Canadienses, franceses, checos, chilenos e ingleses han sido detenidos o condenados por supuestas irregularidades. Varias empresas de Sudamérica y Europa fueron expulsadas del país. Agentes en uniforme verde irrumpen en una concesionaria de autos canadiense para clausurarla. Altos ejecutivos de la famosa fábrica de puros cubanos están detrás de las rejas. Un ex ministro es condenado a 15 años de prisión, reporta la AP.
Raúl Castro está acompañando los ajustes económicos para salvar su régimen con una batalla contra una corrupción endémica, que involucra desde directivos de grandes compañías estatales y ministerios, hasta empresarios extranjeros que hacen negocios con ellos.
El Gobierno dice que la cruzada es fundamental para garantizar la supervivencia del sistema socialista. Algunos hacen notar que la campaña, que causó escozor entre la comunidad de hombres de negocios, se produce en momentos en que la economía necesita financiación internacional para sacar adelante las reformas.
Analistas dicen que canadienses, franceses, checos, chilenos e ingleses han sido detenidos o condenados por presuntas irregularidades y que una gran cantidad de empresas pequeñas de Sudamérica y Europa fueron expulsadas del país.
La venta de automóviles y repuestos coreanos disminuyó este año cuando los dos principales distribuidores, ambos canadienses, fueron acusados de violar las leyes y productos como el vino chileno, jugos y pasta de tomates desaparecieron de las estanterías de los supermercados, siendo reemplazados a los pocos meses por otras marcas.
"Lo que se está haciendo en la lucha contra la corrupción no es campaña, es sistemático, permanente, hay una voluntad del Estado, del Gobierno", dijo a periodistas el fiscal general Darío Delgado la semana pasada.
Si bien el organismo sin fines de lucro Transparencia Internacional dice que en Cuba hay menos corrupción que en el promedio de los países y la ubica en el tercer lugar en la lista de naciones de Latinoamérica y el Caribe con menos delitos de este tipo, los casos adquieren dimensión especial porque el Estado controla casi toda la economía en la Isla.
Las compañías que quieren hacer negocios en Cuba deben presentar propuestas a funcionarios de nivel intermedio, que ganan unos 20 dólares al mes. No hay licitaciones para conceder contratos y nadie tiene que justificar las decisiones que se toman, lo que abre las puertas a la corrupción, según algunos empresarios. Las condiciones la crea el propio sistema.
"Un billete a mano para rellenar una guayabera".
Un importador sudamericano que durante una década venció productos en Cuba hasta que fue expulsado del país, en 2009, por supuesta corrupción, dice que los sobornos toman muchas formas: desde una suma pequeña de
dinero para gasolina, una comida gratis o una memoria USB para un "comprador internacional", hasta viajes al exterior gratis, computadoras, televisores de pantalla plana y grandes depósitos de dinero en cuentas bancarias en el exterior para algunos funcionarios.
"Las formas de persuasión, por así decir, son casi infinitas", expresó el hombre de negocios quien añadió con cierta ironía: "el empresario siempre tiene un billete para rellenar una guayabera".
Las autoridades cubanas no han dicho qué impacto podría tener la campaña en la economía de la Isla, pero han afirmado que la corrupción puede "destruir la revolución".
"Para nosotros la lucha contra la corrupción es de vital importancia", comentó la contralora general, Gladys Bejerano, la dura líder de esta tarea gubernamental.
"Aparentemente no produce muertes físicas de modo directo, no se escuchan bombas, no se derraman sangre dejan los cuerpos inertes porque destruyen la moral, la ética", expresó Bejerano. "Es lo único que pudiera destruir a la revolución porque (…) se mina por dentro los colectivos e instituciones", agregó.
Cuando designó a Bejerano contralora general en 2009, Raúl Castro alteró la cadena de mandos para que le respondiese directamente a él y al Consejo de Estado.
El propio general bromeó diciendo que Bejerano no era la figura más popular del Gobierno en las fiestas oficiales.
"No era bien vista por algunos la compañera Gladys Bejerano", expresó Castro al recordar que cuando la mujer realizaba labores de auditoría siempre alguien se quejaba: "Bueno, esto no ayuda".
"Algunos decían: 'Eso desmoraliza', ¡qué cosa es esa!, 'que la compañera Gladys es muy dura, dice las cosas muy duras'. Eso es lo que queremos, eso es lo que les exijo constantemente", afirmó Raúl Castro.
Los arrestos y las redadas han generado inquietud en la pequeña comunidad de empresarios extranjeros, un conjunto de individuos dispuestos a correr riesgos, que siempre se han mostrado inclinados tolerar cierto nivel de incertidumbre al hacer negocios con un Gobierno receloso ante la presencia foránea y que cambia de ideas con frecuencia.
Algunos ahora se sienten en la mira. Las medidas en su contra se intensificaron en 2009, cuando más de 150 extranjeros propietarios u operadores de negocios en Cuba fueron expulsados del país, según empresarios y una lista confidencial del Ministerio de Comercio Exterior conseguida por la AP, pero el ritmo de cierres de negocios y de arrestos aumentó en los últimos meses.
"Es como un terremoto", comentó un experto en comercio exterior que asesora a firmas que quieren ingresar al mercado cubano. Agregó que la campaña se produce en momentos en que Cuba comienza a resultar más atractiva para los inversionistas por las reformas económicas, que generan un incremento en la demanda de materiales para la construcción, repuestos de autos y otros productos usados por los comerciantes y por el sector turístico, en manos del Estado.
A pesar de los arrestos, acotó, muchas personas interesadas en invertir siguen visitando la Isla en la esperanza de entrar en su mercado.
"Este es un momento de oportunidad, pero también de un gran riesgo por lo que ocurre: Las detenciones, las clausuras", agregó en inglés el experto, quien solicitó el anonimato por temor a que revelar su identidad dañe sus relaciones con el Gobierno. "Todos están nerviosos. Todos miran nerviosos para saber quién es el próximo, quién es la próxima víctima".
Al menos seis investigaciones de corrupción.
Las autoridades admiten haber realizado al menos seis investigaciones de corrupción que involucraron a extranjeros en los dos últimos años, y que terminaron con 52 personas en prisión.
Pero por cada operación confirmada circulan rumores de otras acciones similares. La prensa, controlada por el Estado, rara vez informa de estas investigaciones, especialmente de aquellas que involucran a extranjeros. Los cubanos están acostumbrados a no tener transparencia, lo que hace que La Habana se convierta en un hervidero de intrigas.
El fiscal Delgado justificó que no se informe sobre estas investigaciones. "Existe toda la transparencia del mundo, pero en Cuba como en otros países los procesos investigativos tienen su regla y se da a conocer los elementos (...) cuando sea oportuno", dijo.
Entre las personas cuyos arrestos han sido confirmados por las autoridades figuran Alejandro Roca, ex ministro de Industrias Alimenticia, sentenciado en mayo a 15 años de prisión por sus vínculos con Río Zaza, una compañía chileno-cubana dirigida por Max Marambio, ex amigo de Fidel Castro que por años tuvo acceso a las altas esferas del poder.
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