La cubana Emma Gronlier Blanco, vecina del municipio Marianao, se quejó airadamente este miércoles luego de que le vendieran un picadillo de soya en mal estado mediante la libreta de racionamiento, como parte de la cuota mensual que reciben todos los residentes de la Isla.
“Yo no puedo comerme esto, díganme a dónde tengo que ir con este picadillo (a quejarme) porque yo soy madre de una familia y tengo dos niñas chiquitas (que alimentar)”, denunció Gronlier Blanco ante CubaNet.
La mujer, consumidora de la bodega 1487 en el municipio Marianao, precisó que el producto en cuestión debía ser el plato principal en la mesa de su familia. Sin embargo, el estado del picadillo los obligó a olvidarse de la proteína.
“Con esto contábamos para comer hoy”, lamentó.
El producto, grabado por la cámara de CubaNet, presentaba un color negro además de una fetidez insoportable.
“El que se coma esto va a parar en el hospital, pero a la mayoría de los cubanos no les importa eso, pues no tienen más opciones. En Cuba no hay nada, estamos pasando tremenda hambre”, advirtió la mujer.
Cada vez son más los cubanos que denuncian, fundamentalmente en redes sociales, la venta de productos alimenticios en mal estado. Sin embargo, la crisis alimentaria que en la actualidad azota a la Isla no les deja más opciones que adquirir estos productos, se quejan los afectados.
En ese sentido, la cubana Addis Suárez asegura que la misma situación también afecta a los alimentos vendidos en las tiendas recaudadoras de divisas, donde en muchas ocasiones ofertan productos caducados o próximos a su fecha de expiración, asegura.
“En varias ocasiones yo he comprado picadillo de res vencido o mayonesa o perritos (salchichas) o cualquier otra cosa que nos sirva para la comida, pues comerse un pedazo de pollo en Cuba es hoy prácticamente un lujo”, lamentó.
A pesar de los riesgos de contagio por el nuevo coronavirus, numerosos cubanos duermen en las afueras de las tiendas y mercados en aras de obtener turno para poder comprar alimentos o productos de aseo.
Asimismo, Caridad Hernández residente en el municipio La Lisa, explicó que en la tienda “Victoria de las Alturas” los turnos son repartidos por el Ministerio del Interior días antes de que entren los productos.
“Por ejemplo, desde el lunes, luego de hacer tremenda cola, cogí turno para el pollo. Sin embargo, hoy miércoles es que puedo comprarlo. Ah, y solo dan dos paqueticos por persona… Aunque los productos estén vencidos o próximos a vencer tenemos que comprarlos, porque si no, ¿qué comemos?”, interroga.
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