Por Iván García.
La cola de las galletas.
Puro surrealismo socialista. La puesta en escena fue en una pequeña sala del Consejo de Estado. Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, a punto de cumplir 61 años, llegó a la presentación de su tesis -a la que le puso el rimbombante título de “Sistema de Gestión de Gobierno basado en Ciencia e Innovación para el desarrollo sostenible de Cuba”-, acompañado por cuatro tutores, dos oponentes (milagro la Seguridad del Estado no los detuvo), su esposa Lis Cuesta, un fotógrafo y las periodistas Leticia Martínez y Arleen Rodríguez, quien posteriormente escribió un relato lisonjero en Cubadebate.
Con el rostro lavado y expresión azorada, Díaz-Canel vestía un traje negro con corbata roja y una camisa azul cielo. Debajo de la ajustada chaqueta, siempre desabrochada, mostraba su barriga de cervecero, de ingerir exceso de carnes rojas y llevar una vida sedentaria. Según la cronista oficial, “empleó 29 de los 30 minutos asignados a su exposición y un tiempo equivalente para responder nueve preguntas de sus oponentes y catorce comentarios que de algún modo interrogaban también”. Desde luego no hubo sorpresas. El tribunal en pleno se levantó a aplaudirlo y el doctor José Luis García Cueva, uno de sus tutores, comentó satisfecho, “totalmente espectacular”.
Ya la autocracia cubana cuenta con el triunvirato perfecto. Un comandante guerrillero que fundó la revolución, un general de ejército que jamás ha dirigido un combate decisivo y un doctor en ciencias técnicas en un país con una crisis económica sistémica y que hace agua por todas partes.
Mientras Díaz-Canel se daba un baño de egolatría, Mirta, 56 años, ama de casa, madre de tres hijos y abuela de dos nietos, hacía cola desde las cuatro y media de la madrugada en la tienda por dólares Palco, ubicada en 5ta. Avenida y 88, Miramar, relativamente cerca de donde residen los pesos pesados del régimen verde olivo. “Si en Cuba no tienes dólares te mueres de hambre. Y para tener un dólar hay que luchar durísimo. Una hermana mía que vive en Miami me iba a mandar 200 dólares, pero las agencias que pagan el dinero al cash, están cobrando un 30 por ciento de comisión. Es un abuso. Me quedaba con 170 fulas. Al final cuadré con una persona que desde México me hizo el favor de situarme en la tarjeta MLC el dinero. Solo perdí cinco dólares por la transacción bancaria”, cuenta Mirta y añade:
“Si no tienes dólares no puedes comprar alimentos de calidad, shampoo, almohadillas sanitarias y artículos de aseo. El peso solo sirve para pagar las facturas de luz, agua y gas, adquirir los mandados en la bodega y comprar un poco de viandas. Las tiendas en dólares no están muy surtidas, pero al menos encuentras café, carne de res y a veces confituras para mis nietos. Mientras la gente se tiene que disparar colas de diez y doce horas, el señor Canel, que no le falta nada, se puede dar el lujo de presentar una tesis para doctor en ciencias. Los dirigentes cubanos viven en otra galaxia”.
Según Enrique, que trabaja para una agencia familiar asentada en la Florida, el drástico recorte de los vuelos desde Estados Unidos, de unos veinte diarios a solo tres, debido a la pandemia, entre otros motivos, es la causa fundamental del encarecimiento de dólar que giran los emigrados cubanos a sus parientes pobres en la Isla. “Cuando en noviembre abrieron los vuelos, la comisión bajó al quince por ciento por cada cien dólares entregados en Estados Unidos. Pero la demanda de dólares al cash es mucha. Y se agotó la disponibilidad de dólares para pagarle a los que reciben dinero en Cuba”.
Western Union, el único banco autorizado por las autoridades estadounidenses a enviar dinero a Cuba, cerró cuando la administración de Donald Trump les prohibió seguir haciendo negocios con FINCIMEX, firma que pertenece al holding militar GAESA
“Además del recorte de vuelos, un pasaje a Cuba está costando casi dos mil dólares. Normalmente ese billete aéreo vale 200 dólares. Es verdad que también hay mucho egoísmo. Pero en situaciones de crisis la gente se aprovecha de la escasez para maximizar sus ganancias. Existen otras variantes: el familiar pone 100 dólares en Miami y en La Habana te entregan4 mil pesos, pero la gente quiere cash, es lógico. Usted utiliza los que necesite para comprar alimentos, el resto lo puede vender a 48 o 50 pesos y el dinero rinde más. Si te lo ponen el dinero en la tarjeta MLC, los bancos del Estado no tienen dólares, y si extraes dinero te lo tasan a un dólar por 24 pesos y pierdes la mitad de su valor comparado con el mercado negro”, detalla Enrique.
Incluso con dólares en la cartera, las personas tienen que hacer extensas colas. Y alimentos como el arroz, leche o queso no siempre encuentras disponibles en los mercados. En algunas tiendas racionan los productos para evitar el acaparamiento. Johanna, oficinista, sabe que cada día que sale a la calle se arriesga a contraer el Covid-19. Desde hace dos meses, los casos de contagiados fluctúan entre 350 y más de 500. “Es como una ruleta rusa. Si te cuidas del coronavirus, no comes. Si quieres tener comida ,tienes que arriesgarte a pescar la pandemia. Tienes que elegir. Por suerte parece que la vacunación ya comenzó. Ahora habrá que ver si funciona. Quiera Dios que funcione, pa’que se acabe esta tragedia”.
En Cuba suele haber confusión con la estrategia del régimen respecto a la vacunación. Nora, jubilada residente en el municipio habanero de Plaza, creía que estaba inmunizada. “Es que aquí todo te lo cuentan mal y la gente se enreda. En la zona donde vivo inyectaron hace un mes. Ahora nos dijeron que a la mitad de los vacunados nos pusieron placebo. Y tenemos que volver a inyectarnos”.
Un funcionario de Salud Pública dijo a Diario Las Américas que “en un primer momento, las vacunaciones de Soberana 02 en La Habana y Abdala en Santiago de Cuba formaban parte de un ensayo clínico. Esas vacunas todavía son candidatos vacunales y tienen que ser aprobadas. Son seguras, pero aun se desconoce el porciento de eficacia. Esos datos salen precisamente de estos ensayos. Pero el último rebrote de Covid que vive el país ha puesto en tensión a las instituciones sanitarias, entonces se le concedió una autorización de emergencia a los candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala para comenzar una campaña de vacunación en las provincias ciudades con situaciones más complejas: La Habana, Granma y Santiago de Cuba”.
Los que se vacunan con Soberana 02 deben ser inyectados tres veces, el resto de las vacunas en el mundo son dos dosis o una, en el caso de la Johnson & Johnson. Pero en la Isla las cosas suelen funcionar diferente. Naciones desarrolladas como Suiza decidieron comprar vacunas y no producirlas.
Cuba, con ciudades sucias y edificios ruinosos que amenazan con venirse abajo, optó por crear cinco candidatos vacunales y ser la única nación junto a Estados Unidos con mayor cantidad de vacunas. Ahora la intención va más allá de inmunizar a la población antes de que termine el año.
Se quieren producir cien millones de vacunas y exportar una cantidad a los países que las necesiten. Ya los contables del régimen sacan cuentan en sus calculadoras chinas sobre los posibles beneficios de la industria farmacéutica local. El General Máximo Gómez retrató el alma del cubano. O no llegamos, o nos pasamos.
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