Por Miguel Iturria Savón.
Los ingresos en divisas del sistema de consultorías jurídicas internacionales y notarías especiales –para extranjeros-, habilitados en cada provincia de Cuba por el Ministerio de Justicia, no aparecen en el Anuario de la Oficina Nacional de Estadísticas, pero deben ser una de las fuentes más rentables de la burocracia estatal, cuya avidez por la recaudación de dólares, euros y otras monedas fuertes no se corresponde con las demoras de los trámites, la falta de agua, aire acondicionado y la solemnidad de los funcionarios que atienden a quienes acuden a las mismas.
Tal vez la única amabilidad de estas oficinas sea el plegable informativo entregado a los visitantes en la casa matriz de la Consultoría Jurídica Internacional, ubicada en la calle 16 número 314 entre 3ra y 5ta, Miramar, La Habana, donde relacionan los servicios que brindan, el costo de los documentos a legalizar y la dirección de las sucursales en el resto del país, incluida Nueva Gerona en Isla de la Juventud.
La sucursal de la Consultoría Jurídica Internacional de La Habana radica en la calle 22, número 108 entre 3ra y 1ra, Miramar; mientras la Oficina de Servicios Notariales está en 5ta A número 405, entre 4 y 6, Miramar, donde se efectúan las ceremonias nupciales de ciudadanos extranjeros con cubanos.
Existe, además, la Consultoría Internacional de 24 entre 19 y 21, Vedado, habilitada para legalizar documentos notariales o registrales ante el Ministerio de Relaciones Exteriores, imprescindibles para quienes formalizan otras ciudadanías y pretenden viajar al extranjero.
Según el plegable, la Consultoría Jurídica Internacional es "un despacho de abogados que se destaca por su integridad, capacidad profesional y experiencia adquirida durante más de veinticinco años de labor". Brinda "servicios legales a personas naturales y jurídicas, nacionales y extranjeras, radicadas en Cuba y en el exterior". La asesoría y asistencia incluye "materias de derecho civil, familia, propiedad, administrativo, laboral, penal, económico, mercantil, financiero, tributario, marítimo, comercial, inversión extranjera y propiedad intelectual".
Como en Cuba las sociedades mercantiles, empresas mixtas, oficinas de representación y las agencias de viajes son negocios exclusivos del Estado, los ciudadanos de la isla que acuden a estas oficinas la perciben como un lugar de despojo monetario ante la necesidad de tramitar el cotejo y legalización de documentos, la formalización de matrimonio con extranjero, documentos migratorios como el permiso de viaje temporal, permiso de residencia en el exterior o la salida definitiva del país, valorados cada uno en 200 dólares; a lo cual se suma la obtención previa del pasaporte en 55, o la prórroga del mismo en 30.
Quienes contraen matrimonio con extranjeros deben desembolsar el arancel notarial de 525 USD, más 100 por protocolización, 75 por inmediatez y cien pesos en sellos en moneda nacional. Al dar la primera firma el contrayente foráneo mostrará al notario la legalización de sus documentos en el consulado cubano de su país, al cual abonó 500 euros o dólares, según el lugar. Si desean festejar la unión el desembolso de divisas pica y se extiende.
Las consultorías internacionales gestionan con Inmigración y Extranjería u otras instituciones documentos como el certificado de viajes a Cuba (150.00 USD), la certificación de antecedentes penales, de nacimiento, matrimonio y defunción, Actos de última voluntad y legitimación de título de graduados, notas y plan temático, cuyos costos oscilan entre 100 y 350 dólares cada uno.
Si bien para personas de otras latitudes los costos enumerados obedecen a la lógica de recaudación de impuestos propio de cualquier nación, para los cubanos resulta abusivo, pues las oficinas que monopolizan los servicios legales cobran en divisa pero en la isla se paga en pesos, equivalentes a 25 por un dólar.
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