Por Tania Díaz Castro.
Banco Metropolitano, en La Habana.
Los que fuimos jóvenes allá por los años 60 del siglo pasado lo recordamos bien: Fidel Castro se hizo dueño de todo el dinero que estaba depositado en los bancos del país, así fuera de cubanos o extranjeros.
Más adelante, en los años 80, fueron aprobadas las figuras de artesanos y campesinos. Al poco tiempo, en pleno auge de su producción, muchos fueron llevados a prisión y decomisadas sus cuentas bancarias bajo el supuesto delito de enriquecimiento ilícito. A partir de ese momento, ¿quién podía sentir confianza en depositar su dinero en un banco administrado por un gobierno socialista, dueño de todo un país?
Hoy, al cabo de más de 60 años de tiranía, con el mal quehacer bancario, incapaz de fortalecer el proceso económico y social del país, la ministra-presidenta del Banco Central de Cuba, Marta Wilson, presentó las proyecciones del trabajo de su institución para el año 2021, la que, supuestamente, tiene “un rol vital” en el actual proceso económico y social, conocido como Tarea de Ordenamiento.
Durante un reciente encuentro de directivos y trabajadores del sistema bancario y financiero con Miguel Díaz-Canel y otros dirigentes, Wilson mencionó los problemas y trabas que son necesarios resolver en su área: sobre todo las inconformidades -que no especificó- con el servicio que prestan las oficinas bancarias a la población. Dijo, además, que “el pasado año se recibieron 630 planteamientos, de los cuales casi el 90 por ciento estuvo relacionado con la calidad del servicio”.
También el presidente del Banco Metropolitano, Orlando López, se refirió en días pasados a la prestación de servicios de su entidad, la que calificó de regular debido a las colas y las demoras.
Junto con este análisis en general, Díaz-Canel dijo que “los problemas que enfrentamos necesitan soluciones creativas, inteligentes y ágiles”, dirigidas a enfrentar las complejidades actuales. También llamó a los directivos a flexibilizar e impulsar todo lo que facilite las exportaciones y la sustitución de importaciones, para que la investigación científica y la innovación fluyan en el sistema bancario.
Luego, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, evaluó la labor futura del Comercio Interior en la Tarea Ordenamiento y, coincidiendo con el análisis de la institución bancaria, tanto él como el viceprimer ministro Luis Tapia Fonseca explicaron en qué consiste el perfeccionamiento que los trabajadores han estado demandando. Lo definieron como autonomía, calidad en la gestión, capacidad innovadora, plantillas adecuadas e igualdad de condiciones con las formas no estatales de gestión.
No obstante -apuntó el primer ministro-, el proceso va lento, puesto que muchas de las insatisfacciones de la población están vinculadas con el comercio y la gastronomía, una realidad que se ha hecho más contundente con la Tarea Ordenamiento, especialmente por los altos precios y el desabastecimiento.
Tapia Fonseca también recordó que el perfeccionamiento del sector ya fue analizado por la Asamblea Nacional del Poder Popular y que habrá que rendir cuentas al Parlamento de lo que se ha hecho.
¿Y qué hacer si lo que se hace es poco o casi nada? Como siempre, se cambiará de dirigentes una y otra vez y seguirá el socialismo fracasando como hasta hoy. Así hasta que se comprenda que el socialismo no funciona en ningún lugar del planeta Tierra.
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