viernes, 18 de septiembre de 2020

Jesús Yánez Pelletier: de Fidel a la cárcel.

Por Arnaldo M. Fernández.

Pelletier toma helado con Castro en el zoológico del Bronx, Nueva York.

El 18 de septiembre de 2000, un ataque cardíaco acaba con la vida de 83 años del excapitán Jesús “Chuchú” Yánez Pelletier, quien transitó de salvavidas cuentapropista de Castro (1953) a colaborador (1956-59), edecán (1959), agregado militar (1959-60), preso (1960-71) y opositor pacífico suyo (1976-2000). Fue velado en la funeraria de Calzada y K (Vedado) e inhumado en el Cementerio de Colón, donde su hijo Jesús Gregorio despidió el duelo en nombre de la familia y subrayó que su padre “había sido consecuente con sus ideas”.

Ironía historiográfica.

Chuchú falleció siendo activista del movimiento pro-derechos humanos. Su activismo principió con la defensa por cuenta propia del derecho a la vida de Fidel Castro. Siendo primer teniente del ejército batistiano y supervisor de la Prisión de Boniato (Santiago de Cuba) incumplió la orden de envenenarlo que dio el jefe del cuartel Moncada, coronel Alberto del Río Chaviano, a través del teniente Ángel Machado, quien dijo a Chuchú: “Mételo en una bartolina de arriba, échale sal en gano allí en el piso y un poco de agua, para que tenga que dormir en ese charco de agua fría [y] vamos a informar que vino enfermo. [Luego] algo en la comida y ya” [1].

Por negarse, Chuchú fue expulsado del ejército y entregó el puesto al teniente Miguel Rosabal. Capearía un temporal de breves arrestos hasta diciembre de 1955, al abordar de polizón un carguero rumbo a Estados Unidos. Aquí se incorporó al MR-26-7 de Castro y se encargaría de procurar armas para el Ejército Rebelde. Al triunfar la revolución regresó a Cuba, fue ascendido a capitán y nombrado edecán por el propio Castro, a quien acompañaría a USA en su visita de abril de 1959 (Foto).

Los años duros.

Hasta el 18 de enero de 1960 [2], Chuchú fungió revolucionariamente como agregado militar de Cuba en Italia. Para el 10 de abril daba contrarrevolucionariamente con sus huesos en la cárcel. Así lo contó al historiador Dr. Antonio Rafael de la Cova:

“No se me acusó de nada en aquel momento. Llegué al aeropuerto a recoger a una cuñada mía que regresaba de Estados Unidos y vino a verme el jefe del aeropuerto: ‘Yáñez, quieren verte en Quinta y 14’, que era donde radicaba entonces Seguridad del Estado. Aquí me quitaron las identificaciones y de ahí me llevaron al edificio vacío del antiguo Servicio de Inteligencia Militar (SIM), donde me tuvieron un mes hasta que me descubrió mi hijo Pepe, quien formó un escándalo. Me sacaron de allí y me llevaron para Quinta y 14 de nuevo. Intenté fugarme en junio; Castro fue a verme cuando se enteró y me acusó de traidor” [3].

En la Causa 280/1960, el Tribunal Revolucionario de La Habana condenó a Chuchú a quince años por malversación, conspiración y otros cargos. A siete fue sancionado su hermano Bernabé como cómplice post facto. Luego de once años en la cárcel, Chuchú salió y consiguió empleo como traductor de francés en el Instituto Cubano del Libro.

Marita Lorenz cuando era una de las mujeres de Fidel Castro poco después del triunfo Revolucionario.

Dizque la causa eficiente del arresto, juicio y condena de Chuchú radicaba en haber malversado contrarrevolucionariamente los fondos recibidos de Castro para resolver revolucionariamente el entuerto con Marita Lorenz. Chuchú expuso así sus descargos:

“Dice ella que yo viajé a Nueva York para darle un dinero de Castro a fin de callarla y que me quedé con parte de ese dinero. Y que, bajo las órdenes de Castro, la obligué a realizarse un aborto y más tarde traté, con otra persona, de secuestrarla frente a su casa y por esa razón a mí me expulsaron de los Estados Unidos. Otros dicen que tuve amoríos con ella, pero hay cosas en las historias que algunos protagonistas manejan a su antojo y como les da la gana. A Lorenz sí la conocí, la vi en el Hotel Habana Libre, donde estuvo hospedada, pero desconozco lo del aborto y la relación que ella tuvo con Castro. Desconozco la relación que tuvo conmigo, porque no la tuve, y desconozco toda esa novela que ella ha tejido” [4].

Jesús Yánez Pelletier y Marita Lorenz. Fotograma del  documental  "Querido Fidel"; Marita fue  en esa ocasión con las intenciones de ver a Fidel Castro pero él no la recibió.

Lides de opositor.

Al salir en libertad condicional, Chuchú consiguió visado para USA, pero Castro prohibió que saliera de Cuba y tuvo que capear otro temporal represivo. Sería detenido por última vez el 1º de marzo de 1999, durante 24 horas, para impedir que asistiera al juicio de los cuatro ponentes del Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna que habían divulgado el documento La patria es de todos contrapuesto al V Congreso del único partido.

La cronología del historiador exiliar Pedro Corzo [Ver Nota 2] registra a Chuchú como fundador del Comité Cubano Pro Derechos Humanos [28 de enero de 1976] y víctima de golpiza en acto de repudio frente a casa del cofundador Gustavo Arcos Bergnes [6 de marzo de 1990]. También refiere que varias organizaciones disidentes acordaron constituir el Día del Opositor Cubano en homenaje a Chuchú.

Al conmemorarse el primer aniversario de su deceso, un oficial del G-2 largó junto a la tumba de Chuchú que había sido acreedor, entre otras condecoraciones oficiales, de la Medalla Conmemorativa XL Aniversario de las FAR y las distinciones por Servicio Distinguido de 10, 15 y 20 años en el MININT. Para remachar aseveró que, dentro de la oposición, Chuchú cumplió la misión de “mantener bajo control operativo a los cabecillas más relevantes de los grupúsculos, tales como Gustavo Arcos Bergnes y Elizardo Sánchez Santacruz”.

Coda.

El 6 de diciembre de 2001, la viuda de Chuchú, María de los Ángeles “Marieta” Menéndez, dio conferencia de prensa en La Habana para presentar la Fundación Pelletier, que ella misma iba a presidir con el propósito de honrar la trayectoria de su difunto esposo y proseguir su obra de defensa de los derechos humanos.

Notas:

[1] Entrevista por teléfono desde La Habana, el 23 de febrero de 1998, con Tony de la Cova. Chuchú salvó también la vida a Pedro Miret. Lo encontró en el Hospital Militar con un coágulo de sangre en la cara y amarrado por el tobillo, con una corbata, a otro asaltante del Moncada bien muerto, y mandó a Miret en camilla adonde el capitán médico Edmundo Tamayo.

[2] En su Cronología de la lucha contra el totalitarismo (Miami: Rodes Printing, 20072), Pedro Corzo registra que Chuchú renunció a su puesto diplomático el 30 de enero “por no estar de acuerdo con las acciones del gobierno” y fue encarcelado el 27 de abril de 1960 (pp. 49 y 56).

[3] Respuestas a cuestionario de Tony de la Cova, grabadas en 1996.

[4] Ibidem. 

Share:

0 comments:

Publicar un comentario