquier mercancía. Es la nueva escenografía social cubana. En torno a ellos hay animosidad, falsos optimismos y una expectativa nunca antes vista. Unos miran los toros desde la barrera, otros se lanzan al ruedo antes que cierren las compuertas, pero para muchos no es una opción, sino salida 'única'.

No creo que la liberalización de este tipo de fuerzas productivas sea el remedio del mal menor. Solo la libertad nos sacará del mal paso de medio siglo, pero este empeño de muchos me pone a pensarlos, a mirarlos, voy sin ojerizas hacia estas historias que me está contando mi entorno más cercano. Espero que a mis lectores no les molesten otros reportes que seguro vendrán en los primeros meses del 2011.

Ante el desempleo inminente o real, ¿qué puede hacer un pueblo que fue reconocido en los diversos confines por su laboriosidad y empeño.
Share:

0 comments:

Publicar un comentario