Netflix estrena la serie Wasp Network (Red avispa) sobre el grupo criminal que opero, fue desarticulado y sus miembros sentenciados por conspiración para cometer espionaje, cometer asesinato, actuar como agentes de un gobierno extranjero y otras actividades ilegales en los Estados Unidos de Bill Clinton, allá por los años 90s.
En su cartel promocional la serie, que protagoniza Penelope Cruz, deja el suspense de la trama, Traitors or héroes. Es la pregunta que se hacen los productores para no molestar a los represores del régimen y tampoco parecer muy abyectos de la tiranía a sus opositores, para supuestamente marcar equidistancia de posiciones políticas que cuando menos son rentables para sus bolsillos. El Castrismo siempre ha sido atractivo para Hollywood y la de ceporros millonarios que les gusta posar de agitadores anti sistema desde sus mansiones en las colinas frente al océano de la mítica ciudad de Los Angeles.
Viene a mi memoria una anécdota de cuando estando en la prisión de máxima severidad Kilo 8 de Camaguey junto a un grupo de compañeros activistas pro democracia que habíamos demandado un referendo basándonos en las leyes vigentes de la dictadura, lo que nos costó largas en injustas condenas que aún no terminan porque el destierro continua vigente para nosotros. Alli mientras descansábamos una tarde en los camastros de nuestras celdas nos visitó un grupo de fiscales del Estado.
Estaban frente a la reja de mi celda y uno de ellos me pregunta: “Como esta?” Con igual gesto de urbanidad le respondo “Preso injustamente”
El tipo se siente incómodo por mi respuesta, supongo que esperaba que le dijera que atendido a cuerpo de rey (al menos como Luis XVI en manos de los jacobinos, Nicolas II en manos de Lenin o Pu Yi de los maoístas), me suelta un cansino “Ustedes están bien presos, violaron la ley y son vulgares delincuentes”
Simplemente le respondí que “si esa era su opinión no tenía mas nada que hablar con el y daba por terminada la conversación”. Di la espalda pero el tipo se quedo entre sorprendido y con ganas de más debate o por mi desprecio a su estatus. Pero inmediatamente mis compañeros que desde sus celdas seguían el intercambio comenzaron a increpar a la delegación de represores con títulos de juristas que ante los aplastantes argumentos de los prisioneros se despertaban. El periodista y escritor Ricardo González, presidente de la Asociación de Periodistas Independientes Manuel Marquez Sterling, le pregunta a una fiscal, “En fin en caso de que alguien viole aun una ley injusta, aunque en nuestro caso no fue así, ustedes le consideran como vulgar delincuente?” A lo que esta respondió afirmativamente.
Pero Ricardo, que ya tenía la espada dispuesta para el lance final entonces le dice, “Entonces para usted los cinco agentes de la Red Avispa infiltrados en Estados Unidos que violaron las leyes de ese país son vulgares delincuentes por el hecho comprobado de su delito”
Hubo un silencio sepulcral entre los represores con títulos de juristas. Pero unos segundos después la fiscal supongo que por no ceder en su punto de vista sobre la injusticia de nuestro secuestro reconoce con una frase lapidaria todo lo que representaban los cinco criminales del G2 cubano presos en Estados Unidos. “Si, violaron la ley de ese país y aunque es injusto están presos como vulgares delincuentes…”
Ricardo le agradeció su respuesta y yo me uní finalmente a la conversación “Pues bien, esos espías como usted bien reconoce son unos vulgares delincuentes, nosotros no”.
Mas nunca vinieron fiscales a visitarnos y mucho menos a debatir con nosotros en nuestro injusto secuestro esos casi ocho años.
Los vulgares delincuentes fueron indultados por un presidente miserable de Estados Unidos desesperado por restablecer relaciones con esa dictadura que viola leyes propias y ajenas, encarcela a activistas pacíficos pro democracia y ha preparado y exportado criminales a todo el mundo por más de sesenta años.
Hollywood luego se encarga de lavarles la cara a pesar de las sentencias de los fiscales del propio régimen.
Yo por supuesto que apoyo la campaña iniciada por la mas importante escritora cubana viva, la exiliada Zoe Valdes para que se boicotee esa producción promocionada por Neflix que debería titularse Vulgares delincuentes, como sentencio aquella fiscal en Kilo 8, Camagüey. Las victimas de esa dictadura feroz claman por justicia y solidaridad. Vergüenza sobre todo ese mundillo infame del cine que es cómplice de la tiranía.
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