Por Soledad Álvarez.
La desaparición del Ministerio del Azúcar en Cuba para que el sector tenga estructura y gestión empresarial pretende resucitar una industria en estado crítico que para algunos analistas consultados hoy por Efe no podrá recuperarse sin inversión extranjera.
Los medios cubanos informaron hoy de la decisión del presidente Raúl Castro de suprimir el histórico Ministerio del Azúcar, porque "en la actualidad no cumple ninguna función estatal", y crear el Grupo Empresarial de la Agroindustria Azucarera que deberá ser "capaz de generar con sus exportaciones moneda convertible para financiar los gastos propios".
La medida, que para muchos no ha sido una sorpresa, se produce después de que el año pasado Cuba reconoció la desastrosa situación del sector: en 2010 se registró la peor zafra del siglo en un país que en otras épocas tuvo en el "oro blanco" su principal motor económico.
La supresión del Ministerio del Azúcar (MINAZ) es para algunos observadores una "medida pragmática" que responde al interés de Raúl Castro de "desmantelar" estructuras burocráticas de corte soviético.
Para Omar Everleny, especialista del Centro de Estudios de la Economía Cubana (dependiente de la Universidad de La Habana), el objetivo de la medida es reactivar la industria del azúcar desde la gestión empresarial.
Según los cálculos de diversos especialistas, el Gobierno de Raúl Castro se ha marcado el objetivo de llegar a una producción de azúcar de dos millones de toneladas en uno o dos años, lo que supondría una mejora pero estaría aún lejos de los cuatro millones registrados a finales de los noventa, la producción tope que logró Cuba tras la caída del bloque soviético.
Muchos opinan que lograr ese objetivo no será posible sin inversión extranjera y, de hecho, algunos observadores intuyen en la eliminación del MINAZ y la creación del grupo empresarial un paso previo para introducir a futuros socios extranjeros, una posibilidad que se estudia desde hace tiempo.
La entrada de capitales externos en la industria azucarera -no en la parte productiva (cultivos) pero sí en la mejora de centrales y comercialización internacional del producto y derivados- tendría grandes posibilidades para Cuba y podría incluso elevar la producción a tres millones de toneladas en tres años, dijeron a Efe fuentes diplomáticas europeas.
Expertos cubanos y extranjeros apuntan a Brasil como uno de los países con más posibilidades de entrar en la industria azucarera cubana principalmente en la variante energética de los derivados de la caña.
Para los más pesimistas, la extinción del Ministerio de Agricultura es una "muerte anunciada" y la noticia de la "defunción" de la industria del azúcar en Cuba, justo en un momento en que es uno de los productos alimentarios con mejores precios internacionales y en el que la caña cotiza al haberse convertido en fuente generadora de biocombustible.
La destrucción del sector a lo largo de los últimos 50 años ha sido "el error más grande cometido en la historia de Cuba", según Óscar Espinosa, economista disidente y ex preso político del grupo de los 75 opositores que fueron encarcelados en la represión de la llamada Primavera Negra del 2003.
Espinosa también opina que la inversión extranjera es necesaria para reconducir la industria, pero no cree que nadie se atreva dada la coyuntura internacional, por la crisis económica, y la cubana con un plan de ajustes económicas que están siendo "muy limitados".
De acuerdo con los datos difundidos hoy, el nuevo grupo empresarial del azúcar estará compuesto de trece compañías provinciales de las que dependerán los 56 centrales activos que hay en Cuba, de los que 46 molerán en la próxima campaña.
No se ha precisado quién estará al frente del nuevo grupo empresarial, ni los planes para los miles de empleados públicos del MINAZ.
Entre 2002 y 2004, Cuba ya redujo el número de sus centrales de 156 a 61, eliminó más de 100.000 plazas de trabajo y disminuyó la superficie de cultivo de 2 millones de hectáreas a unas 750.000. EFE
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